Shangai impide una protesta por una planta química
Shangai, AP
Policías de Shangai se llevaron al menos tres autobuses cargados de activistas por el medio ambiente del exterior de la sede del gobierno local el sábado, en el centro del corazón financiero chino, impidiendo así una protesta que comenzó con el rumor de que una planta petroquímica planeaba trasladarse a la zona.
Preocupados por la salud pública, los chinos más ricos toman cada vez más las calles para aponerse a proyectos potencialmente peligrosos como las plantas petroquímicas, pero las autoridades han respondido intentando suprimir las asambleas que en el pasado llegaron a ser violentas y debilitaron la autoridad de los gobiernos locales.
En el último caso, miles de residentes en el distrito suburbano de Jinshan, en Shangai, han protestado en el exterior de la sede del gobierno local esta semana tras el rumor de que una planta planeaba trasladarse al vecindario. Las autoridades de Shangai dijeron que era falso.
Todavía escépticos, los residentes tenían previsto protestar fuera del gobierno municipal en el centro de Shangai el sábado, pero el lugar estaba fuertemente custodiado por la policía.
Los buses cargados con manifestantes fueron alejados de la zona y se produjeron enfrentamientos con la policía.
El proyecto sobre el que se rumorea incluye una planta de paraxileno que supuestamente se construiría en una zona industrial en Jinshan. El paraxileno es un peligroso químico empleado para fabricar fibras y plásticos. La exposición a este compuesto puede provocar irritación en ojos, nariz y garganta. En abril, seis personas fueron hospitalizadas por una explosión en una planta de paraxileno en la provincia suroriental de Fujian.
El gobierno de Shangai anunció el viernes que terminaría cualquier evaluación ambiental para la zona industrial — que podría significar la existencia de un nuevo proyecto — y se centraría en limpiar la contaminación. Antes había dado repetidas garantías de que no se construiría una planta de paraxileno en Jinshan.
Sin embargo, muchos desconfían del gobierno basándose en la creciente corrupción, la incompetencia y la falta de transparencia en la toma de decisiones.
Policías de Shangai se llevaron al menos tres autobuses cargados de activistas por el medio ambiente del exterior de la sede del gobierno local el sábado, en el centro del corazón financiero chino, impidiendo así una protesta que comenzó con el rumor de que una planta petroquímica planeaba trasladarse a la zona.
Preocupados por la salud pública, los chinos más ricos toman cada vez más las calles para aponerse a proyectos potencialmente peligrosos como las plantas petroquímicas, pero las autoridades han respondido intentando suprimir las asambleas que en el pasado llegaron a ser violentas y debilitaron la autoridad de los gobiernos locales.
En el último caso, miles de residentes en el distrito suburbano de Jinshan, en Shangai, han protestado en el exterior de la sede del gobierno local esta semana tras el rumor de que una planta planeaba trasladarse al vecindario. Las autoridades de Shangai dijeron que era falso.
Todavía escépticos, los residentes tenían previsto protestar fuera del gobierno municipal en el centro de Shangai el sábado, pero el lugar estaba fuertemente custodiado por la policía.
Los buses cargados con manifestantes fueron alejados de la zona y se produjeron enfrentamientos con la policía.
El proyecto sobre el que se rumorea incluye una planta de paraxileno que supuestamente se construiría en una zona industrial en Jinshan. El paraxileno es un peligroso químico empleado para fabricar fibras y plásticos. La exposición a este compuesto puede provocar irritación en ojos, nariz y garganta. En abril, seis personas fueron hospitalizadas por una explosión en una planta de paraxileno en la provincia suroriental de Fujian.
El gobierno de Shangai anunció el viernes que terminaría cualquier evaluación ambiental para la zona industrial — que podría significar la existencia de un nuevo proyecto — y se centraría en limpiar la contaminación. Antes había dado repetidas garantías de que no se construiría una planta de paraxileno en Jinshan.
Sin embargo, muchos desconfían del gobierno basándose en la creciente corrupción, la incompetencia y la falta de transparencia en la toma de decisiones.