Escocia-Inglaterra y Grecia-Chipre, emparejamientos con morbo
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La fase de clasificación para el Mundial deja enfrentamientos e historias que trascienden más allá del fútbol. Una de las más destacadas es la que protagonizarán en el grupo F Inglaterra y Escocia. La rivalidad histórica que hay entre ambas se trasladará al campo, como ocurrió en la Eurocopa de 1996 en la que los ingleses fueron anfitriones. Algo parecido ocurre en el H, en este caso con la política como trasfondo. El cruce entre Grecia y Chipre en plena tensión geopolítica hará de su enfrentamiento un choque intenso. Los belgas, en principio, deberían dominar ese grupo.
En el grupo A coinciden Holanda y Francia, dos potencias europeas, pero además Suecia y Bulgaria, que fueron las revelaciones en el Mundial de 1994, hace ahora 21 años. La presencia de Ibrahimovic en tierras francesas y holandesas, donde ha jugado, le da mayor dimensión a esas visitas de Suecia. El grupo B tiene a dos mundialistas en Brasil, Portugal y Suiza, que tendrán a Hungría como principal rival. Tampoco hay mucha historia en estos duelos. En el C la campeona del mundo Alemania se las verá con la República Checa en su compromiso más exigente. En los últimos años los checos han bajado mucho su nivel, pero el duelo entre ambos será una reedición de la final de la Eurocopa de 1996, por ejemplo.
En el grupo D se encontrarán dos selecciones de las islas británicas como Gales e Irlanda para protagonizar un encuentro casi más propio del Seis Naciones de rugby. La proximidad entre los dos seguro que deja dos partidos con mucho ambiente. El E es el grupo más abierto, con posibilidades para todos, especialmente Rumanía, Dinamarca, Polonia y Montenegro. Por último, en el I, se encontrarán países que han tocado el cielo en pasados Mundiales como Croacia y Turquía con otros que quieren hacerlo como Ucrania, Finlandia e Islandia.
La fase de clasificación para el Mundial deja enfrentamientos e historias que trascienden más allá del fútbol. Una de las más destacadas es la que protagonizarán en el grupo F Inglaterra y Escocia. La rivalidad histórica que hay entre ambas se trasladará al campo, como ocurrió en la Eurocopa de 1996 en la que los ingleses fueron anfitriones. Algo parecido ocurre en el H, en este caso con la política como trasfondo. El cruce entre Grecia y Chipre en plena tensión geopolítica hará de su enfrentamiento un choque intenso. Los belgas, en principio, deberían dominar ese grupo.
En el grupo A coinciden Holanda y Francia, dos potencias europeas, pero además Suecia y Bulgaria, que fueron las revelaciones en el Mundial de 1994, hace ahora 21 años. La presencia de Ibrahimovic en tierras francesas y holandesas, donde ha jugado, le da mayor dimensión a esas visitas de Suecia. El grupo B tiene a dos mundialistas en Brasil, Portugal y Suiza, que tendrán a Hungría como principal rival. Tampoco hay mucha historia en estos duelos. En el C la campeona del mundo Alemania se las verá con la República Checa en su compromiso más exigente. En los últimos años los checos han bajado mucho su nivel, pero el duelo entre ambos será una reedición de la final de la Eurocopa de 1996, por ejemplo.
En el grupo D se encontrarán dos selecciones de las islas británicas como Gales e Irlanda para protagonizar un encuentro casi más propio del Seis Naciones de rugby. La proximidad entre los dos seguro que deja dos partidos con mucho ambiente. El E es el grupo más abierto, con posibilidades para todos, especialmente Rumanía, Dinamarca, Polonia y Montenegro. Por último, en el I, se encontrarán países que han tocado el cielo en pasados Mundiales como Croacia y Turquía con otros que quieren hacerlo como Ucrania, Finlandia e Islandia.