Argentina debate sobre el giro económico del próximo Gobierno
Macri promete eliminar el control cambiario en cuanto asuma la presidencie mientras el equipo de Scioli propone medidas para bajar el dólar ilegal poco a poco
Carlos E. Cué / Alejandro Rebossio
Buenos Aires, El País
La campaña argentina enfila un momento clave: Mauricio Macri tiene que recuperar terreno después de las primarias y Daniel Scioli, al que en principio le bastaba con no moverse y consolidar su ventaja, ha cometido un grave error con su viaje a Italia en plenas inundaciones y tiene que corregir. Macri ha apostado por empezar a mojarse más, y centrar el debate en los campos que mejor domina: la gestión y la posibilidad de un giro económico muy del agrado del empresariado y de sectores medios. El principal candidato de la oposición aprovechó una reunión con los principales empresarios del país para garantizar que si él llega al Gobierno, el tipo de cambio será libre, como en los países del entorno argentino.
En Argentina el tipo de cambio está controlado por el Banco Central y está limitada la compra de divisas, por lo que hay un mercado negro paralelo en el que el dólar vale un 50% más que el oficial. Es algo que se ha instalado en los últimos años y que complica mucho las inversiones y cualquier intercambio con el exterior. ¿Qué inversor traerá un dólar a Argentina a cambiarlo en el mercado oficial a 9,20 pesos si en la plaza ilegal se paga a casi 15? Macri se cuida de hablar de “ajuste”, “ahorro”, o “cambio radical” y sus principales asesores económicos insisten en que Argentina no necesita un shock como el de Brasil. Pero sí quiso dejar claro ante los empresarios que el tipo de cambio será libre, como lo es el de Brasil y prácticamente todos los países latinoamericanos importantes salvo Venezuela, y aseguró que con los cambios que introduciría entrarían muchos dólares en Argentina de inversores internacionales, que podrían entrar libremente. Era justo lo que querían escuchar los empresarios.
Macri fue más allá y aseguró que tanto el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, como la fiscal general, Alejandra Gils Carbó, caerían si él gana. "El presidente del Banco Central tendría que tener la dignidad de presentar su renuncia porque no reúne los requisitos profesionales para ese cargo. Es un militante. Lo mismo que la procuradora Gils Carbó", aseguró. Ambos tienen mandato mucho más allá de 2016, pero Macri dice que los echará con la “presión de la opinión pública o los instrumentos del Congreso”, esto es una destitución. “Macri quiere un Banco Central al servicio del ajuste y que en lugar de controlar mire para otro lado”, le contestó Vanoli.
Eduardo Eurnekian, dueño de Corporación América y uno de los hombres más ricos del país, que también tiene buena relación con Scioli, pareció sancionar la idea de Macri: “Es tiempo de cambiar improvisación por previsibilidad", aseguró. El empresariado tiene puestas muchas expectativas en un cambio de política económica y la mayoría de ellos están muy enfrentados al Gobierno actual y a su ministro de Economía, Axel Kicillof.
El debate se centra así ya en las cuestiones económicas, un campo arriesgado pero necesario para Macri, que puede perder votos por miedo al cambio, pero también para Scioli, que sabe que tendrá que hacer un giro importante sobre la política kirchnerista y no quiere definirse. En su equipo económico descartan una devaluación brusca o una salida rápida del cepo cambiario. Argumentan que Argentina ha sufrido decenas de devaluaciones desde la segunda mitad del siglo XX sin que hubiese solucionado los problemas de su economía. Para ganar competitividad, el entorno de Scioli apuesta más por bajar los impuestos a las exportaciones y hacer una gran inversión en infraestructuras.
Macri cree que desbloquear el tipo de cambio no implicaría una devaluación bruca si hay confianza en la economía argentina. En el equipo de Scioli son muy críticos con esta idea de levantar el cepo cambiario de un día para otro. "Macri está planteando una devaluación brusca del peso, que generaría un desplome de los salarios, caída del consumo y recesión" aseguró el principal asesor económico de Sciol, Miguel Bein. Los economistas del candidato peronista alegan que los controles cambiarios son una herramienta de política económica que debe desarmarse solo en forma gradual. Pero sí creen que hay que reducir la brecha entre el oficial y el llamado dólar blue. Para buscar financiación, el equipo de Scioli reconoce en privado que para ello deberá negociar desde el inicio de su eventual Gobierno con los 'fondos buitre' que cuentan con sentencias a su favor en EE UU.
"No es un tema que se resuelve en un mes sino en un año porque se necesita una negociación con todos los 'buitres', con una quita porque si no, no recibiremos la necesaria aprobación de los dos tercios de los miembros del Congreso. En el país ha calado mucho el lema 'patria o buitres'", explican en el equipo del actual gobernador de la provincia de Buenos Aires. Scioli ya ha dicho que buscará recortar las subvenciones que mantienen baratas las tarifas de electricidad y gas a la mitad de la población más rica. Ese será el eje central de su ajuste fiscal, que tanto reclaman los inversores.
