¿Cómo llegó Donald Trump a ser uno de los hombres más polémicos e influyentes de EE UU?
EEUU, BBC Mundo
“Es la precisa definición de una historia de éxito estadounidense: alguien que contínuamente establece estándares de excelencia mientras expande sus intereses en bienes raíces, deportes y entre
tenimiento”.
De esta forma se describe Donald Trump en su página web. Y añade: “El empresario arquetípico: un gran negociador, una figura sin par”, dice.
Esa, por supuesto, es la faz que admiran sus seguidores: un hijo de inmigrantes que empezó con poco y se convirtió en uno de los más poderosos magnates de bienes raíces y entretenimiento del mundo.
Para sus enemigos, es “el monstruo que creó el partido Republicano”, según el columnista del Washington Post, Dana Milbank.
“¿Antiinmigrante? ¿anticurrículo común para el estándar educativo? ¿pro abolición de la Obamacare? ¿antimatrimonio gay? ¿antiaborto? ¿anitiimpuestos? ¿anti China? ¿despiadado retractor de la legitimidad del presidente Obama? Sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí y sí”, dice Milbank.
Trump se ha convertido en los últimos días en el más controvertido contendiente a la nominación republicana.
Y a pesar de sus polémicos comentarios sobre los inmigrantes, en particular los mexicanos, Trump pasó a liderar los sondeos de opinión, muy por delante de los otros aspirantes a la candidatura republicana.
Es uno de los cinco hijos de Mary Anne, una inmigrante nacida en la Isla de Lewis, Escocia, y Fred Trump.
Sus abuelos paternos también fueron inmigrantes, provenientes de Alemania. El nombre original de la familia era Drumpf, y su abuelo, Friedrich, quien llegó al país en 1885, se naturalizó ciudadano estadounidense en 1892.
Donald estudió en la Academia Militar de Nueva York y se graduó en la Escuela de Finanzas Wharton de la Universidad de Pensilvania.
Comenzó su carrera trabajando en la exitosa compañía de desarrollo y construcción de bienes raíces de su padre, Fred Trump.
Sobre su padre, Donald afirma: “fue mi mentor y con él aprendí una cantidad enorme sobre cada aspecto de la industria de la construcción”.
Y sobre su hijo, Fred Trump expresa: “logré algunos de mis mejores negocios por mi hijo, Donald… cada cosa que toca parece convertirse en oro”.
Entre las cosas que “se convirtieron en oro” estuvieron el Hotel Commodore en Manhattan que tras cinco años de renovación se inauguró como el Grand Hyatt.
En 1982, cuando aún no se completaba la construcción de la Torre Trump en la Quinta Avenida de Manhattan, logró vender 266 condominios de lujo entre cuyos clientes se encontraban Martina Navratilova, Johnny Carson, Steven Spielberg y Sophia Loren.
A lo largo de su carrera, su glamoroso estilo de vida y su forma de expresarse sin reservas lo convirtieron en una celebridad en el país.
Pero en 1992, debido a sus deudas de negocios, se vio forzado a firmar un acuerdo con los bancos y debió vender su yate, su jet, su participación en el Grand Hyatt y en su aerolínea, Trump Shuttle.
Dos años después volvió a verse en problemas financieros y evitó la bancarrota alcanzando un acuerdo con los bancos para retrasar el pago de su deuda por otros tres años.
Su faceta como celebridad quedó establecida en la última década gracias a su aparición como anfitrión en “The Apprentice” (El aprendiz), un reality show en la TV, a la publicación de varios éxitos de librería y apariciones en los medios de comunicación.
Y con ello logró establecer la marca Trump para conquistar otras industrias y productos, incluidos Trump Financial (hipotecas), Trump Sales and Leasing (ventas residenciales), Trump Restaurants, GoTrump (viajes), Trump Signature Collection (ropa y accesorios para hombre), Donald Trump The Fragance (perfume), Trump Chocolate, etc, etc.
Hoy, ocupa el lugar número 405 en la lista de la revista Forbes de los más ricos del mundo, con una fortuna de US$4.000 millones.
