Tinieblas al amanecer: el frágil plan para rescatar a Grecia

Bruselas, Reuters
A medida que aparecía un débil sol en el gris amanecer de Bruselas el lunes, por un momento pareció que podría alumbrar las esperanzas griegas de aferrarse al euro.


Alexis Tsipras estaba "cerca de marcharse", dijo una fuente cercana a la cumbre de la zona euro. El primer ministro comunicó a otros líderes que si aceptaba una condición final sobre el rescate, sus compatriotas griegos lo acusarían de capitular.

Tras 14 horas de negociaciones con la canciller alemana, Angela Merkel, y otros líderes de la zona euro, Tsipras se negaba a ceder el último elemento importante de una lista de términos de un préstamo que algunos críticos dicen indica que Berlín quiere humillar al gobierno de izquierda y, tal vez, llevar a Grecia a abandonar el euro.

"Si acepto semejante fideicomiso, puedo también no volver" a Grecia, dijo Tsipras según una segunda fuente que estaba presente en la cumbre. El primer ministro hizo la afirmación luego que Merkel demandó que colocara 50.000 millones de euros en activos estatales en Luxemburgo, fuera del alcance de su Gobierno. El dinero generado entonces pagaría a los acreedores de Atenas.

"Puedo comprar un billete de avión para cualquier otro país. Porque en casa pensarán que vendí a Grecia", dijo Tsipras.

Al final, luego que el presidente de la cumbre Donald Tusk dijo que no dejaría salir de su oficina ni a Tsipras ni a Merkel hasta que se pusieran de acuerdo, surgió el compromiso sobre el fondo de privatización. Estará en Grecia, manejado por el Gobierno -bajo supervisión- y un cuarto de sus ingresos se destinará a inversiones y no al pago de deuda.

"Hubo un gran alivio porque realmente estuvo muy cerca del peor escenario a las 6 de la mañana", dijo la fuente, quien añadió que varios de los otros líderes que esperaban en otras partes del edificio ya empezaban a hablar de irse a casa.

Sin embargo, el casi colapso de las conversaciones de "última instancia" subraya la fragilidad de un plan para reflotar a Grecia. Algunos funcionarios de la zona euro se hicieron eco de analistas que lo ven como condenado al fracaso.

SIN MARGEN DE ERROR

"Este no es un acuerdo hecho a cualquier costo", dijo un funcionario que ha negociado con el Gobierno de Tsipras desde que fue electo en enero con la promesa de poner fin a la austeridad.

Incluso para abrir negociaciones formales, Tsipras debe imponerse a rebeldes en su partido para aprobar legislación en el Parlamento para el miércoles. También debe asegurar la aprobación de los legisladores del paquete de rescate de tres años.

Una persona presente en la cumbre durante la noche dijo que Tsipras parecía aún lidiar con detalles técnicos de la posición fiscal de su país, que empeora día a día con un feriado bancario y controles de capital.

La jefa del FMI, Christine Lagarde, y el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, intervinieron para explicarle cómo sus instituciones estaban financiando su presupuesto y a los bancos griegos.

Tras una pausa en la que pareció insinuarse un acuerdo pero que al final quedó en nada luego que Tsipras consultó con asesores y aliados, Tusk decidió actuar.

Ni Merkel ni Tsipras podrían salir hasta que no alcancen un acuerdo, dijo. Un funcionario bromeó que tal vez los había amenazado con encerrarlos en su oficina y que solo él tenía la llave.

Con el reloj corriendo, los funcionarios dijeron que fue Lagarde, con su experiencia técnica en el FMI, quien superó el punto muerto con un diseño para el fondo que ofrecía algo a ambas partes.

Pero analistas dijeron que esto solo valió para estirar el momento inevitable de una salida de Grecia de la zona euro.

Un destacado funcionario de la Unión Europea comentó: "Este será un largo y duro verano. Algunos dicen que terminó. Esto es solo el comienzo".

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