Carlos E. Cué / Alejandro Rebossio
Buenos Aires, El País
La campaña argentina enfila un momento clave: Mauricio Macri tiene que recuperar terreno después de las primarias y Daniel Scioli, al que en principio le bastaba con no moverse y consolidar su ventaja, ha cometido un grave error con su viaje a Italia en plenas inundaciones y tiene que corregir. Macri ha apostado por empezar a mojarse más, y centrar el debate en los campos que mejor domina: la gestión y la posibilidad de un giro económico muy del agrado del empresariado y de sectores medios. El principal candidato de la oposición aprovechó una reunión con los principales empresarios del país para garantizar que si él llega al Gobierno, el tipo de cambio será libre, como en los países del entorno argentino.
En Argentina el tipo de cambio está controlado por el Banco Central y está limitada la compra de divisas, por lo que hay un mercado negro paralelo en el que el dólar vale un 50% más que el oficial. Es algo que se ha instalado en los últimos años y que complica mucho las inversiones y cualquier intercambio con el exterior. ¿Qué inversor traerá un dólar a Argentina a cambiarlo en el mercado oficial a 9,20 pesos si en la plaza ilegal se paga a casi 15? Macri se cuida de hablar de “ajuste”, “ahorro”, o “cambio radical” y sus principales asesores económicos insisten en que Argentina no necesita un shock como el de Brasil. Pero sí quiso dejar claro ante los empresarios que el tipo de cambio será libre, como lo es el de Brasil y prácticamente todos los países latinoamericanos importantes salvo Venezuela, y aseguró que con los cambios que introduciría entrarían muchos dólares en Argentina de inversores internacionales, que podrían entrar libremente. Era justo lo que querían escuchar los empresarios.
Macri fue más allá y aseguró que tanto el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, como la fiscal general, Alejandra Gils Carbó, caerían si él gana. "El presidente del Banco Central tendría que tener la dignidad de presentar su renuncia porque no reúne los requisitos profesionales para ese cargo. Es un militante. Lo mismo que la procuradora Gils Carbó", aseguró. Ambos tienen mandato mucho más allá de 2016, pero Macri dice que los echará con la “presión de la opinión pública o los instrumentos del Congreso”, esto es una destitución. “Macri quiere un Banco Central al servicio del ajuste y que en lugar de controlar mire para otro lado”, le contestó Vanoli.
Eduardo Eurnekian, dueño de Corporación América y uno de los hombres más ricos del país, que también tiene buena relación con Scioli, pareció sancionar la idea de Macri: “Es tiempo de cambiar improvisación por previsibilidad", aseguró. El empresariado tiene puestas muchas expectativas en un cambio de política económica y la mayoría de ellos están muy enfrentados al Gobierno actual y a su ministro de Economía, Axel Kicillof.
El debate se centra así ya en las cuestiones económicas, un campo arriesgado pero necesario para Macri, que puede perder votos por miedo al cambio, pero también para Scioli, que sabe que tendrá que hacer un giro importante sobre la política kirchnerista y no quiere definirse. En su equipo económico descartan una devaluación brusca o una salida rápida del cepo cambiario. Argumentan que Argentina ha sufrido decenas de devaluaciones desde la segunda mitad del siglo XX sin que hubiese solucionado los problemas de su economía. Para ganar competitividad, el entorno de Scioli apuesta más por bajar los impuestos a las exportaciones y hacer una gran inversión en infraestructuras.
Macri cree que desbloquear el tipo de cambio no implicaría una devaluación bruca si hay confianza en la economía argentina. En el equipo de Scioli son muy críticos con esta idea de levantar el cepo cambiario de un día para otro. "Macri está planteando una devaluación brusca del peso, que generaría un desplome de los salarios, caída del consumo y recesión" aseguró el principal asesor económico de Sciol, Miguel Bein. Los economistas del candidato peronista alegan que los controles cambiarios son una herramienta de política económica que debe desarmarse solo en forma gradual. Pero sí creen que hay que reducir la brecha entre el oficial y el llamado dólar blue. Para buscar financiación, el equipo de Scioli reconoce en privado que para ello deberá negociar desde el inicio de su eventual Gobierno con los 'fondos buitre' que cuentan con sentencias a su favor en EE UU.
"No es un tema que se resuelve en un mes sino en un año porque se necesita una negociación con todos los 'buitres', con una quita porque si no, no recibiremos la necesaria aprobación de los dos tercios de los miembros del Congreso. En el país ha calado mucho el lema 'patria o buitres'", explican en el equipo del actual gobernador de la provincia de Buenos Aires. Scioli ya ha dicho que buscará recortar las subvenciones que mantienen baratas las tarifas de electricidad y gas a la mitad de la población más rica. Ese será el eje central de su ajuste fiscal, que tanto reclaman los inversores.