Jeb Bush intenta seducir a Europa

El exgobernador de Florida inicia en Berlin una gira para reforzar su imagen de estadista

Enrique Müller
Berlín, El País
John Ellis “Jeb” Bush dio comienzo este martes en Berlin a una apretada gira europea que le llevará también a Estonia y Polonia y debe servirle para reforzar su imagen de estadista, un hombre versado en politica exterior y asuntos económicos mundiales, dos aspectos que le deben ayudar a conseguir la nominación para la candidatura a la presidencia de su país. Ante un selecto y concurrido público de empresarios y políticos que asistieron a un congreso del Consejo Económico de la CDU, el futuro posible candidato tuvo varios gestos hacia sus anfitriones, en un intento para mostrar un lado amable y conciliador, pero también adelantó, con pocas palabras, lo que podria ser el eje de su politica exterior, si llega a ocupar la Casa Blanca.


Arropado por la gestión de su padre en las cruciales negociaciones que culminaron con la unificación alemana, Jeb Bush arrancó aplausos cuando recordó la acción conjunta de George Bush y Helmut Kohl. Ahora Alemania está unida y Alemania es libre. "Les aseguro que la relación con Alemania y la relación con Europa será siempre una prioridad en Estados Unidos”, dijo.

Pero el hijo también mencionó los futuros desafíos a lo que esta enfrentado su país y el mundo libre y no olvidó mencionar la importancia que tiene actualmente la OTAN, 70 años después de que Estados Unidos y sus aliados europeos comenzaran a coinstruir una nueva alianza. “¿Quién podría decir lo contrario, mientras observamos como el destino de Ucrania se convierte lentamente en una tragedia?. Nuestra alianza, nuestra solidaridad y nuestras acciones son esenciales si deseamos preservar los principios fundamentales de nuestro orden internacional”, señaló

A pesar del cálido recibimiento que recibió Bush en el Congreso del Consejo Económico del partido que dirige la canciller Angela Merkel, su visita a Berlín no estuvo exenta de polémica. Desde un punto de vista estrictamente oficial, John Ellis “Jeb” Bush, es un persona privada que supuestamente disfruta del sol de Florida junto a su esposa Columba.

Pero todo el mundo sabe que quiere concurrir a las elecciones primarias del partido Republicano para buscar la candidatura a la presidencia de su país. Una ambición que concretará el próximo 15 de junio. Por esta razón y quizás por otras menos fáciles de explicar, Berlin recibió este martes al hijo y hermano de dos presidentes de Estados Unidos con una amabilidad que hizo sospechar a la prensa de que el actual Gobierno germano estaría interesado en darle un recibimiento de honor al futuro posible candidato, una acción cargada de tintes electoralistas.

Bush recibió en Berlín una acogida que solo un muy reducido grupo de personas privadas tiene el honor de disfrutar. Durante una jornada de no más de 24 horas, se reunió con la canciller Merkel y con el poderoso ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble y este miércoles será recibido por el Ministro de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier.

Aunque en Berlin sigue siendo válida la premisa de que el Gobierno no se entromete en luchas electorales de otros países, el recibimiento que recibió Bush en Berlin dejó al desnudo que Berlin no es indiferente a la posible candidatura del exgobernador de Florida. “Que un político se encuentre con otros políticos es algo relativamente normal”, dijo el lunes el viceportavoz del Gobierno alemán, George Streiter, en un intento de restarle importancia a los encuentros que sostuvo Bush en Berlin.

La normalidad política de los encuentros en Berlín, sin embargo está regida por otras normas, tal como sucedió cuando el candidato demócrata, Barack Obama, visitó la capital en julio de 2008. En aquella ocasión, el equipo del candidato había señalado al gobierno el interés que tenía Obama de pronunciar un discurso con la famosa puerta de Brandeburgo como telón de fondo, un escenario que la ciudad solo reserva a los jefes de Estado y de Gobierno.

Después de recibir la negativa de la propia canciller que no quería que su Gobierno fuera visto como un simpatizante de la candidatura del político demócrata, Obama pronunció su discurso ante unas 200.000 personas desde un escenario construido a los pies de la Columna de la Victoria.

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