Obama llega a Kenia para su viaje oficial más emotivo

El mandatario visita por primera vez como presidente de EE UU el país de su padre

Pablo Ximénez de Sandoval
Los Ángeles, El País
Para Estados Unidos, la visita que el presidente Barack Obama comenzó este viernes en Kenia es un viaje al extranjero. Para Kenia, es una vuelta a casa. La conexión personal de Obama con este lugar y con su padre ha marcado buena parte de su vida. Kenia es el lugar donde ha buscado desde su juventud una parte de su identidad, definida por un padre ausente desde que tenía dos años. “Igual que todo el mundo tiene curiosidad por su herencia, Kenia le da la oportunidad de establecer esa conexión”, declaraba su asesora y amiga Valerie Jarrett. En una sobria ceremonia de bienvenida el viernes por la noche, fue recibido por el presidente, Uhuru Kenyatta, y se fundió en un abrazo con su hermanastra Auma.


La figura de Barack Obama padre domina el significado personal de este viaje, en el que cualquier gesto o conversación del presidente con su familia es tan interesante como los desafíos geopolíticos del cuerno de África. El padre ausente y la lejana ascendencia constituyen uno de los aspectos que más han marcado la personalidad del presidente. “Decidí hace muchos años que era mi obligación romper ese ciclo, que si iba a ser algo en la vida, sería un buen padre para mis hijas”, dijo Obama en 2008.

Obama padre conoció a Ann Dunham, la madre del presidente, cuando esta tenía 17 años durante sus estudios en Hawái en 1960. Al año siguiente nació Barack Obama. La mujer se mudó a Seattle poco después, y el padre volvió a Kenia. La única vez que el hoy presidente lo vio tenía 10 años, durante un fugaz regreso a Hawái en un momento complicado de su vida. Las biografías hablan de un hombre con problemas con el alcohol, que a la vuelta de EE UU como economista trabajó para Shell y luego para el Gobierno keniano. Perdió las piernas en un accidente de coche. Otro accidente acabó con su vida a los 46 años, en 1982. Está enterrado en el pueblo de Kogelo, Kenia, al igual que su abuelo. La Casa Blanca ha descartado por cuestiones de seguridad que el presidente pueda visitar el lugar.

El viaje cierra un círculo que comenzó la primera vez que Obama fue a visitar la tierra de su padre, en 1987, en una búsqueda de sus raíces que fue el origen de sus memorias, Sueños de mi padre (1995), el libro que impulsó su carrera política. Volvió a Kenia tres veces más, la última en 2006 como senador, cuando ya era una celebridad cuyo nombre se ponía a las escuelas. “Seré sincero, visitar Kenia como un particular tiene probablemente más significado que hacerlo como presidente, porque puedo salir de la habitación de hotel o el centro de convenciones”, dijo Obama la semana pasada. El viaje como presidente quizá sea el que menos agenda personal tenga de todos los que ha hecho, pero es el que cierra el ascenso que comenzó con la búsqueda personal de su padre y aquellas memorias.

Desde que fue elegido presidente, Kenia ha celebrado a Obama como a uno de los suyos. El país lleva esperando una visita de su hijo pródigo desde hace siete años. El presidente ha estado en el continente tres veces, dos de ellas en el África subsahariana. Sin embargo, en 2009 eligió visitar Ghana. En 2013, estuvo en Senegal, Tanzania y Sudáfrica. Cuestiones de seguridad y de oportunidad política aplazaron el esperado viaje del primer presidente negro de Estados Unidos.

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