El misterio de los dos pueblos kazajos que sufren la enfermedad del sueño

Los habitantes se duermen mientras realizan sus labores diarias por culpa de una mina de uranio que lleva cerrada varias décadas

Javier Taeño | Gaceta trotamundos
El misterio ha estado presente durante más de dos años, pero parece que por fin tiene solución, aunque suele ser tendencia humana que cuando hay algo que no somos capaces de explicarnos racionalmente tendemos a buscar razones en lo sobrenatural. Afortunadamente todo tiene una explicación y con tiempo e investigación se suele descubrir la verdad.


El caso que nos ocupa ha afectado a los habitantes de dos pequeñas localidades de Kazajistán llamadas Kalachi y Krasnogorsky, al norte del país y no muy alejadas de la frontera con Rusia. Estas personas han sufrido la ‘enfermedad del sueño’, esto es se dormían de forma inexplicable mientras que hacían las actividades cotidianas del día tales como ordeñar las vacas, montar en motocicleta o asistir a la escuela, tal y como cuenta Wired.

Lo que empezó como un hecho aislado rápidamente se fue extendiendo hasta convertirse en un asunto enigmático y un poco tenebroso. La conclusión final tras una ardua pesquisa por parte de los funcionarios locales es la de inhalación de monóxido de carbono de una mina de uranio cercana, pero este desenlace, que debía arrojar luz al problema, no termina de ser convincente y hay muchas dudas al respecto.

¿Por qué? Pues porque la mina está abandonada desde principios de los años 90 y nunca hasta ahora había dado problemas tan evidentes, pese a resultar sospechosa. Pero además hay más cosas y es que los peligros y síntomas que suelen ir asociados a los componentes de este tipo de instalaciones, en los que el radón y la radiación están presentes, no se corresponden con los que experimentan los habitantes de los dos pueblos. Las víctimas ni han sufrido alucinaciones, ni fatigas ni dolor de cabeza, ni tampoco han desarrollado cáncer en el medio y largo plazo.

¿De dónde sale entonces el monóxido de carbono? Se produce como resultado de la combustión, por lo que si la mina está inactiva no debería existir. Fue en este punto donde los científicos se encontraron con un callejón sin salida que llevó a la única explicación posible. Que la mina, pese a su inactividad, es más activa geológicamente y químicamente de lo habitual.

La siguiente pregunta es cómo el monóxido ha conseguido liberarse de la mina y transmitirse a través del aire sin dispersarse. Lo más curioso de todo es que cuando el Ministerio de Salud de Kazajistán les hizo a los habitantes las pruebas de intoxicación por monóxido dieron negativas, aunque para garantizar el éxito del test hay que realizar este poco tiempo después de que se haya producido, por lo que quizás no se hizo correctamente.

También el contacto del monóxido con otros componentes en la atmósfera como el dióxido de carbono puede explicar su no detección. Otros científicos apuntan a que el componente psicológico puede estar actuando aquí.

De lo que no cabe duda es que hay demasiadas preguntas y el caso se ha mostrado cada vez más enrevesado. La única realidad es que hay dos pueblos que pueden estar exponiéndose a algo realmente peligroso y las autoridades no se están preocupando por asegurarse de que van a estar bien. Lo demás es una serie de casualidades que durante mucho tiempo han sido casi imposibles de resolver.

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