¿Es Taylor Swift la chica perfecta?
Con talento y estilo, guapa y millonaria, la cantante estadounidense gusta a hijas y padres por igual. Diseccionamos qué hay detrás de su éxito
Miguel Ángel Bargueño, El País
Su imagen adorna carpetas y habitaciones de muchas adolescentes, y puede que también los sueños de algunos padres. A sus 25 años (nació en Pensilvania, Estados Unidos), Taylor Swift encarna, para muchos, la perfección. Tras dar un giro a su carrera, dejando atrás la música country para convertirse en diva pop, Swift se ha consolidado con su último disco, 1989, el más vendido del año pasado en Estados Unidos (4,6 millones de unidades). Esta misma semana, el álbum seguía en el número dos de ventas en su país. De su inteligencia no hay duda: no hay más que ver cómo gestiona sus negocios paralelos. Pero es que, además, sus estilismos, su aspecto físico y su estilo de vida son otras claves de su éxito que merecen ser analizadas.
Mutación creíble
Poco queda hoy de la cantante adolescente de country, de voz dulce e imagen recatada, que cautivó a los amantes de la música vaquera con su primer disco, Taylor Swift, de 2006. Hoy, musicalmente, está más cerca de Rihanna que de Garth Brooks. Su último trabajo, 1989, está plagado de instrumentos electrónicos y ritmos bailables; sin duda, una maniobra con la que ha ampliado su público objetivo. Ramón Redondo, director de M80 Radio, opina que ha sido “una mutación paulatina pero afianzada y creíble. La estrategia ha pasado por infinidad de concesiones, desde aparecer en numerosas bandas sonoras de blockbusters a no renunciar a ninguna colaboración con otros artistas [de Ed Sheeran a John Mayer] y a un trabajo de exposición en medios de todo el planeta muy inteligente y calculado”.
El encanto de sus piernas kilométricas
Desde que la conocemos luce un aspecto impecable con tendencia a las prendas cortas que le permiten presumir de su punto fuerte: unas piernas kilométricas. Pero como otras estrellas juveniles del pop, Taylor Swift se vuelve más atrevida a medida que cumple años, y su imagen se ha sofisticado. “Pensamos que Taylor se está redescubriendo a sí misma”, dice Víctor Alonso, del dúo de diseñadores María Ke Fisherman, cuyas creaciones han lucido, entre otras, Katy Perry y Lindsay Lohan. Alonso define el estilo de sus inicios como “soso chic” y percibe un interés actual por parte de los estilistas de la cantante por alternar diferentes tendencias. “El problema de esto es que las fases de transición no generan looks auténticos. La actitud, el beauty... han de acompañar a la imagen y tiene que haber naturalidad en todo esto. Parece que dentro de poco veremos a una Taylor Swift renovada, diferente y mucho más intensa”. Su último vídeo, Bad blood, la presenta como chica dura del futuro entre explosiones y puñetazos.
Pilates y yoga para estar en forma
Otras estrellas musicales son apreciadas por alardear de curvas; la espigada Taylor Swift, con su 1,78 de altura y sus 52 kilos de peso, no es precisamente la cantante más explosiva del pop, pero físicamente tampoco se le puede poner una sola pega. Probablemente sus genes contribuyen a mantener ese tipo espléndido, pero Taylor también se lo curra. Se sabe que se ejercita asiduamente en un gimnasio del barrio del Bowery, en Nueva York, llamado ModelFIT Gym, donde practica una efectiva mezcla de pilates y yoga que la pone fuerte sin abandonar la esbeltez. Lydia Fernández, directora de Core Pilates Energy Center, en Madrid, apunta cuál puede ser su entrenamiento: “No menos de tres clases por semana: la constancia es lo que hace estilizar la figura. Para fortalecer el tren inferior debe de recurrir a máquinas como el reformer, fundamental para piernas y glúteos”. Es probable que lo combine con sesiones periódicas de running: desde luego, piernas para correr no le faltan.
Joven empresaria poderosa
Swift ha explotado insistentemente su aspecto angelical casi desde el inicio de su carrera, cerrando numerosos contratos con empresas de productos para adolescentes. En 2008, nada más cumplir los 18, firmó un acuerdo por el que se convirtió en imagen de L.E.I. Jeans. En 2009, lanzó una línea de ropa veraniega para los hipermercados Wal-mart. Ha diseñado muñecas y tarjetas de felicitación, y lanzado cuatro fragancias para Elizabeth Arden y una línea de zapatillas de la marca Keds, por citar solo algunos de sus negocios extramusicales. Así, no es de extrañar que la revista Forbes tase su valor actual como estrella en 200 millones de dólares. Es una de las jóvenes más poderosas del mundo.
No a los escándalos
Nada de salir a gatas de garitos, fotos picantes en su cuenta de Instagram o relaciones turbulentas. Taylor Swift no se parece a otros ídolos adolescentes (véase Britney Spears, Lindsay Lohan o Miley Cyrus) y hasta en eso controla la imagen que difunde al público. Tampoco es una monja: ha salido con músicos (Joe Jonas, John Mayer o Calvin Harris, su actual novio), actores (Jake Gyllenhaal) y hasta con un descendiente de la saga Kennedy (Connor Kennedy), pero siempre, que se sepa, han sido relaciones formales. El año pasado decidió dedicarlo a la castidad, porque, declaró, salir con alguien sería “una debilidad” para su carrera.
