Europa, sin acuerdo sobre plan migratorio

Luxemburgo, AP
Las naciones de la Unión Europea resultaron incapaces de superar sus diferencias el martes sobre un plan de emergencia para enfrentar el peso de los miles de migrantes que cruzan el Mediterráneo, mientras en la frontera franco-italiana la policía antimotines desalojó por la fuerza a decenas de ellos.


Unos 100.000 migrantes han llegado a Europa en lo que va del año, y alrededor de 2.000 han muerto durante la peligrosa travesía marítima. Italia y Grecia han recibido a la mayoría y se prevén nuevas oleadas de junio a septiembre.

En Luxemburgo, los ministros del Interior europeos discreparon acerca de cómo repartir equitativamente a los 40.000 refugiados nuevos que arriban a Italia y Grecia entre las 28 naciones del bloque para aligerar la carga.

"Nos esforzamos por evitar la bancarrota política de Europa", dijo a la prensa el ministro italiano del Interior Angelino Alfano.

Los esfuerzos voluntarios por recibir a los migrantes han resultado insuficientes. El plan actual para recibir a los refugiados sirios y eritreos durante los próximos dos años es políticamente explosivo, porque obligaría a cada país de la UE a recibir a un cierto número de refugiados. Apenas 10 de los 28 países apoyan el plan, pero piden cambios en la manera de distribuir a los refugiados.

"Sabemos que hay mucha resistencia en algunos estados miembros a una medida obligatoria", dijo en Berlín la canciller alemana Angela Merkel.

El plan fue elaborado de emergencia cuando unos 800 migrantes aparentemente murieron ahogados en la travesía a Italia en abril. Los líderes de la UE lo discutirán cuando se reúnan en Bruselas el 25 y 26 de junio, y los ministros del Interior volverán a hacerlo en su reunión en julio.

Horas antes, en Ventimiglia, Italia, sobre la frontera con Francia, la policía desalojó a varias decenas de migrantes africanos que acampaban desde hacía varios días con la esperanza de seguir viaje hacia el norte.

Algunos se aferraron a carteles callejeros y otros fueron llevados a rastras, en una escena violenta que dio peso a la posición italiana de que el resto de Europa debe hacer más para afrontar la crisis. Los migrantes que se encontraban sobre rocas peligrosas en la costa no fueron molestados.

"Somos seres humanos. No somos animales", dijo Saddam, un migrante sudanés que observaba la escena y se identificó por su nombre. "Sé que somos negros y venimos de Africa, pero seguimos siendo seres humanos".

Alfano dijo que la escena en Ventimiglia fue "un puñetazo en el ojo para los que se niegan a ver".

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