Poco Lío: Argentina extraña a un gran Messi en la final
El 10 no pudo brillar en el partido definitivo de la Copa América y la selección albiceleste sumó una nueva desilusión tras perder en penales con Chile.
Santiago, As
Hacé lío, Messi”. La bandera celeste y blanca reclamó en varios estadios de Chile eso que el crack sabe hacer bien. Pero el rival también juga y más cuando hay una Copa de por medio. Así que este sábado en el Nacional de Santiago el 10 tuvo que esperar, tener paciencia, aguantar. Eso fueron varios tramos del partido: aguardar el momento justo para hacer daño. El tiempo no le alcanzó.
Tuvo ráfagas de talento en el primer tiempo. Cuando el partido llevaba cinco minutos, metió un pase imposible a Agüero tras una diagonal hacia adentro con la pelota atada al pie y ese cambio de ritmo indescifrable para el rival. El Kun no alcanzó en esa oportunidad, sí lo haría 14 minutos más tarde tras un tiro libre con veneno que partió de los pies de Lio. Cabezazo y gran atajada de Bravo.
Presencia que desequilibra. El equipo de Sampaoli se fue al vestuario con los centrales advertidos por cuenta del 10. En el 33, Medel se llevó una amarilla que podía haber sido roja por una patada a Leonel a la altura del pecho. Luego el amonestado fue Díaz al que no le quedó más opción que agarrarlo de la de la camiseta. Lio estaba listo para a emprender carrera hacia el campo de Chile tras una gambeta con su sello.
La tensión se trasladó a la tribuna. Tras la falta, Messi se distrajo mirando hacia las gradas un buen rato. Allí su familia también sufría la marca chilena. Hubo empujones y golpes y la intervención del embajador argentino, Ginés González, para calmar los ánimos. Afortunadamente nada que lamentar.
En la segunda parte, Argentina jugó el fútbol que pudo y eso comprometió el brillo de Messi. Con pocos socios al ataque su juego se vio sacrificado. Apareció en un par de jugadas y un tiro libre que quedó en las manos de Bravo. Eso sí, en el 91 creó la más clara de los segundos 45 minutos. Arrancó casi desde mitad de cancha, dejó a sus marcadores en el camino y metió un pase preciso a Lavezzi. El delantero se la dejó a Higuaín quien llegó tarde al remate. Se salvó Chile.
Vino un alargue sufrido, mucho esfuerzo, desgaste. Más coraje que fútbol. Agonía innecesaria. Luego los penales para que Chile se coronara campeón de América. Messi completó 103 partidos con la Selección, se mantuvo en 46 goles. Esa banda de capitán que se ganó en el Mundial de Sudáfrica aún sigue esperando la gloria.
Hacé lío, Messi”. La bandera celeste y blanca reclamó en varios estadios de Chile eso que el crack sabe hacer bien. Pero el rival también juga y más cuando hay una Copa de por medio. Así que este sábado en el Nacional de Santiago el 10 tuvo que esperar, tener paciencia, aguantar. Eso fueron varios tramos del partido: aguardar el momento justo para hacer daño. El tiempo no le alcanzó.
Tuvo ráfagas de talento en el primer tiempo. Cuando el partido llevaba cinco minutos, metió un pase imposible a Agüero tras una diagonal hacia adentro con la pelota atada al pie y ese cambio de ritmo indescifrable para el rival. El Kun no alcanzó en esa oportunidad, sí lo haría 14 minutos más tarde tras un tiro libre con veneno que partió de los pies de Lio. Cabezazo y gran atajada de Bravo.
Presencia que desequilibra. El equipo de Sampaoli se fue al vestuario con los centrales advertidos por cuenta del 10. En el 33, Medel se llevó una amarilla que podía haber sido roja por una patada a Leonel a la altura del pecho. Luego el amonestado fue Díaz al que no le quedó más opción que agarrarlo de la de la camiseta. Lio estaba listo para a emprender carrera hacia el campo de Chile tras una gambeta con su sello.
La tensión se trasladó a la tribuna. Tras la falta, Messi se distrajo mirando hacia las gradas un buen rato. Allí su familia también sufría la marca chilena. Hubo empujones y golpes y la intervención del embajador argentino, Ginés González, para calmar los ánimos. Afortunadamente nada que lamentar.
En la segunda parte, Argentina jugó el fútbol que pudo y eso comprometió el brillo de Messi. Con pocos socios al ataque su juego se vio sacrificado. Apareció en un par de jugadas y un tiro libre que quedó en las manos de Bravo. Eso sí, en el 91 creó la más clara de los segundos 45 minutos. Arrancó casi desde mitad de cancha, dejó a sus marcadores en el camino y metió un pase preciso a Lavezzi. El delantero se la dejó a Higuaín quien llegó tarde al remate. Se salvó Chile.
Vino un alargue sufrido, mucho esfuerzo, desgaste. Más coraje que fútbol. Agonía innecesaria. Luego los penales para que Chile se coronara campeón de América. Messi completó 103 partidos con la Selección, se mantuvo en 46 goles. Esa banda de capitán que se ganó en el Mundial de Sudáfrica aún sigue esperando la gloria.
