Veinte negocios afectados por conflicto universitario
Cochabamba, Opinión
La concentración de más de 70 mil estudiantes en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) mueve al menos 20 negocios que viven de la actividad universitaria. A ocho semanas de iniciado el conflicto en contra de la titulación de docentes sin exámenes de competencia, los propietarios de negocios ven afectada su economía indicando que sus ingresos bajaron, en un promedio del 70 por ciento .
Fotocopiadoras, revisterías, librerías, internet, transcriptoras, cabinas de teléfonos, tarjeteros de líneas prepago, transporte público, taxis, pintadoras de uñas, sandwicheras, pastilleras, tucumaneras, lustrabotas, farmacias, futbolines, restaurantes, cafés/pubs, los famosos “agachaditos” y hasta chicherías son los negocios que circundan la San Simón.
La señora Esther Romero, dueña de un puesto de venta de tucumanas en la esquina de las avenidas Oquendo y Sucre, es tal vez uno de los lugares que mínimamente tenía 3 comensales a su alrededor, pero en días de paro con suerte llega uno cada media hora.
“Antes vendíamos 400 tucumanas al día, y ahora con suerte llegamos a 150”, dice la vendedora a tiempo de pedir una pronta solución.
MUY BAJAS Asimismo, en un puesto de revistas y periódicos, las ventas bajaron de 200 a 70 y 50 bolivianos al día. “Mis mayores clientes son los estudiantes y docentes”, dice Roberto Carlos, quien genera sus ingresos vendiendo libros de códigos procesales a los alumnos de Derecho.
Sin duda otro de los negocios más afectados son las chicherías, que según la estimación de uno de los estudiantes llega a 10, en todas las calles circundantes a la UMSS.
“Desde las 9 de la mañana saben atender”, dice el universitario que prefiere mantener en reserva su identidad.
Ana Calizaya, vende sandwich de chorizo e indica que de los 3 kilos que solía vender ahora solo termina uno. “Es grave, porque yo mantengo a mi familia de los ingresos diarios”, lamenta.
“Deberían salir los padres de familia en uno, así se hubieran hecho respetar los estudiantes”, acota Calizaya.
PREOCUPACIÓN El dueño de un internet dice que los costos de funcionamiento en este tipo de negocios los pone en aprietos cuando no se recupera lo invertido.
“Tengo que pagar personal, energía eléctrica y alquileres, y lo poco que ingresa ahora no alcanza a cubrir todos los gastos”, reprochó el propietario Gonzalo Maldonado.
La concentración de más de 70 mil estudiantes en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) mueve al menos 20 negocios que viven de la actividad universitaria. A ocho semanas de iniciado el conflicto en contra de la titulación de docentes sin exámenes de competencia, los propietarios de negocios ven afectada su economía indicando que sus ingresos bajaron, en un promedio del 70 por ciento .
Fotocopiadoras, revisterías, librerías, internet, transcriptoras, cabinas de teléfonos, tarjeteros de líneas prepago, transporte público, taxis, pintadoras de uñas, sandwicheras, pastilleras, tucumaneras, lustrabotas, farmacias, futbolines, restaurantes, cafés/pubs, los famosos “agachaditos” y hasta chicherías son los negocios que circundan la San Simón.
La señora Esther Romero, dueña de un puesto de venta de tucumanas en la esquina de las avenidas Oquendo y Sucre, es tal vez uno de los lugares que mínimamente tenía 3 comensales a su alrededor, pero en días de paro con suerte llega uno cada media hora.
“Antes vendíamos 400 tucumanas al día, y ahora con suerte llegamos a 150”, dice la vendedora a tiempo de pedir una pronta solución.
MUY BAJAS Asimismo, en un puesto de revistas y periódicos, las ventas bajaron de 200 a 70 y 50 bolivianos al día. “Mis mayores clientes son los estudiantes y docentes”, dice Roberto Carlos, quien genera sus ingresos vendiendo libros de códigos procesales a los alumnos de Derecho.
Sin duda otro de los negocios más afectados son las chicherías, que según la estimación de uno de los estudiantes llega a 10, en todas las calles circundantes a la UMSS.
“Desde las 9 de la mañana saben atender”, dice el universitario que prefiere mantener en reserva su identidad.
Ana Calizaya, vende sandwich de chorizo e indica que de los 3 kilos que solía vender ahora solo termina uno. “Es grave, porque yo mantengo a mi familia de los ingresos diarios”, lamenta.
“Deberían salir los padres de familia en uno, así se hubieran hecho respetar los estudiantes”, acota Calizaya.
PREOCUPACIÓN El dueño de un internet dice que los costos de funcionamiento en este tipo de negocios los pone en aprietos cuando no se recupera lo invertido.
“Tengo que pagar personal, energía eléctrica y alquileres, y lo poco que ingresa ahora no alcanza a cubrir todos los gastos”, reprochó el propietario Gonzalo Maldonado.