Europa se une para conmemorar bicentenario de batalla que puso fin a dominio de Napoleón

Waterloo, Reuters
Reyes y plebeyos se reunirán esta semana en Waterloo para conmemorar el bicentenario de la famosa batalla homónima, en una muestra de unidad europea no vista durante un aniversario importante en el lugar de los hechos desde que éstos cambiaron el curso de la historia el 18 de junio de 1815.


Días de ceremonias oficiales, espectáculos de música y fuegos artificiales, y la recreación de ese sangriento día de verano que puso fin a la dominación francesa de Napoleón sobre el continente, han sido anunciados en medio de una nueva evaluación del conflicto y un renovado debate, y molestias, sobre su significado para la Europa actual.

En el lugar, 20 kilómetros al sur de la sede de la Unión Europea en la capital belga de Bruselas, los descendientes de combatientes británicos, holandeses, belgas, alemanes y franceses se reunirán junto a representantes estatales en un espíritu de unidad.

Es un contraste no solo con el centenario de 1915, bajo la ocupación alemana de la Primera Guerra Mundial, sino también de la conmemoración de 1965, cuando Francia desairó eventos británicos por el aniversario número 150.

Entonces, el presidente francés Charles de Gaulle estaba ocupado intentando mantener a Gran Bretaña fuera del club de Bruselas, mientras que -en plena Guerra Fría- Alemania Occidental y Bélgica evitaron las celebraciones por temor a aislar a Francia, un aliado clave en la OTAN contra la Unión Soviética.

Ahora, en momentos en que la Unión Europea enfrenta nuevos problemas para mantener a Gran Bretaña (y a Grecia) dentro del bloque y a una renaciente Rusia fuera de él, parte de la conmemoración se basa en revivir el nombre de Waterloo.

Unos 40.000 hombres habrían muerto o resultado heridos en una batalla a la que siguió un siglo de irregular paz, pero actualmente para mucha gente la palabra significa poco más que la exitosa canción de 1974 del grupo sueco ABBA.

"Recordar el sacrificio hecho es solo el comienzo", dijo la embajadora británica ante Bélgica, Alison Rose. "Debemos hacer un esfuerzo al menos semejante en marcar la diferencia hoy, en promover el respeto, la justicia y la reconciliación", agregó.

DIFERENCIAS

Francia, aún ambivalente sobre la dictadura napoleónica que siguió a una revolución hecha en el nombre de la libertad, enviará a su embajador a una ceremonia el jueves en la que participarán los monarcas de Bélgica y Holanda.

La reina Isabel II de Gran Bretaña estará representada por su primo el Duque de Kent, y se esperan a destacadas autoridades de la UE, aunque ninguna de Rusia o Austria, los otros aliados contra la Francia de Napoleón.

También Alemania enviará un representante. Su pueblo luchó por el rey británico de la casa de Hannover y en el ejército del mariscal prusiano Gebhard Leberecht von Blücher, cuya llegada al campo de batalla salvó al Duque de Wellington y a sus aliados holandeses.

Pero pese a toda la armonía oficial, las susceptibilidades son intensas. París usó sus derechos en el sistema monetario de la UE para evitar que Bélgica emitiera una moneda del euro conmemorativa de la batalla, solo para ser aventajado por la casa de la moneda de Bruselas la semana pasada cuando sacó las monedas de Waterloo, aunque como mero "souvenir".

El rey Guillermo Alejandro de Holanda, en declaraciones a Reuters, enfatizó el rol de Waterloo en establecer su propio trono, pero no vio ninguna lección que inspire la cooperación hoy en día.

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