La fuga y el mensaje de dos presos de una cárcel de alta seguridad en EE UU
Una cárcel de máxima seguridad es testigo de la primera fuga en varias décadas
Cristina F. Pereda
Washington, El País
“Que tengan un buen día”. Dos presos de una cárcel de máxima seguridad en el estado de Nueva York dejaron este mensaje como broche final a una hazaña inédita. Su huida ha sido comparada a la de tres reclusos de la prisión de Alcatraz, en San Francisco, hace más de cinco décadas. Richard Matt y David Sweat, ambos condenados por asesinato, lograron abrir un agujero en sus celdas hasta respirar en libertad en la madrugada del sábado, al otro lado de los muros de la prisión, de casi diez metros de altura.
Las autoridades aseguran que los dos presos emplearon herramientas mecánicas para romper una pared de acero que separaba sus celdas contiguas de los pasillos internos de la cárcel. Una vez en las pasarelas, a más de seis pisos de altura, también cortaron tuberías y se adentraron en túneles hasta dar con una alcantarilla en el exterior del correccional.
“Alguien les tuvo que escuchar”, declaró este domingo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo. El gobernador también barajó que el resto de presos “tengan un sueño muy profundo” tras calificar la fuga como “realmente extraordinaria”. Tras visitar las instalaciones del Correccional de Clinton, a unos 30 kilómetros de la frontera con Canadá, Cuomo afirmó que la prioridad es encontrar a los presos fugados. Para ello se han distribuido fotografías de los reclusos con detalles de su altura, peso y tatuajes significativos. Como el “Mexico Forever” que se lee en un brazo de Matt.
El puzzle de su huida lo completarán después. Además de firmar un post-it con su mensaje, los reclusos envolvieron prendas de ropa bajo las sábanas para simular que seguían dormidos. Los funcionarios de la prisión les vieron por última vez en el recuento de las diez y media de la noche. A las cinco y media de la madrugada descubrieron el boquete, un agujero cuadrado en la pared de acero, a la altura del suelo, detrás de la cama.
El correccional, construido en 1865, nunca ha visto nada igual. Pero Richard Matt sí. Huyó en el año 86 de una prisión de donde ya cumplía otra condena. En la actualidad está condenado a 25 años de prisión por el secuestro, descuartizamiento y asesinato de su jefe en 1997. A su compañero en la fuga, de 34 años, el asesinato en primer grado de un sheriff en 2002 le valió la cadena perpetua. Ambos han sido descritos por las autoridades como “extremadamente peligrosos”.
La policía de Nueva York trabaja con el FBI y los responsables de la prisión para dar con los reclusos en la región de Dannemora, también conocida como la “pequeña Siberia”, al norte de Nueva York. Más de 200 agentes rastreaban este fin de semana la zona con la ayuda de sabuesos, helicópteros y cierres de carreteras, buscando a los dos fugados en las montañas y en la única autopista que conecta la región con Canadá. La policía ha registrado varias viviendas en las cercanías del correccional por temor a que los presos se hayan refugiado allí.
Mientras continúan las labores de búsqueda, los responsables de la prisión investigan si Matt y Sweat usaron herramientas pertenecientes a la cárcel o les fueron proporcionadas por equipos que trabajan temporalmente en las instalaciones. La otra incógnita es cuánto duró la preparación de la huida o si apostaron toda su suerte en un único intento.
Cristina F. Pereda
Washington, El País
“Que tengan un buen día”. Dos presos de una cárcel de máxima seguridad en el estado de Nueva York dejaron este mensaje como broche final a una hazaña inédita. Su huida ha sido comparada a la de tres reclusos de la prisión de Alcatraz, en San Francisco, hace más de cinco décadas. Richard Matt y David Sweat, ambos condenados por asesinato, lograron abrir un agujero en sus celdas hasta respirar en libertad en la madrugada del sábado, al otro lado de los muros de la prisión, de casi diez metros de altura.
Las autoridades aseguran que los dos presos emplearon herramientas mecánicas para romper una pared de acero que separaba sus celdas contiguas de los pasillos internos de la cárcel. Una vez en las pasarelas, a más de seis pisos de altura, también cortaron tuberías y se adentraron en túneles hasta dar con una alcantarilla en el exterior del correccional.
“Alguien les tuvo que escuchar”, declaró este domingo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo. El gobernador también barajó que el resto de presos “tengan un sueño muy profundo” tras calificar la fuga como “realmente extraordinaria”. Tras visitar las instalaciones del Correccional de Clinton, a unos 30 kilómetros de la frontera con Canadá, Cuomo afirmó que la prioridad es encontrar a los presos fugados. Para ello se han distribuido fotografías de los reclusos con detalles de su altura, peso y tatuajes significativos. Como el “Mexico Forever” que se lee en un brazo de Matt.
El puzzle de su huida lo completarán después. Además de firmar un post-it con su mensaje, los reclusos envolvieron prendas de ropa bajo las sábanas para simular que seguían dormidos. Los funcionarios de la prisión les vieron por última vez en el recuento de las diez y media de la noche. A las cinco y media de la madrugada descubrieron el boquete, un agujero cuadrado en la pared de acero, a la altura del suelo, detrás de la cama.
El correccional, construido en 1865, nunca ha visto nada igual. Pero Richard Matt sí. Huyó en el año 86 de una prisión de donde ya cumplía otra condena. En la actualidad está condenado a 25 años de prisión por el secuestro, descuartizamiento y asesinato de su jefe en 1997. A su compañero en la fuga, de 34 años, el asesinato en primer grado de un sheriff en 2002 le valió la cadena perpetua. Ambos han sido descritos por las autoridades como “extremadamente peligrosos”.
La policía de Nueva York trabaja con el FBI y los responsables de la prisión para dar con los reclusos en la región de Dannemora, también conocida como la “pequeña Siberia”, al norte de Nueva York. Más de 200 agentes rastreaban este fin de semana la zona con la ayuda de sabuesos, helicópteros y cierres de carreteras, buscando a los dos fugados en las montañas y en la única autopista que conecta la región con Canadá. La policía ha registrado varias viviendas en las cercanías del correccional por temor a que los presos se hayan refugiado allí.
Mientras continúan las labores de búsqueda, los responsables de la prisión investigan si Matt y Sweat usaron herramientas pertenecientes a la cárcel o les fueron proporcionadas por equipos que trabajan temporalmente en las instalaciones. La otra incógnita es cuánto duró la preparación de la huida o si apostaron toda su suerte en un único intento.