Serbia denuncia "intento de asesinato" de su primer ministro, perseguido en homenaje en Srebrenica

Potocari, AP
Un multitudinario sepelio para conmemorar el XX aniversario de la matanza de Srebrenica quedó enturbiado el sábado cuando un grupo de personas persiguió al primer ministro serbio desde el cementerio, poniendo en evidencia la profundidad de la ira por la negativa de Belgrado a tratar la masacre como un genocidio.


Los guardaespaldas contuvieron a la turba que se abalanzó contra Aleksandar Vucic después de que entrara al cementerio y colocara flores en recuerdo de los 8.000 musulmanes, hombres y niños, ejecutados luego de que la localidad bosnia, protegida por la ONU, cayera en manos de las fuerzas serbobosnias, hacia el final de la guerra de 1992-1995.

La multitud lanzó piedras y botellas, entre algunos gritos de "Allahu Akbar" ("Dios es grande"), mientras la delegación de Vucic intentaba protegerse.

Serbia, que respaldó a las fuerzas serbobosnias durante la guerra con personal y financiación, condenó el ataque como un "intento de asesinato".

Vucic, sin sus lentes, que aseguró fueron aplastados, dijo a los periodistas en Belgrado que "no fue un incidente. Fue un ataque organizado".

Las asistencia de Vucic, un nacionalista de línea dura durante las guerras balcánicas, intentaba demostrar lo mucho que avanzó la región desde la sangrienta desintegración de Yugoslavia.

No obstante, sucedió pocos días después de que su Gobierno recurrió a su aliada Rusia para vetar una resolución de Naciones Unidas que habría condenado la masacre de Srebrenica como genocidio.

Muchos serbios rebaten el término, la cifra de muertos y el recuento oficial de los hechos, reflejando conflictivas visiones de las guerras yugoslavas que siguen alimentando las divisiones políticas y complicaron los progresos para que Bosnia se integre a Europa occidental.

Bajo un brillante cielo azul, los restos de 136 víctimas musulmanas bosnias recientemente identificadas fueron enterradas el sábado con sus ataúdes envueltos en tela verde. Los restos de más de 1.000 víctimas siguen sin ser hallados aún.

FUTURO DIFERENTE

Vucic fue recibido por Munira Subasic, líder de la Asociación de Madres de Srebrenica, que perdieron a familiares masculinos en la matanza. Le colocó un prendedor de flores blancas y verdes -símbolo de Srebrenica- en la solapa de su saco.

En el libro de condolencias escribió: "Aquí en Srebrenica es obligación de todos nosotros bajar la cabeza, no olvidar y empezar a crear un futuro diferente".

Pero en el cementerio, algunos en la multitud mostraron una pancarta con una cita de Vucic en tiempos de guerra: "Por cada serbio muerto, mataremos a 100 musulmanes".

"Siento que algunos no reconocieran mi sincero deseo de construir una amistad entre serbios y bosnios", dijo Vucic tras una reunión de emergencia del gabinete en Belgrado. "Mis manos siguen extendidas hacia el pueblo bosnio".

Subasic afirmó estar "terriblemente decepcionada" por las escenas.

Serbia enviará una nota de protesta a Bosnia. "Fue un intento de asesinato contra Aleksandar Vucic", señaló el ministro del Interior, Nebojsa Stefanovic.

Vucic fue discípulo de la ideología de una Gran Serbia, que impulsó gran parte del derramamiento de sangre de la disolución de Yugoslavia, donde murieron unas 135.000 personas.

Hamida Dzanovic, que fue a enterrar los dos únicos huesos hallados de su marido, dijo: "Mírenlo, y miren estas miles de tumbas. ¿No le da vergüenza decir que esto no es un genocidio? ¿No le da vergüenza estar aquí?".

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