Será el más laureado de la historia de la liga portuguesa
Madrid, ASEl Oporto comunicará hoy a la Comisión del Mercado de Valores la contratación de Iker Casillas. No es porque el portero español vale lo que no está escrito, sino que es un trámite obligatorio para los clubes que cotizan en Bolsa. La llegada de Casillas al Oporto no ha conmovido a los inversores, pues la acción ni ha subido ni ha bajado (0,54 euros), lejos del euro al que cotizó en octubre del año pasado, cuando el equipo marchaba imbatible por la Champions. Pero que la Bolsa no se mueva con el fenómeno Casillas no significa que su fichaje sea uno más. Deportivamente, tirando de currículum, jamás ha habido en la historia de la liga portuguesa un futbolista con tantos títulos nacionales e internacionales, de clubes y con la selección. Ni el sagrado Eusebio, que desde hace una semana descansa en el Panteón de la Patria. Tampoco será el caso de Cristiano, a no ser que de aquí en adelante gane con su selección títulos mundiales y europeos.
Cifras. Económicamente, en principio, el fichaje de Casillas parece un despropósito en una liga tan modesta. Pero si algo no le gusta al presidente del club, el veterano Pinto da Costa, es perder dinero. Es cierto que va a pagarle el sueldo más alto de la historia del fútbol portugués (sólo comparable al último contrato de Garay en el Benfica), pero no hay traspaso de por medio. Publicitariamente, Casillas es un estandarte. En la Champions, el Oporto va a recibir más atención con el portero español. Y la imagen es dinero; aún faltan por componer todas las piezas del puzzle. Probablemente el próximo fichaje sea Drogba, también sin transferencia, y que, casualmente, tiene el mismo patrocinador que Casillas: una marca coreana de teléfonos. Y, para más señas, la camiseta del Oporto aún no tiene un sponsor.
Casillas va a aportar experiencia al vestuario para que no suceda lo del Bayern-Oporto. Él (34 años) y Drogba (37), si llega, van a dar consistencia a un equipo que en la pasada temporada pecó de debilidad. A cambio, Casillas va a encontrar en su nuevo club, algo fundamental para recuperar la confianza: cariño y respeto de sus compañeros, de los directivos, del resto de futbolistas y de los periodistas.
