La Liga Norte italiana amenaza a los alcaldes que acojan refugiados
El presidente regional de Lombardía retirará las transferencias a los municipios que ayuden a los inmigrantes
Pablo Ordaz
Roma, El País
Hay una Italia solidaria que lucha cada día a brazo partido por salvar la vida a los inmigrantes en el Mediterráneo -desde los pescadores de Sicilia a los marinos de la Guardia Costera o la Marina Militar-, y otra Italia, representada por los dirigentes de la Liga Norte, que no solo no se avergüenza de su insolidaridad, sino que confía en ella como catapulta al poder. Roberto Maroni, presidente regional de Lombardía y uno de los máximos exponentes de la Liga, ha escrito una carta a los alcaldes del norte del país amenazándolos con sanciones económicas si deciden acoger a algunos de los miles de prófugos –casi 4.000 en las últimas 24 horas— que siguen llegando a las costas italianas procedentes de Libia.
La carta de Roberto Maroni, que para más señas fue ministro del Interior durante el último Gobierno de Silvio Berlusconi (2008-2011), es una amenaza en toda regla. “He decidido escribir a los alcaldes”, explica, “para advertirles de que reduciremos las transferencias regionales a aquellos municipios que decidan acoger inmigrantes. Se trata de un desincentivo porque no deben hacerlo, y el que lo haga, violando la ley, sufrirá las consecuencias”.
La ira del presidente de Lombardía contra los inmigrantes ha encontrado un eco inmediato en los dirigentes de la Liga Norte con mando en plaza. Luca Zaia, el reelecto presidente regional del Veneto, echa más leña al fuego: “Es de locos que este Gobierno [de Matteo Renzi] nos invite a gestionar la fase aguda de la inmigración, cuando todos sabemos que no es aguda, sino crónica. Dejemos de creer en la ilusión de poder soportar y gestionar un éxodo bíblico”. Por si no fuera suficiente con la Liga Norte, cuya estrategia electoral pasa claramente por intentar rentabilizar el miedo al extranjero, también Forza Italia se ha levantado en armas a través de Giovanni Toti, ganador de las elecciones regionales en Liguria: “Aunque aún no puedo hacerlo porque no soy todavía presidente, haremos como Lombardía, Véneto o Valle de Aosta. Tampoco nosotros acogeremos a más inmigrantes”.
La declaración de guerra de la Liga Norte se produce justo después de que las autoridades marítimas italianas –en colaboración con otros países de Europa—hayan rescatado en las últimas 24 horas casi 4.000 inmigrantes en el Canal de Sicilia. De ahí que varios representantes del centroizquierda italiano se hayan apresurado a contestar a Roberto Maroni y sus correligionarios. Tal vez los más beligerantes hayan sido Maurizio Landini, secretario general de FIOM-CGIL –el sector metalúrgico del principal sindicato italiano--, y Arturo Scotto, jefe de los diputados del SEL (Izquierda, Ecología y Libertad). Según Landini no se pueden aplicar lógicas de condominio –“yo cierro la puerta y ya está; es propio de bárbaros”. Scotto va más allá: “Roberto Maroni chantajea a los alcaldes con métodos mafiosos. El Gobierno debe intervenir”.
Pablo Ordaz
Roma, El País
Hay una Italia solidaria que lucha cada día a brazo partido por salvar la vida a los inmigrantes en el Mediterráneo -desde los pescadores de Sicilia a los marinos de la Guardia Costera o la Marina Militar-, y otra Italia, representada por los dirigentes de la Liga Norte, que no solo no se avergüenza de su insolidaridad, sino que confía en ella como catapulta al poder. Roberto Maroni, presidente regional de Lombardía y uno de los máximos exponentes de la Liga, ha escrito una carta a los alcaldes del norte del país amenazándolos con sanciones económicas si deciden acoger a algunos de los miles de prófugos –casi 4.000 en las últimas 24 horas— que siguen llegando a las costas italianas procedentes de Libia.
La carta de Roberto Maroni, que para más señas fue ministro del Interior durante el último Gobierno de Silvio Berlusconi (2008-2011), es una amenaza en toda regla. “He decidido escribir a los alcaldes”, explica, “para advertirles de que reduciremos las transferencias regionales a aquellos municipios que decidan acoger inmigrantes. Se trata de un desincentivo porque no deben hacerlo, y el que lo haga, violando la ley, sufrirá las consecuencias”.
La ira del presidente de Lombardía contra los inmigrantes ha encontrado un eco inmediato en los dirigentes de la Liga Norte con mando en plaza. Luca Zaia, el reelecto presidente regional del Veneto, echa más leña al fuego: “Es de locos que este Gobierno [de Matteo Renzi] nos invite a gestionar la fase aguda de la inmigración, cuando todos sabemos que no es aguda, sino crónica. Dejemos de creer en la ilusión de poder soportar y gestionar un éxodo bíblico”. Por si no fuera suficiente con la Liga Norte, cuya estrategia electoral pasa claramente por intentar rentabilizar el miedo al extranjero, también Forza Italia se ha levantado en armas a través de Giovanni Toti, ganador de las elecciones regionales en Liguria: “Aunque aún no puedo hacerlo porque no soy todavía presidente, haremos como Lombardía, Véneto o Valle de Aosta. Tampoco nosotros acogeremos a más inmigrantes”.
La declaración de guerra de la Liga Norte se produce justo después de que las autoridades marítimas italianas –en colaboración con otros países de Europa—hayan rescatado en las últimas 24 horas casi 4.000 inmigrantes en el Canal de Sicilia. De ahí que varios representantes del centroizquierda italiano se hayan apresurado a contestar a Roberto Maroni y sus correligionarios. Tal vez los más beligerantes hayan sido Maurizio Landini, secretario general de FIOM-CGIL –el sector metalúrgico del principal sindicato italiano--, y Arturo Scotto, jefe de los diputados del SEL (Izquierda, Ecología y Libertad). Según Landini no se pueden aplicar lógicas de condominio –“yo cierro la puerta y ya está; es propio de bárbaros”. Scotto va más allá: “Roberto Maroni chantajea a los alcaldes con métodos mafiosos. El Gobierno debe intervenir”.