Y ese mismo año estuvo al frente de una “virulenta” campaña de especulación de que Barack Obama no había nacido en Estados Unidos.
Ahora, sin embargo, el interés parece más serio. En junio de este año, en su Torre Trump anunció formalmente su candidatura para las elecciones presidenciales de 2016 para la cual buscaría la nominación del Partido Republicano.
La pregunta que se formulan muchos ahora, tras los resultados del reciente sondeo de ABC/Washington Post, es si lo logrará.
Los comentaristas en Washington están divididos. Pero no parece haber preocupación entre sus detractores.
“Una razón por la que usted no debe preocuparse de que Trump se convierta en presidente”, dice Ruth Marcus, columnista de The Washington Post, “es que, en primer lugar, el sondeo fue realizado antes de que se conocieran los comentarios de Tump sobre el senador John McCain (en los que cuestionó que fuera un héroe de guerra) y el apoyo a Trump cayó drásticamente al final de la noche del sondeo, tras esos comentarios”.
En segundo lugar, agrega Marcus, “un masivo 62% de todos los encuestados -entre ellos 31% de republicanos- dijeron que definitivamente no votarían por él. (La cifra para Jeb Bush (Rep) y Hillary Clinton (Dem) está en aproximadamente 40%)”, asegura la columnista.
En lo que concuerdan los analistas es que Trump es un producto de la era en que vivimos.
“Trump opera bajo sus propias reglas, las cuales están perfectamente creadas para el voraz metabolismo de los medios modernos y el estilo hiperfrenético de hacer campañas”, asegura el corresponsal de la BBC en Nueva York, Nick Bryant.
“Entre más escandolosos sus comentarios, más cobertura y comentarios en redes sociales genera”.
“Y entre más cobertura recibe, más parecen incrementarse los números a su favor en los sondeos”, expresa.
Pero este fenómeno no es nuevo. Ya ocurrió en la carrera electoral de 2012 en la que candidatos controvertidos tuvieron un apogeo y después cayeron estrepitosamente.
Sin embargo, tal como señala el corresponsal de la BBC, “Trump es un profesional experimentado, con más poder de permanencia y más dinero (que previos contendores)”.
“Su imperio de negocios fue construido a base de su extraordinario talento para autopublicitarse -es un titular humano- y tiene la capacidad de llevar a cabo las reapariciones más inverosímiles” dice Nick Bryant.
“Es la precisa definición de una historia de éxito estadounidense: alguien que contínuamente establece estándares de excelencia mientras expande sus intereses en bienes raíces, deportes y entre
tenimiento”.
De esta forma se describe Donald Trump en su página web. Y añade: “El empresario arquetípico: un gran negociador, una figura sin par”, dice.
Esa, por supuesto, es la faz que admiran sus seguidores: un hijo de inmigrantes que empezó con poco y se convirtió en uno de los más poderosos magnates de bienes raíces y entretenimiento del mundo.
Para sus enemigos, es “el monstruo que creó el partido Republicano”, según el columnista del Washington Post, Dana Milbank.
“¿Antiinmigrante? ¿anticurrículo común para el estándar educativo? ¿pro abolición de la Obamacare? ¿antimatrimonio gay? ¿antiaborto? ¿anitiimpuestos? ¿anti China? ¿despiadado retractor de la legitimidad del presidente Obama? Sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí y sí”, dice Milbank.
Y a pesar de sus polémicos comentarios sobre los inmigrantes, en particular los mexicanos, Trump pasó a liderar los sondeos de opinión, muy por delante de los otros aspirantes a la candidatura republicana.
Surgimiento
Donald John Trump nació en junio de 1946 en Queens, Nueva York.Es uno de los cinco hijos de Mary Anne, una inmigrante nacida en la Isla de Lewis, Escocia, y Fred Trump.
Sus abuelos paternos también fueron inmigrantes, provenientes de Alemania. El nombre original de la familia era Drumpf, y su abuelo, Friedrich, quien llegó al país en 1885, se naturalizó ciudadano estadounidense en 1892.
