El proyecto de El Bala es una idea que se planteó en 1950


El proyecto de El Bala es una idea que se planteó en 1950

Yolanda Salazar
La Paz, ANF
El proyecto que impulsa construir el gobierno del presidente Evo Morales en la angostura de El Bala del río Beni, entre San Buenaventura y Rurrenabaque, es una idea de 1950, que se desechó en los años 70 y volvió a plantearse en 1999.


Los activistas están en contra de este proyecto por el impacto ambiental y social que generaría. La gran inundación que se produciría mataría a miles de ejemplares de flora y fauna y obligaría a trasladar a comunidades indígenas íntegras.

La represa detendría las aguas del río Beni que van de sur a norte en el país y, por tanto, provocaría la inundación de miles de kilómetros cuadrados, al sur de la misma. Ello afectaría el Madidi, el parque nacional más biodiverso del mundo, y el Pilón Lajas.

En 1950 la idea la dio el profesor alemán Heinrich Press, quien realizó un boceto de la represa de 205 metros de altura y que generaría 1.824 megavatios de electricidad. Esta idea se presentó sin aportar estudios topográficos ni hidroeléctricos detallados.

Según un informe de Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Fobomade) los objetivos de esta represa en esa época era generar energía a bajo costo para la industria minera del país, hacer que el río Beni fuera navegable hasta Inicua y proteger contra inundaciones un área de 1.300 kilómetros cuadrados que se habilitaría para la agricultura. Esta propuesta era inviable porque no consideraba los costos al medio ambiente.

En los años 70 el gobierno de Hugo Banzer estudió el tema, pero fue desechado por los efectos en el medioambiente y en las comunidades indígenas de la zona, que deberían ser trasladadas ante la inundación que se generaría.

En 1995, la empresa ICE Ingenieros solicitó una concesión para realizar estudios de factibilidad en El Bala y encargó a la consultora CBP la elaboración del nivel de perfil en base a información hidrológica. Este estudio es el más completo hasta ahora.

Este estudio establecía que la represa debía ser de 169 metros de altura y que produciría al menos 2.460 megavatios de potencia, el doble de la potencia instalada en Bolivia y el triple de la demanda. También se propuso realizar dos represas, una de 145 metros y otra de 169 metros de altura. Esta propuesta iba a inundar una enorme extensión y los impactos ambientales hicieron de esta idea inviable, dijo Fobomade.

En 1998 el Congreso Boliviano, por segunda vez, promulgó una ley que declara como prioridad nacional el estudio de El Bala.

En 1999 el exprefecto de La Paz, Alberto Valle, contrató al especialista Gregory Morris para tratar de encontrar una alternativa al gran embalse; éste propuso construir dos represas: la primera en el angosto de El Bala, de 70 metros de altura, formando un embalse de 590 kilómetros, y la segunda en la serranía de Chepite, de 90 metros y embalse de 264 kilómetros cuadrados. Los dos embalses serían, unidos, de los más grandes del mundo y las presas generarían 1.800 megavatios.

Todos los esfuerzos anteriores fueron desechados por el costo ambiental y en dinero que implica la obra, que no tiene, dicen los expertos, una clara viabilidad económica ya que la venta de electricidad no está garantizada a Perú, que está relativamente cerca, y menos a Brasil, por las distancias que deben trasladarse la energía.

Pero 64 años después del primer proyecto, el 13 de julio pasado la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) contrató a la empresa italiana Geodata por 22 millones de dólares para hacer el estudio de prefactibilidad.

La empresa Geodata tiene una experiencia de más de 30 años y proyectos en 25 países. Tiene un plazo de dos años para presentar el estudio de esta represa.

Según el ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, manifestó después de la firma de las dos partes que el estudio identificará si es más viable construir una represa grande o es más recomendado un diseño “tipo cascada”.

El presidente de ENDE, Eduardo Paz, está consciente que el proyecto tendrá impactos ambientales y que afectará directamente a dos áreas protegidas, el parque nacional Madidi y la reserva de la biósfera y Territorio Indígena Pilón Lajas, pero que se hará lo posible para reducir el impacto ambiental.

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