Sindicatos opositores paralizan transporte en Argentina
Buenos Aires, AFP
Con bloqueos de rutas y cortes de calle, sindicatos opositores realizan hoy un nuevo paro de transporte terrestre, aéreo y marítimo por reclamos salariales, una huelga calificada de política por el gobierno de Cristina Kirchner, en medio de la campaña electoral en Argentina.
Miles de automóviles particulares y de alquiler se lanzaron a las calles de la capital, en ausencia absoluta de autobuses, trenes y metros que se plegaron a la huelga así como los aviones y barcos.
Las centrales sindicales opositoras arrancaron en la medianoche el paro nacional de 24 horas, mientras que manifestantes de sindicatos de izquierda bloquearon los principales accesos a Buenos Aires pasadas las 6 de la mañana (09H00 GMT).
La medida de fuerza recibió el apoyo de tres centrales sindicales enfrentadas con el gobierno de Kirchner y promete paralizar gran parte de las actividades en este país de 40 millones de personas, mientras que otras dos centrales obreras son aliadas del ejecutivo y no adhieren a ella.
Los sindicatos rechazan que el gobierno pretenda fijar un tope de 27% de aumento salarial en las negociaciones colectivas con las empresas, con una inflación anual para 2015 que analistas estiman que rondará 30%.
Los gremios reclaman además la reducción de un impuesto llamado a las Ganancias, que se aplica sobre los salarios medios y altos.
El titular del gremio de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, integrante de la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT), advirtió que el paro es "una fuerte señal hacia adelante" para el próximo gobierno que asumirá en diciembre.
Esta huelga "será una fuerte señal hacia adelante entre quienes tengan que administrar y vean cuál es la capacidad y la posibilidad de acuerdos en la futura gestión", señaló el sindicalista en alusión al gobierno que surja de las elecciones generales del 25 de octubre, en las que la presidenta no tiene posibilidad de reelección.
El jefe de Gabinete de Kirchner, Aníbal Fernández, rechazó la medida de fuerza al considerarlo "un paro político con el objetivo de generar este tipo de confusión" e "impide" movilizarse "al que quiere ir a trabajar, la inmensa mayoría de la población".
"No hay que preocuparse ni volverse locos con este tipo de situaciones. Esto no nos saca de quicio a nosotros", minimizó.
Durante la jornada tampoco habrá recolección domiciliaria de residuos, transporte de caudales, distribución de alimentos ni combustibles.
El sector marítimo portuario, con el polo agro exportador de Rosario (312 km al norte de la capital) a la cabeza, amenaza con quedar paralizado totalmente, aunque la duración del cese de actividades no hace previsible mayores problemas.
"Piquetes para reforzar"
Varios sindicatos importantes, como los bancarios y del sector comercio, no adhirieron a la huelga, debido a que ya acordaron aumentos salariales en paritarias, pero muchos empleados no podrán llegar a sus lugares de trabajo por la falta de transporte.
El secretario general de la Unión Tranviaria Automotor, Roberto Fernández, sostuvo que se llegó a la medida de fuerza porque el gobierno no escuchó los reclamos en materia salarial, inflación e impuestos a las remuneraciones.
Organizaciones sociales y sindicatos de izquierda convocaron a un "paro activo" con movilizaciones y cortes de tránsito en la capital argentina, su periferia y en las principales ciudades del interior.
"El piquete es para reforzar a aquellos trabajadores en negro, que no tienen delegados y quieren parar pero pueden sufrir presiones de la patronal", justificó el diputado y dirigente trotskista Néstor Pitrola.
Esta es la quinta huelga que tiene lugar desde que Kirchner asumió en 2007 y la segunda en dos meses.
Con bloqueos de rutas y cortes de calle, sindicatos opositores realizan hoy un nuevo paro de transporte terrestre, aéreo y marítimo por reclamos salariales, una huelga calificada de política por el gobierno de Cristina Kirchner, en medio de la campaña electoral en Argentina.
Miles de automóviles particulares y de alquiler se lanzaron a las calles de la capital, en ausencia absoluta de autobuses, trenes y metros que se plegaron a la huelga así como los aviones y barcos.
Las centrales sindicales opositoras arrancaron en la medianoche el paro nacional de 24 horas, mientras que manifestantes de sindicatos de izquierda bloquearon los principales accesos a Buenos Aires pasadas las 6 de la mañana (09H00 GMT).
La medida de fuerza recibió el apoyo de tres centrales sindicales enfrentadas con el gobierno de Kirchner y promete paralizar gran parte de las actividades en este país de 40 millones de personas, mientras que otras dos centrales obreras son aliadas del ejecutivo y no adhieren a ella.
Los sindicatos rechazan que el gobierno pretenda fijar un tope de 27% de aumento salarial en las negociaciones colectivas con las empresas, con una inflación anual para 2015 que analistas estiman que rondará 30%.
Los gremios reclaman además la reducción de un impuesto llamado a las Ganancias, que se aplica sobre los salarios medios y altos.
El titular del gremio de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, integrante de la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT), advirtió que el paro es "una fuerte señal hacia adelante" para el próximo gobierno que asumirá en diciembre.
Esta huelga "será una fuerte señal hacia adelante entre quienes tengan que administrar y vean cuál es la capacidad y la posibilidad de acuerdos en la futura gestión", señaló el sindicalista en alusión al gobierno que surja de las elecciones generales del 25 de octubre, en las que la presidenta no tiene posibilidad de reelección.
El jefe de Gabinete de Kirchner, Aníbal Fernández, rechazó la medida de fuerza al considerarlo "un paro político con el objetivo de generar este tipo de confusión" e "impide" movilizarse "al que quiere ir a trabajar, la inmensa mayoría de la población".
"No hay que preocuparse ni volverse locos con este tipo de situaciones. Esto no nos saca de quicio a nosotros", minimizó.
Durante la jornada tampoco habrá recolección domiciliaria de residuos, transporte de caudales, distribución de alimentos ni combustibles.
El sector marítimo portuario, con el polo agro exportador de Rosario (312 km al norte de la capital) a la cabeza, amenaza con quedar paralizado totalmente, aunque la duración del cese de actividades no hace previsible mayores problemas.
"Piquetes para reforzar"
Varios sindicatos importantes, como los bancarios y del sector comercio, no adhirieron a la huelga, debido a que ya acordaron aumentos salariales en paritarias, pero muchos empleados no podrán llegar a sus lugares de trabajo por la falta de transporte.
El secretario general de la Unión Tranviaria Automotor, Roberto Fernández, sostuvo que se llegó a la medida de fuerza porque el gobierno no escuchó los reclamos en materia salarial, inflación e impuestos a las remuneraciones.
Organizaciones sociales y sindicatos de izquierda convocaron a un "paro activo" con movilizaciones y cortes de tránsito en la capital argentina, su periferia y en las principales ciudades del interior.
"El piquete es para reforzar a aquellos trabajadores en negro, que no tienen delegados y quieren parar pero pueden sufrir presiones de la patronal", justificó el diputado y dirigente trotskista Néstor Pitrola.
Esta es la quinta huelga que tiene lugar desde que Kirchner asumió en 2007 y la segunda en dos meses.