Miguel Ángel Bargueño, El País
Su imagen adorna carpetas y habitaciones de muchas adolescentes, y puede que también los sueños de algunos padres. A sus 25 años (nació en Pensilvania, Estados Unidos), Taylor Swift encarna, para muchos, la perfección. Tras dar un giro a su carrera, dejando atrás la música country para convertirse en diva pop, Swift se ha consolidado con su último disco, 1989, el más vendido del año pasado en Estados Unidos (4,6 millones de unidades). Esta misma semana, el álbum seguía en el número dos de ventas en su país. De su inteligencia no hay duda: no hay más que ver cómo gestiona sus negocios paralelos. Pero es que, además, sus estilismos, su aspecto físico y su estilo de vida son otras claves de su éxito que merecen ser analizadas.
Mutación creíble
Poco queda hoy de la cantante adolescente de country, de voz dulce e imagen recatada, que cautivó a los amantes de la música vaquera con su primer disco, Taylor Swift, de 2006. Hoy, musicalmente, está más cerca de Rihanna que de Garth Brooks. Su último trabajo, 1989, está plagado de instrumentos electrónicos y ritmos bailables; sin duda, una maniobra con la que ha ampliado su público objetivo. Ramón Redondo, director de M80 Radio, opina que ha sido “una mutación paulatina pero afianzada y creíble. La estrategia ha pasado por infinidad de concesiones, desde aparecer en numerosas bandas sonoras de blockbusters a no renunciar a ninguna colaboración con otros artistas [de Ed Sheeran a John Mayer] y a un trabajo de exposición en medios de todo el planeta muy inteligente y calculado”.
El encanto de sus piernas kilométricas
Desde que la conocemos luce un aspecto impecable con tendencia a las prendas cortas que le permiten presumir de su punto fuerte: unas piernas kilométricas. Pero como otras estrellas juveniles del pop, Taylor Swift se vuelve más atrevida a medida que cumple años, y su imagen se ha sofisticado. “Pensamos que Taylor se está redescubriendo a sí misma”, dice Víctor Alonso, del dúo de diseñadores María Ke Fisherman, cuyas creaciones han lucido, entre otras, Katy Perry y Lindsay Lohan. Alonso define el estilo de sus inicios como “soso chic” y percibe un interés actual por parte de los estilistas de la cantante por alternar diferentes tendencias. “El problema de esto es que las fases de transición no generan looks auténticos. La actitud, el beauty... han de acompañar a la imagen y tiene que haber naturalidad en todo esto. Parece que dentro de poco veremos a una Taylor Swift renovada, diferente y mucho más intensa”. Su último vídeo, Bad blood, la presenta como chica dura del futuro entre explosiones y puñetazos.
Pilates y yoga para estar en forma
Otras estrellas musicales son apreciadas por alardear de curvas; la espigada Taylor Swift, con su 1,78 de altura y sus 52 kilos de peso, no es precisamente la cantante más explosiva del pop, pero físicamente tampoco se le puede poner una sola pega. Probablemente sus genes contribuyen a mantener ese tipo espléndido, pero Taylor también se lo curra. Se sabe que se ejercita asiduamente en un gimnasio del barrio del Bowery, en Nueva York, llamado ModelFIT Gym, donde practica una efectiva mezcla de pilates y yoga que la pone fuerte sin abandonar la esbeltez. Lydia Fernández, directora de Core Pilates Energy Center, en Madrid, apunta cuál puede ser su entrenamiento: “No menos de tres clases por semana: la constancia es lo que hace estilizar la figura. Para fortalecer el tren inferior debe de recurrir a máquinas como el reformer, fundamental para piernas y glúteos”. Es probable que lo combine con sesiones periódicas de running: desde luego, piernas para correr no le faltan.
Joven empresaria poderosa
Swift ha explotado insistentemente su aspecto angelical casi desde el inicio de su carrera, cerrando numerosos contratos con empresas de productos para adolescentes. En 2008, nada más cumplir los 18, firmó un acuerdo por el que se convirtió en imagen de L.E.I. Jeans. En 2009, lanzó una línea de ropa veraniega para los hipermercados Wal-mart. Ha diseñado muñecas y tarjetas de felicitación, y lanzado cuatro fragancias para Elizabeth Arden y una línea de zapatillas de la marca Keds, por citar solo algunos de sus negocios extramusicales. Así, no es de extrañar que la revista Forbes tase su valor actual como estrella en 200 millones de dólares. Es una de las jóvenes más poderosas del mundo.
No a los escándalos
Nada de salir a gatas de garitos, fotos picantes en su cuenta de Instagram o relaciones turbulentas. Taylor Swift no se parece a otros ídolos adolescentes (véase Britney Spears, Lindsay Lohan o Miley Cyrus) y hasta en eso controla la imagen que difunde al público. Tampoco es una monja: ha salido con músicos (Joe Jonas, John Mayer o Calvin Harris, su actual novio), actores (Jake Gyllenhaal) y hasta con un descendiente de la saga Kennedy (Connor Kennedy), pero siempre, que se sepa, han sido relaciones formales. El año pasado decidió dedicarlo a la castidad, porque, declaró, salir con alguien sería “una debilidad” para su carrera.