Pachi, el puercoespín que se ha convertido en la imagen de Toronto 2015
Toronto, EFE
No es posible tener una competición multideportiva, como los Juegos Olímpicos o los Panamericanos, sin una mascota que en el caso de Toronto 2015 es Pachi, un animado puercoespín que se ha convertido contra pronóstico en la imagen afable del evento.
La elección de un puercoespín como embajador de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Toronto 2015 causó más de una mirada de incredulidad cuando fue presentado en sociedad en julio de 2013.
Los puercoespines no están en lo más alto de la lista de animales que uno quiere abrazar, uno de los “trabajos” de las mascotas en los Panamericanos, y son víctima de más de una broma cruel dada su particular fisonomía.
Pero la organización de Toronto 2015 había anunciado que la mascota de sus Panamericanos sería elegida por votación entre las propuestas presentadas por estudiantes escolares de todo el continente y cumplió su palabra.
Pachi, el puercoespín con 41 púas multicolores que representan los 41 países y territorios que están compitiendo en Toronto 2015, es una creación de las estudiantes Fiona Hong, 15 años, Michelle Ing, 15, Paige Kunihiro, 16, y Jenny Lee, 15, de un colegio de la localidad de Markham, en las cercanías de Toronto.
Su dibujo, que fue posteriormente refinado por diseñadores profesionales, fue elegido entre 4.000 propuestas y recibió más de 33.000 votos en una competición popular realizada a través de internet.
Pachi se destaca no sólo por sus púas multicolores sino también por sus brazaletes, uno de los Panamericanos y el otro de los Parapanamericanos, su gorro y sus ojos: como todos los puercoespines, su visión es pobre y no puede ver objetos que están demasiado lejanos.
El entonces consejero delegado del comité organizador, Ian Troop, dijo al revelar la mascota: “estamos orgullosos de presentar Pachi a los canadienses y a toda la gente del continente americano. Hemos puesto mucho trabajo y creatividad para crear este personaje y Pachi realmente representa el espíritu de los juegos”.
Así que, a pesar de sus púas, el sonriente Pachi se ha convertido en el centro de la máquina de mercadotecnia de Toronto 2015 y ha empezado a aparecer en las manos de muchos de los espectadores más jóvenes que están acudiendo a las competiciones deportivas de los Panamericanos así como de los atletas.
Es el caso de la nadadora venezolana Paola Pérez quien el pasado sábado, al poco de abrirse oficialmente los Juegos, se hizo con la medalla de plata en la prueba de natación en aguas abiertas.
A pesar del esfuerzo que supone nadar 10 kilómetros en las frías aguas del lago Ontario, a los pocos minutos de terminar la prueba no podía contener su alegría por el resultado recibido.
Y mientras esperaba a que los periodistas le hiciesen preguntas, Pérez se entretenía, sonriente, tomando “selfies” con su medalla de plata y, como no, con un pequeño Pachi de peluche que estrujaba entre sus brazos.
Una prueba más que en materias de mascotas, como en las cosas del corazón, el amor es ciego.
No es posible tener una competición multideportiva, como los Juegos Olímpicos o los Panamericanos, sin una mascota que en el caso de Toronto 2015 es Pachi, un animado puercoespín que se ha convertido contra pronóstico en la imagen afable del evento.
La elección de un puercoespín como embajador de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Toronto 2015 causó más de una mirada de incredulidad cuando fue presentado en sociedad en julio de 2013.
Los puercoespines no están en lo más alto de la lista de animales que uno quiere abrazar, uno de los “trabajos” de las mascotas en los Panamericanos, y son víctima de más de una broma cruel dada su particular fisonomía.
Pero la organización de Toronto 2015 había anunciado que la mascota de sus Panamericanos sería elegida por votación entre las propuestas presentadas por estudiantes escolares de todo el continente y cumplió su palabra.
Pachi, el puercoespín con 41 púas multicolores que representan los 41 países y territorios que están compitiendo en Toronto 2015, es una creación de las estudiantes Fiona Hong, 15 años, Michelle Ing, 15, Paige Kunihiro, 16, y Jenny Lee, 15, de un colegio de la localidad de Markham, en las cercanías de Toronto.
Su dibujo, que fue posteriormente refinado por diseñadores profesionales, fue elegido entre 4.000 propuestas y recibió más de 33.000 votos en una competición popular realizada a través de internet.
Pachi se destaca no sólo por sus púas multicolores sino también por sus brazaletes, uno de los Panamericanos y el otro de los Parapanamericanos, su gorro y sus ojos: como todos los puercoespines, su visión es pobre y no puede ver objetos que están demasiado lejanos.
El entonces consejero delegado del comité organizador, Ian Troop, dijo al revelar la mascota: “estamos orgullosos de presentar Pachi a los canadienses y a toda la gente del continente americano. Hemos puesto mucho trabajo y creatividad para crear este personaje y Pachi realmente representa el espíritu de los juegos”.
“Las mascotas son la cara de los Juegos y algo que
recuerdo con cariño de cada uno de los juegos en los que he competido.
Sin duda, Pachi es amoroso y memorable”.
Una destacada atleta canadiense, Rosie MacLennan, medallista de oro
en los Juegos Olímpicos y Panamericanos, añadió que “las mascotas son la
cara de los Juegos y algo que recuerdo con cariño de cada uno de los
juegos en los que he competido. Sin duda, Pachi es amoroso y memorable”.Así que, a pesar de sus púas, el sonriente Pachi se ha convertido en el centro de la máquina de mercadotecnia de Toronto 2015 y ha empezado a aparecer en las manos de muchos de los espectadores más jóvenes que están acudiendo a las competiciones deportivas de los Panamericanos así como de los atletas.
Es el caso de la nadadora venezolana Paola Pérez quien el pasado sábado, al poco de abrirse oficialmente los Juegos, se hizo con la medalla de plata en la prueba de natación en aguas abiertas.
A pesar del esfuerzo que supone nadar 10 kilómetros en las frías aguas del lago Ontario, a los pocos minutos de terminar la prueba no podía contener su alegría por el resultado recibido.
Y mientras esperaba a que los periodistas le hiciesen preguntas, Pérez se entretenía, sonriente, tomando “selfies” con su medalla de plata y, como no, con un pequeño Pachi de peluche que estrujaba entre sus brazos.
Una prueba más que en materias de mascotas, como en las cosas del corazón, el amor es ciego.