El Estado Islámico desafía el poder hegemónico de Hamás en Gaza
El lanzamiento de cohetes por los grupos salafistas amenaza la tregua con Israel
Juan Carlos Sanz
Gaza, El País
El grupo salafista afín al Estado Islámico (EI) que disparó dos cohetes desde de Gaza contra Israel ya está desarticulado. Lo dice un alto responsable de Hamás, la organización palestina que controla el poder en la Franja. El ataque yihadista amenazó a comienzos de mes la tregua con el Estado judío que rige desde hace 10 meses, tras la guerra que se cobró la vida de más de 2.200 palestinos, destruyó 12.600 viviendas y causó graves daños en otras tantas.
El grupo radical Brigadas de Omar reivindicó el disparo de los cohetes como medida de represalia contra Hamás, al que culpa de la muerte de unos de sus militantes en una acción de las fuerzas de seguridad de Gaza. “Eran 26 yihadistas y 20 están ya detenidos”, resume la situación el diputado palestino Salah Baradauil en un despacho de la cadena de televisión Al Aqsa. La sede de la emisora de Hamás ha sido sucesivamente destruida por la aviación de Israel en los conflictos de 2008-2009, 2012 y 2014 y vuelta a reconstruir en cada ocasión.
“Nosotros no hemos roto la tregua con Israel”, asegura Bardauil, miembro de la cúpula dirigente de Hamás.”Los cohetes que lanzan estos grupos yihadistas son de muy escasa potencia y no suponen una amenaza real”, puntualiza, antes de relatar que el joven abatido por las fuerzas de seguridad de Gaza se disponía a lanzar un ataque con un lanzagranadas.
El dirigente de Hamás sostiene que su organización es “un movimiento islamista moderado” frente al Califato, que muestra “una actitud radical que no es la del islam”. “Los grupos salafistas de Gaza son minoritarios y contaban con tres reclutadores con más de 40 años, y el resto eran jóvenes de entre 20 y 25 años captados a través de Internet. Ninguno de ellos mantiene contacto con el Estado Islámico”, detalla Bardauil.
No es la primera vez que Hamás aplasta a los grupos salafistas en la Franja. Las fuerzas de seguridad de Gaza mataron en agosto de 2009 a una veintena de yihadistas y arrestaron a más de 120 en una mezquita del sur de la Franja después de que el grupo Yund Ansar Alá (Guerreros de Dios) proclamara el Emirato de Rafah junto a la frontera egipcia.
Hamás parece haber expresado con su acoso a los grupos salafistas la voluntad de mantener en vigor la tregua que firmó con Israel en agosto del año pasado. Mientras tanto, analistas israelíes y palestinos dan cuenta de la existencia de contactos indirectos entre ambas partes para negociar una hudna, un alto el fuego de cinco o diez años de duración para permitir la reconstrucción de Gaza. “No se va a tomar una decisión a corto plazo en este sentido”, se limitó a contestar Bardauil al ser preguntado por las supuestas negociaciones.
El bloqueo de los movimientos de los grupos salafistas también beneficia a Egipto, que combate contra las organizaciones yihadistas que operan en la vecina península del Sinaí. El Gobierno del El Cairo ha abierto esta semana el paso fronterizo de Rafah en ambos sentidos por primera vez en tres meses, coincidiendo con el inicio del mes sagrado del Ramadán. “Egipto nos ha pedido que le apoyemos en la lucha contra los salafistas del Sinaí, pero nosotros no vamos a intervenir en los asuntos internos de otro país”, revela el diputado de Hamás.
Desde el otro lado de la barrera, Israel observa con preocupación el aparente auge de los partidarios del Estado Islámico en Gaza. El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el teniente general Gadi Eisenkot, declaró el martes en una comparecencia ante la Comisión de Defensa de la Knesset que “el 14% de los habitantes de la Franja apoyan al Estado Islámico”.
“Organizaciones más extremistas que Hamás han crecido con fuerza en los últimos tiempos”, reconoció el general Eisenkot ante los diputados. “Estos grupos afiliados al EI se han desarrollado también en el Sinaí y cooperan con terroristas en Gaza”.
El paisaje de destrucción se asemeja al de las imágenes de la guerra de Siria en el sur y el este de la Franja, en las zonas limítrofes con Israel. Una mínima parte de las 144.000 personas que han perdido su casa y de las 60.000 que aún siguen desplazadas por el conflicto han sido realojadas en los últimos 10 meses. El compromiso internacional para aportar 1.300 millones de dólares para la reconstrucción no se ha cumplido en Gaza, donde el Banco Mundial acaba de situar la tasa de desempleo más alta del mundo. La tierra, el agua, los alimentos… casi todo está contaminado, según reconocen los gobernantes de Hamás.
