El Eurogrupo pide a Grecia más medidas y reformas inmediatas
Los jefes de Estado y de Gobierno deberán decidir este domingo si hay acuerdo
Claudi Pérez / Lucía Abellán
Bruselas, El País
Dramatización hasta el último minuto y vuelta de tuerca final. El Eurogrupo reclamó anoche un esfuerzo adicional a Grecia: más concreción en algunas medidas y, sobre todo, máxima rapidez para aprobar reformas de inmediato: media docena de exigencias en total. Tras el dictamen relativamente benigno de FMI, BCE y Comisión sobre el plan griego —aunque las instituciones exigen, una vez más, “medidas adicionales”—, los ministros no lograron finiquitar el pacto. Ante las dudas de los países más duros, los jefes de Estado y de Gobierno deberán cerrar hoy la negociación: sin fumata blanca, Grecia saldría del euro.
Máxima tensión. Tras destruir el prestigio de la palabra ultimátum con la voladura de todas y cada una de las fechas límites desde el pasado febrero, la crisis griega se encamina hoy al final de un capítulo crucial: serán los jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona, en la enésima cumbre de emergencia, quienes decidirán si Grecia sigue o no dentro del euro.
El Eurogrupo fue este sábado un largo y fallido aperitivo. Los ministros no lograron cerrar el pacto tras nueve horas de deliberaciones, y se reunirán de nuevo hoy poco antes del mediodía, apenas unas horas antes de la cumbre. El jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, habló de una negociación “complicada”, y explicó que aún hay “grandes problemas sobre la mesa”. Trascendió que los socios piden media docena de medidas adicionales a Grecia para que la propuesta de Atenas se acepte y empiece de una vez por todas la negociación del tercer rescate: tres años bajo la tutela de la UE y 50.000 millones adicionales. Europa quiere una ronda más de lo de casi siempre: liberalización de mercados, reforma laboral, privatizaciones, reforma de las Administraciones públicas y más recortes en defensa. Nada de eso será fácil de aceptar en Atenas.
“Queremos que Grecia haga algo más. La decisión final la tomarán los líderes”, apuntó una fuente del Eurogrupo, en una reunión dominada desde el arranque por la dureza de Alemania. Berlín marcó el tono desde el primer minuto. “Llegar a un acuerdo será extremadamente difícil”, afirmó el ministro Wolfgang Schäuble. “Los griegos han hecho todo lo que estaba en su mano por destruir su credibilidad”.
Ese es el quid de la cuestión: los ministros no se fían. Y han empezado a plantearse seriamente la posibilidad de que Grecia sea un Estado fallido: Berlín filtró un documento que apunta a una salida del euro temporal en el peor de los casos. París lleva días presionando para evitar ese escenario, peligroso a corto plazo por el efecto contagio y devastador a largo para la credibilidad de Europa.
Las fuentes consultadas ven posibilidades de fumata blanca, pero nadie en Bruselas descarta nada: la tensión se mantendrá hasta el final. La dramatización forma parte del juego: las fuentes consultadas dan por hecho que el pacto definitivo se lo apuntarán los líderes, si es que llega.
Los ministros no despejaron las dudas: si acaso, el desacuerdo las alimenta. Las instituciones de la antigua troika comunicaron el resultado de un primer examen del plan griego relativamente positivo. Con los peros habituales: hace falta más. Los ministros se agarraron a esa evaluación y pidieron a Atenas un último esfuerzo. La cuerda se tensa: el FMI exige a Europa una declaración de realismo político. Metas fiscales más holgadas supondrán más coste para los acreedores: pese a que el margen político es muy limitado, el Fondo exige más ayuda financiera o una reestructuración de deuda más generosa. Presiones por los dos lados: Grecia debe hacer más; Europa, también.
Está por ver el desenlace de todo ese lío. Grecia necesita entre 74.000 y 78.000 millones. El rescate, para tres años, será algo inferior: unos 50.000, para que Grecia vuelva al mercado cuanto antes. Aun con acuerdo, hay que encontrar un parche para que Atenas haga frente a sus pagos más inmediatos y a la situación de sus bancos, hay que diseñar el paquete definitivo (con las inevitables condiciones) y hay que poner en marcha todo ese tinglado rápidamente, para reconstruir algo tan etéreo como la confianza entre Grecia y sus acreedores, anteriormente llamados socios.
Brecha financiera
Las instituciones creen que las necesidades financieras de Grecia hasta julio de 2018 ascienden a 74.000 millones de euros, aunque el FMI las eleva a 78.000 millones.
Grecia las cifraba en 53.500 millones. De esa cifra, 25.000 millones serán para los bancos, sometidos a una enorme presión tras la salida de capitales y el corralito de las dos últimas semanas.
