Presidente egipcio promete justicia tras ataque con bomba
El Cairo, AP
Con puñetazos sobre la mesa, el presidente egipcio Abdel-Fatá el-Sisi juró el martes acelerar la represión y los juicios a extremistas e imponer la "justicia expeditiva" después que la explosión de un coche bomba mató al procurador general del país, el primer asesinato de un alto funcionario en 25 años.
Las declaraciones de el-Sisi plantean la posibilidad de un endurecimiento de la campaña contra la Hermandad Musulmana y otros opositores después de dos años de represión en que las cortes han impuesto condena de muerte masivas a los islamistas —incluido el presidente derrocado Mohammed Morsi— y miles de arrestos. Los grupos defensores de los derechos humanos acusan a la policía de cometer abusos y dicen que los jueces pasan por alto las normas procesales.
En el funeral de Hisham Barakat, quien supervisó los juicios a Morsi y miles de islamistas, el-Sisi dijo que Egipto estaba en condiciones de hacer caso omiso a las críticas internacionales y darle manos libres al poder judicial en una "batalla" que, dijo, el país está preparado para librar.
"La judicatura está limitada por leyes y la justicia expeditiva también está limitada por leyes. No esperaremos", dijo el-Sisi. Añadió que en pocos días enmendará las leyes de manera tal que "nos permita ejecutar la ley e imponer la justicia lo antes posible". En otro pasaje dijo que "Nos pararemos frente a todo el mundo y lucharemos contra todo el mundo".
En una alusión apenas velada a los dirigentes encarcelados de la Hermandad, el presidente atribuyó la violencia a los que "dan órdenes tras las rejas" y advirtió: "Si hay una pena de muerte, será ejecutada".
El asesinato en un barrio de clase alta de El Cairo tuvo gran repercusión y significó una vergüenza para el-Sisi, quien ha jurado traer estabilidad al país desde que encabezó el derrocamiento de Morsi y la marginación de la Hermandad, que había llegado al poder mediante elecciones.
El martes se cumplió el segundo aniversario de las protestas masivas que desembocaron en el derrocamiento de Morsi. El-Sisi fue elegido presidente hace un año.
Con puñetazos sobre la mesa, el presidente egipcio Abdel-Fatá el-Sisi juró el martes acelerar la represión y los juicios a extremistas e imponer la "justicia expeditiva" después que la explosión de un coche bomba mató al procurador general del país, el primer asesinato de un alto funcionario en 25 años.
Las declaraciones de el-Sisi plantean la posibilidad de un endurecimiento de la campaña contra la Hermandad Musulmana y otros opositores después de dos años de represión en que las cortes han impuesto condena de muerte masivas a los islamistas —incluido el presidente derrocado Mohammed Morsi— y miles de arrestos. Los grupos defensores de los derechos humanos acusan a la policía de cometer abusos y dicen que los jueces pasan por alto las normas procesales.
En el funeral de Hisham Barakat, quien supervisó los juicios a Morsi y miles de islamistas, el-Sisi dijo que Egipto estaba en condiciones de hacer caso omiso a las críticas internacionales y darle manos libres al poder judicial en una "batalla" que, dijo, el país está preparado para librar.
"La judicatura está limitada por leyes y la justicia expeditiva también está limitada por leyes. No esperaremos", dijo el-Sisi. Añadió que en pocos días enmendará las leyes de manera tal que "nos permita ejecutar la ley e imponer la justicia lo antes posible". En otro pasaje dijo que "Nos pararemos frente a todo el mundo y lucharemos contra todo el mundo".
En una alusión apenas velada a los dirigentes encarcelados de la Hermandad, el presidente atribuyó la violencia a los que "dan órdenes tras las rejas" y advirtió: "Si hay una pena de muerte, será ejecutada".
El asesinato en un barrio de clase alta de El Cairo tuvo gran repercusión y significó una vergüenza para el-Sisi, quien ha jurado traer estabilidad al país desde que encabezó el derrocamiento de Morsi y la marginación de la Hermandad, que había llegado al poder mediante elecciones.
El martes se cumplió el segundo aniversario de las protestas masivas que desembocaron en el derrocamiento de Morsi. El-Sisi fue elegido presidente hace un año.