En este caldo de cultivo de la desesperación, la emergencia de grupos radicales afiliados al Estado Islámico solo añade más leña al fuego en el polvorín de Gaza.
Juan Carlos Sanz
Gaza, El País
El grupo salafista afín al Estado Islámico (EI) que disparó dos cohetes desde de Gaza contra Israel ya está desarticulado. Lo dice un alto responsable de Hamás, la organización palestina que controla el poder en la Franja. El ataque yihadista amenazó a comienzos de mes la tregua con el Estado judío que rige desde hace 10 meses, tras la guerra que se cobró la vida de más de 2.200 palestinos, destruyó 12.600 viviendas y causó graves daños en otras tantas.
El grupo radical Brigadas de Omar reivindicó el disparo de los cohetes como medida de represalia contra Hamás, al que culpa de la muerte de unos de sus militantes en una acción de las fuerzas de seguridad de Gaza. “Eran 26 yihadistas y 20 están ya detenidos”, resume la situación el diputado palestino Salah Baradauil en un despacho de la cadena de televisión Al Aqsa. La sede de la emisora de Hamás ha sido sucesivamente destruida por la aviación de Israel en los conflictos de 2008-2009, 2012 y 2014 y vuelta a reconstruir en cada ocasión.
“Nosotros no hemos roto la tregua con Israel”, asegura Bardauil, miembro de la cúpula dirigente de Hamás.”Los cohetes que lanzan estos grupos yihadistas son de muy escasa potencia y no suponen una amenaza real”, puntualiza, antes de relatar que el joven abatido por las fuerzas de seguridad de Gaza se disponía a lanzar un ataque con un lanzagranadas.
El dirigente de Hamás sostiene que su organización es “un movimiento islamista moderado” frente al Califato, que muestra “una actitud radical que no es la del islam”. “Los grupos salafistas de Gaza son minoritarios y contaban con tres reclutadores con más de 40 años, y el resto eran jóvenes de entre 20 y 25 años captados a través de Internet. Ninguno de ellos mantiene contacto con el Estado Islámico”, detalla Bardauil.
No es la primera vez que Hamás aplasta a los grupos salafistas en la Franja. Las fuerzas de seguridad de Gaza mataron en agosto de 2009 a una veintena de yihadistas y arrestaron a más de 120 en una mezquita del sur de la Franja después de que el grupo Yund Ansar Alá (Guerreros de Dios) proclamara el Emirato de Rafah junto a la frontera egipcia.
Hamás parece haber expresado con su acoso a los grupos salafistas la voluntad de mantener en vigor la tregua que firmó con Israel en agosto del año pasado. Mientras tanto, analistas israelíes y palestinos dan cuenta de la existencia de contactos indirectos entre ambas partes para negociar una hudna, un alto el fuego de cinco o diez años de duración para permitir la reconstrucción de Gaza. “No se va a tomar una decisión a corto plazo en este sentido”, se limitó a contestar Bardauil al ser preguntado por las supuestas negociaciones.
El bloqueo de los movimientos de los grupos salafistas también beneficia a Egipto, que combate contra las organizaciones yihadistas que operan en la vecina península del Sinaí. El Gobierno del El Cairo ha abierto esta semana el paso fronterizo de Rafah en ambos sentidos por primera vez en tres meses, coincidiendo con el inicio del mes sagrado del Ramadán. “Egipto nos ha pedido que le apoyemos en la lucha contra los salafistas del Sinaí, pero nosotros no vamos a intervenir en los asuntos internos de otro país”, revela el diputado de Hamás.
Desde el otro lado de la barrera, Israel observa con preocupación el aparente auge de los partidarios del Estado Islámico en Gaza. El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el teniente general Gadi Eisenkot, declaró el martes en una comparecencia ante la Comisión de Defensa de la Knesset que “el 14% de los habitantes de la Franja apoyan al Estado Islámico”.
“Organizaciones más extremistas que Hamás han crecido con fuerza en los últimos tiempos”, reconoció el general Eisenkot ante los diputados. “Estos grupos afiliados al EI se han desarrollado también en el Sinaí y cooperan con terroristas en Gaza”.
El paisaje de destrucción se asemeja al de las imágenes de la guerra de Siria en el sur y el este de la Franja, en las zonas limítrofes con Israel. Una mínima parte de las 144.000 personas que han perdido su casa y de las 60.000 que aún siguen desplazadas por el conflicto han sido realojadas en los últimos 10 meses. El compromiso internacional para aportar 1.300 millones de dólares para la reconstrucción no se ha cumplido en Gaza, donde el Banco Mundial acaba de situar la tasa de desempleo más alta del mundo. La tierra, el agua, los alimentos… casi todo está contaminado, según reconocen los gobernantes de Hamás.
En este caldo de cultivo de la desesperación, la emergencia de grupos radicales afiliados al Estado Islámico solo añade más leña al fuego en el polvorín de Gaza.