Donald estudió en la Academia Militar de Nueva York y se graduó en la Escuela de Finanzas Wharton de la Universidad de Pensilvania.
Sobre su padre, Donald afirma: “fue mi mentor y con él aprendí una cantidad enorme sobre cada aspecto de la industria de la construcción”.
Y sobre su hijo, Fred Trump expresa: “logré algunos de mis mejores negocios por mi hijo, Donald… cada cosa que toca parece convertirse en oro”.
Entre las cosas que “se convirtieron en oro” estuvieron el Hotel Commodore en Manhattan que tras cinco años de renovación se inauguró como el Grand Hyatt.
En 1982, cuando aún no se completaba la construcción de la Torre Trump en la Quinta Avenida de Manhattan, logró vender 266 condominios de lujo entre cuyos clientes se encontraban Martina Navratilova, Johnny Carson, Steven Spielberg y Sophia Loren.
A lo largo de su carrera, su glamoroso estilo de vida y su forma de expresarse sin reservas lo convirtieron en una celebridad en el país.
Pero en 1992, debido a sus deudas de negocios, se vio forzado a firmar un acuerdo con los bancos y debió vender su yate, su jet, su participación en el Grand Hyatt y en su aerolínea, Trump Shuttle.
Su faceta como celebridad quedó establecida en la última década gracias a su aparición como anfitrión en “The Apprentice” (El aprendiz), un reality show en la TV, a la publicación de varios éxitos de librería y apariciones en los medios de comunicación.
Y con ello logró establecer la marca Trump para conquistar otras industrias y productos, incluidos Trump Financial (hipotecas), Trump Sales and Leasing (ventas residenciales), Trump Restaurants, GoTrump (viajes), Trump Signature Collection (ropa y accesorios para hombre), Donald Trump The Fragance (perfume), Trump Chocolate, etc, etc.
Hoy, ocupa el lugar número 405 en la lista de la revista Forbes de los más ricos del mundo, con una fortuna de US$4.000 millones.
¿Presidente?
Sus ambiciones presidenciales no son nuevas. En 2010 expresó su interés en convertirse en candidato para las elecciones de 2012, pero un año antes anunció que no se presentaría.Y ese mismo año estuvo al frente de una “virulenta” campaña de especulación de que Barack Obama no había nacido en Estados Unidos.
La pregunta que se formulan muchos ahora, tras los resultados del reciente sondeo de ABC/Washington Post, es si lo logrará.
Los comentaristas en Washington están divididos. Pero no parece haber preocupación entre sus detractores.
“Una razón por la que usted no debe preocuparse de que Trump se convierta en presidente”, dice Ruth Marcus, columnista de The Washington Post, “es que, en primer lugar, el sondeo fue realizado antes de que se conocieran los comentarios de Tump sobre el senador John McCain (en los que cuestionó que fuera un héroe de guerra) y el apoyo a Trump cayó drásticamente al final de la noche del sondeo, tras esos comentarios”.
En segundo lugar, agrega Marcus, “un masivo 62% de todos los encuestados -entre ellos 31% de republicanos- dijeron que definitivamente no votarían por él. (La cifra para Jeb Bush (Rep) y Hillary Clinton (Dem) está en aproximadamente 40%)”, asegura la columnista.
“Trump opera bajo sus propias reglas, las cuales están perfectamente creadas para el voraz metabolismo de los medios modernos y el estilo hiperfrenético de hacer campañas”, asegura el corresponsal de la BBC en Nueva York, Nick Bryant.
“Entre más escandolosos sus comentarios, más cobertura y comentarios en redes sociales genera”.
“Y entre más cobertura recibe, más parecen incrementarse los números a su favor en los sondeos”, expresa.
Sin embargo, tal como señala el corresponsal de la BBC, “Trump es un profesional experimentado, con más poder de permanencia y más dinero (que previos contendores)”.
“Su imperio de negocios fue construido a base de su extraordinario talento para autopublicitarse -es un titular humano- y tiene la capacidad de llevar a cabo las reapariciones más inverosímiles” dice Nick Bryant.