Tsipras afirma control sobre Syriza, partido realizará congreso para revisar estrategias
Atenas, Reuters
El partido oficialista griego Syriza apoyó el jueves la petición del primer ministro de realizar un congreso de emergencia con el que Alexis Tsipras quiere reforzar su control sobre la disidencia del grupo, que rechaza tener nuevas negociaciones sobre un rescate.
En la reunión del comité central de Syriza, Tsipras defendió su decisión de aceptar los duros términos del rescate, que dijo eran el mejor acuerdo que se podía conseguir para el país.
Tsipras propuso una votación inmediata de los miembros sobre las negociaciones del rescate, pero señaló que él prefería que el partido realice un congreso de emergencia en septiembre para deliberar sus estrategias.
Tras horas de debate, el comité aprobó la propuesta. El congreso le permitirá al primer ministro incluir a miembros nuevos y capitalizar un mayor apoyo público que ha reunido en los últimos dos años, lo que le facilitaría derrotar a la facción más extrema de su partido.
"Le estamos diciendo al pueblo griego (...) que este es el acuerdo que logramos y si hay alguien que cree que pudo conseguir un mejor trato, que salga y lo diga", dijo Tsipras.
Grecia evitó por un estrecho margen salir de la zona euro, cuando alcanzó un acuerdo con sus acreedores este mes. Pero eso le costó a Tsipras el apoyo de una cuarta parte de sus legisladores, que acusan al partido de traicionar sus raíces contrarias a la austeridad.
CRISIS EN SYRIZA
El empeoramiento de la crisis dentro de Syriza es el desafío político más serio para Tsipras, quien conserva altos índices de popularidad pese a que aceptó condiciones rigurosas para el rescate.
Un fracaso en sofocar la revuelta interna podría descarrilar las negociaciones que ahora se están realizando en Atenas con el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y con el fondo de rescate de la zona euro sobre un nuevo paquete de crédito para Grecia por 86.000 millones de euros.
El Financial Times reportó que personal del FMI había recomendado que el Fondo no participe por ahora en un tercer rescate debido al mal historial de cumplimiento de Grecia y al nivel insostenible de su deuda.
Un funcionario del FMI dijo que el Fondo aprobaría nuevos créditos para Grecia sólo si Atenas conseguía un acuerdo con los gobiernos europeos que asegure que el país pueda pagar sus deudas y que no se prevé que las negociaciones de las próximas dos semanas llegue a un punto en el que el Fondo pueda aprobar un nuevo programa.
Miembros de Syriza hablaron de las diferencias crecientes entre aquellos que quieren que el país siga en la zona euro pese a los sacrificios y quienes prefieren volver al dracma.
Uno de esos grupos, Plataforma de Izquierda, exige que Syriza abandone inmediatamente las negociaciones con los acreedores de Grecia.
"En este país no hay democracia (...), sino una dictadura del euro", dijo Panagiotis Lafazanis, líder de la Plataforma de Izquierda y ex ministro de Energía.
El partido oficialista griego Syriza apoyó el jueves la petición del primer ministro de realizar un congreso de emergencia con el que Alexis Tsipras quiere reforzar su control sobre la disidencia del grupo, que rechaza tener nuevas negociaciones sobre un rescate.
En la reunión del comité central de Syriza, Tsipras defendió su decisión de aceptar los duros términos del rescate, que dijo eran el mejor acuerdo que se podía conseguir para el país.
Tsipras propuso una votación inmediata de los miembros sobre las negociaciones del rescate, pero señaló que él prefería que el partido realice un congreso de emergencia en septiembre para deliberar sus estrategias.
Tras horas de debate, el comité aprobó la propuesta. El congreso le permitirá al primer ministro incluir a miembros nuevos y capitalizar un mayor apoyo público que ha reunido en los últimos dos años, lo que le facilitaría derrotar a la facción más extrema de su partido.
"Le estamos diciendo al pueblo griego (...) que este es el acuerdo que logramos y si hay alguien que cree que pudo conseguir un mejor trato, que salga y lo diga", dijo Tsipras.
Grecia evitó por un estrecho margen salir de la zona euro, cuando alcanzó un acuerdo con sus acreedores este mes. Pero eso le costó a Tsipras el apoyo de una cuarta parte de sus legisladores, que acusan al partido de traicionar sus raíces contrarias a la austeridad.
CRISIS EN SYRIZA
El empeoramiento de la crisis dentro de Syriza es el desafío político más serio para Tsipras, quien conserva altos índices de popularidad pese a que aceptó condiciones rigurosas para el rescate.
Un fracaso en sofocar la revuelta interna podría descarrilar las negociaciones que ahora se están realizando en Atenas con el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y con el fondo de rescate de la zona euro sobre un nuevo paquete de crédito para Grecia por 86.000 millones de euros.
El Financial Times reportó que personal del FMI había recomendado que el Fondo no participe por ahora en un tercer rescate debido al mal historial de cumplimiento de Grecia y al nivel insostenible de su deuda.
Un funcionario del FMI dijo que el Fondo aprobaría nuevos créditos para Grecia sólo si Atenas conseguía un acuerdo con los gobiernos europeos que asegure que el país pueda pagar sus deudas y que no se prevé que las negociaciones de las próximas dos semanas llegue a un punto en el que el Fondo pueda aprobar un nuevo programa.
Miembros de Syriza hablaron de las diferencias crecientes entre aquellos que quieren que el país siga en la zona euro pese a los sacrificios y quienes prefieren volver al dracma.
Uno de esos grupos, Plataforma de Izquierda, exige que Syriza abandone inmediatamente las negociaciones con los acreedores de Grecia.
"En este país no hay democracia (...), sino una dictadura del euro", dijo Panagiotis Lafazanis, líder de la Plataforma de Izquierda y ex ministro de Energía.