Claudi Pérez / Lucía Abellán
Bruselas, El País
Dramatización hasta el último minuto y vuelta de tuerca final. El Eurogrupo reclamó anoche un esfuerzo adicional a Grecia: más concreción en algunas medidas y, sobre todo, máxima rapidez para aprobar reformas de inmediato: media docena de exigencias en total. Tras el dictamen relativamente benigno de FMI, BCE y Comisión sobre el plan griego —aunque las instituciones exigen, una vez más, “medidas adicionales”—, los ministros no lograron finiquitar el pacto. Ante las dudas de los países más duros, los jefes de Estado y de Gobierno deberán cerrar hoy la negociación: sin fumata blanca, Grecia saldría del euro.
Máxima tensión. Tras destruir el prestigio de la palabra ultimátum con la voladura de todas y cada una de las fechas límites desde el pasado febrero, la crisis griega se encamina hoy al final de un capítulo crucial: serán los jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona, en la enésima cumbre de emergencia, quienes decidirán si Grecia sigue o no dentro del euro.
El Eurogrupo fue este sábado un largo y fallido aperitivo. Los ministros no lograron cerrar el pacto tras nueve horas de deliberaciones, y se reunirán de nuevo hoy poco antes del mediodía, apenas unas horas antes de la cumbre. El jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, habló de una negociación “complicada”, y explicó que aún hay “grandes problemas sobre la mesa”. Trascendió que los socios piden media docena de medidas adicionales a Grecia para que la propuesta de Atenas se acepte y empiece de una vez por todas la negociación del tercer rescate: tres años bajo la tutela de la UE y 50.000 millones adicionales. Europa quiere una ronda más de lo de casi siempre: liberalización de mercados, reforma laboral, privatizaciones, reforma de las Administraciones públicas y más recortes en defensa. Nada de eso será fácil de aceptar en Atenas.
“Queremos que Grecia haga algo más. La decisión final la tomarán los líderes”, apuntó una fuente del Eurogrupo, en una reunión dominada desde el arranque por la dureza de Alemania. Berlín marcó el tono desde el primer minuto. “Llegar a un acuerdo será extremadamente difícil”, afirmó el ministro Wolfgang Schäuble. “Los griegos han hecho todo lo que estaba en su mano por destruir su credibilidad”.
Ese es el quid de la cuestión: los ministros no se fían. Y han empezado a plantearse seriamente la posibilidad de que Grecia sea un Estado fallido: Berlín filtró un documento que apunta a una salida del euro temporal en el peor de los casos. París lleva días presionando para evitar ese escenario, peligroso a corto plazo por el efecto contagio y devastador a largo para la credibilidad de Europa.
Las fuentes consultadas ven posibilidades de fumata blanca, pero nadie en Bruselas descarta nada: la tensión se mantendrá hasta el final. La dramatización forma parte del juego: las fuentes consultadas dan por hecho que el pacto definitivo se lo apuntarán los líderes, si es que llega.
Los ministros no despejaron las dudas: si acaso, el desacuerdo las alimenta. Las instituciones de la antigua troika comunicaron el resultado de un primer examen del plan griego relativamente positivo. Con los peros habituales: hace falta más. Los ministros se agarraron a esa evaluación y pidieron a Atenas un último esfuerzo. La cuerda se tensa: el FMI exige a Europa una declaración de realismo político. Metas fiscales más holgadas supondrán más coste para los acreedores: pese a que el margen político es muy limitado, el Fondo exige más ayuda financiera o una reestructuración de deuda más generosa. Presiones por los dos lados: Grecia debe hacer más; Europa, también.
Está por ver el desenlace de todo ese lío. Grecia necesita entre 74.000 y 78.000 millones. El rescate, para tres años, será algo inferior: unos 50.000, para que Grecia vuelva al mercado cuanto antes. Aun con acuerdo, hay que encontrar un parche para que Atenas haga frente a sus pagos más inmediatos y a la situación de sus bancos, hay que diseñar el paquete definitivo (con las inevitables condiciones) y hay que poner en marcha todo ese tinglado rápidamente, para reconstruir algo tan etéreo como la confianza entre Grecia y sus acreedores, anteriormente llamados socios.
Brecha financiera
Las instituciones creen que las necesidades financieras de Grecia hasta julio de 2018 ascienden a 74.000 millones de euros, aunque el FMI las eleva a 78.000 millones.
Grecia las cifraba en 53.500 millones. De esa cifra, 25.000 millones serán para los bancos, sometidos a una enorme presión tras la salida de capitales y el corralito de las dos últimas semanas.