FIFA: Una organización que solo tuvo ocho presidentes en 111 años
Desde su fundación, en 1904, el ente rector del fútbol se acostumbró a los mandatos extensos. Entre Blatter y su antecesor, Joao Havelange, lo condujeron durante más de cuatro décadas.
Clarín
Desde que los representantes de las federaciones de Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Países Bajos, Suecia y Suiza firmaron el acta fundacional de la FIFA, el 21 de mayo de 1904 en París, apenas ocho hombres han ocupado el sillón presidencial del ente rector del fútbol mundial, al que hoy renunció el suizo Joseph Blatter.
El primero fue el periodista francés Robert Guérin, quien fue elegido durante el primer Congreso y ocupó el cargo durante dos años. En ese lapso consiguió ampliar a 15 la cantidad de asociaciones miembro de la novel organización. Su sucesor fue el inglés Daniel Burley Woolfall, durante cuyo mandato se formalizó un reglamento unificado del deporte y se sumaron los primeros miembros no europeos (Sudáfrica, Argentina, Chile y Estados Unidos). Ocupó el cargo hasta su muerte, ocurrida el 24 de octubre de 1918.
Tras un interinato de dos años del holandés Carl Anton Hirschmann, llegó el turno del presidente que edificó el más extenso mandato, el francés Jules Rimet, quien fue elegido interinamente en 1920, fue ratificado el 1 de marzo de 1921 y permaneció hasta 1954, cuando abandonó el cargo y fue nombrado presidente honorario. En esos 34 años el fútbol fue adquiriendo una dimensión global (la cantidad de federaciones asociadas pasó de 20 a 85), para lo cual resultó fundamental la creación de la Copa del Mundo, cuyo trofeo fue bautizado con el nombre de Rimet en 1946.
Su sucesor, el holandés Rodolphe W. Seeldrayers, apenas permaneció quince meses en el sillón, ya que falleció el 7 de octubre de 1955. Fue reemplazado interinamente por el inglés Arthur Drewry, quien fue ratificado en junio de 1956 y también murió en ejercicio del cargo, en 1961.
El elegido para reemplazarlo fue otro inglés, Stanley Rous, quien había iniciado su vínculo con el fútbol como árbitro, antes de llegar a la presidencia de la Federación Inglesa en la década de 1950. Durante su mandato, introdujo las transmisiones televisivas e incorporó la publicidad en los Mundiales, lo que permitió que la FIFA se transformara en una organización sumamente rentable. Como puntos oscuros, se negó a otorgar cupos directos para la Copa del Mundo a los seleccionados africanos y asiáticos y avaló la participación en certámenes de Sudáfrica, en tiempos del Apartheid.
La oposición de las federaciones de Asia y África terminaron marcando su destino, ya que en 1974 perdió las elecciones a manos del brasileño Joao Havelange, quien en su juventud había sido nadador y jugador de waterpolo. Los 24 años de mandato del único dirigente no europeo que comandó la FIFA estuvieron marcados por la ampliación en el número de seleccionados en la Copa del Mundo (de 16 a 32), con mayor participación de representantes de Asia, África y la Concacaf, y la instauración de los Mundiales Sub 17, Sub 20 y femenino.
El mandato de Havelange estuvo manchado por hechos de corrupción que comenzaron a conocerse pocos tiempo después del final de su gestión y que en 2013 lo obligaron a renunciar a la presidencia honoraria, luego de que el Comité de Ética de la FIFA informara que el brasileño había recibido sobornos durante su etapa como presidente.
El 8 de junio de 1998, Havelange entregó el mando a Blatter, quien desde 1981 era secretario general de la FIFA y derrotó en las elecciones al sueco Lennart Johansson, que era presidente de la UEFA. Fue el inicio de un mandato que se extendió durante 16 años y que hoy comenzó a escribir su último capítulo.
Clarín
Desde que los representantes de las federaciones de Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Países Bajos, Suecia y Suiza firmaron el acta fundacional de la FIFA, el 21 de mayo de 1904 en París, apenas ocho hombres han ocupado el sillón presidencial del ente rector del fútbol mundial, al que hoy renunció el suizo Joseph Blatter.
El primero fue el periodista francés Robert Guérin, quien fue elegido durante el primer Congreso y ocupó el cargo durante dos años. En ese lapso consiguió ampliar a 15 la cantidad de asociaciones miembro de la novel organización. Su sucesor fue el inglés Daniel Burley Woolfall, durante cuyo mandato se formalizó un reglamento unificado del deporte y se sumaron los primeros miembros no europeos (Sudáfrica, Argentina, Chile y Estados Unidos). Ocupó el cargo hasta su muerte, ocurrida el 24 de octubre de 1918.
Tras un interinato de dos años del holandés Carl Anton Hirschmann, llegó el turno del presidente que edificó el más extenso mandato, el francés Jules Rimet, quien fue elegido interinamente en 1920, fue ratificado el 1 de marzo de 1921 y permaneció hasta 1954, cuando abandonó el cargo y fue nombrado presidente honorario. En esos 34 años el fútbol fue adquiriendo una dimensión global (la cantidad de federaciones asociadas pasó de 20 a 85), para lo cual resultó fundamental la creación de la Copa del Mundo, cuyo trofeo fue bautizado con el nombre de Rimet en 1946.
Su sucesor, el holandés Rodolphe W. Seeldrayers, apenas permaneció quince meses en el sillón, ya que falleció el 7 de octubre de 1955. Fue reemplazado interinamente por el inglés Arthur Drewry, quien fue ratificado en junio de 1956 y también murió en ejercicio del cargo, en 1961.
El elegido para reemplazarlo fue otro inglés, Stanley Rous, quien había iniciado su vínculo con el fútbol como árbitro, antes de llegar a la presidencia de la Federación Inglesa en la década de 1950. Durante su mandato, introdujo las transmisiones televisivas e incorporó la publicidad en los Mundiales, lo que permitió que la FIFA se transformara en una organización sumamente rentable. Como puntos oscuros, se negó a otorgar cupos directos para la Copa del Mundo a los seleccionados africanos y asiáticos y avaló la participación en certámenes de Sudáfrica, en tiempos del Apartheid.
La oposición de las federaciones de Asia y África terminaron marcando su destino, ya que en 1974 perdió las elecciones a manos del brasileño Joao Havelange, quien en su juventud había sido nadador y jugador de waterpolo. Los 24 años de mandato del único dirigente no europeo que comandó la FIFA estuvieron marcados por la ampliación en el número de seleccionados en la Copa del Mundo (de 16 a 32), con mayor participación de representantes de Asia, África y la Concacaf, y la instauración de los Mundiales Sub 17, Sub 20 y femenino.
El mandato de Havelange estuvo manchado por hechos de corrupción que comenzaron a conocerse pocos tiempo después del final de su gestión y que en 2013 lo obligaron a renunciar a la presidencia honoraria, luego de que el Comité de Ética de la FIFA informara que el brasileño había recibido sobornos durante su etapa como presidente.
El 8 de junio de 1998, Havelange entregó el mando a Blatter, quien desde 1981 era secretario general de la FIFA y derrotó en las elecciones al sueco Lennart Johansson, que era presidente de la UEFA. Fue el inicio de un mandato que se extendió durante 16 años y que hoy comenzó a escribir su último capítulo.