Críticas al primer ministro francés por ir a la Champions en avión oficial
La oposición arremete contra Valls, del Barça, por utilizar el transporte pagado por el Estado para asistir a la final europea
Gabriela Cañas
París, El País
El viaje de Manuel Valls a Berlín para asistir a la final de la Liga de Campeones utilizando el avión oficial le ha valido al primer ministro de Francia una lluvia de críticas. El sábado, Valls, nacido en Barcelona y seguidor del Barça, abandonó el Congreso del Partido Socialista en la ciudad francesa de Poitiers para ir a Berlín, a 1.400 kilómetros de distancia, haciendo escala en París. La oposición ha reaccionado duramente y pide explicaciones por realizar semejante viaje a costa del contribuyente y con el único fin de seguir en el estadio berlinés a dos equipos extranjeros. Hoy se ha sabido, además, que viajó con dos de sus hijos, una noticia que promete mantener viva la polémica.
Su presencia en el estadio en el que se jugaba la final entre el Barça y la Juventus de Turín despertó el interés desde el primer momento. Las cámaras ofrecieron su imagen a lo largo de todo el encuentro. Los Republicanos (antes UMP) de Sarkozy agitaron inmediatamente el debate. La eurodiputada Nadine Morano señaló el hecho de que ambos equipos en liza fueran extranjeros y aseguró que Valls merecía una tarjeta roja. "Es indecente", añadió el diputado de la derecha Thierry Solère.
También llovieron críticas desde el centro y la extrema derecha. Para François Bayrou (Modem), el viaje de Valls demuestra que algunos políticos “pierden el sentido de la realidad”, mientras que Florian Philippot (FN) tachaba de “caprichito futbolístico” el de Valls, tan caro para el Estado, además de señalar que ambos equipos de fútbol fueran extranjeros. Solo Los Verdes, que se perfilan como próximo socios de gobierno, restaron importancia a la polémica.
Valls ha asegurado que acudió a Berlín porque fue invitado por Michel Platini, presidente de la UEFA, y porque quería asistir a una reunión de esta organización, dado que en 2016 Francia organiza la Eurocopa. Tal reunión, sin embargo, nunca figuró en su agenda oficial. A media tarde de este martes, la UEFA ha corroborado su versión. También por la tarde, en la Asamblea Nacional, el primer ministro ha defendido su papel por cuando los grandes acontecimientos deportivos benefician a su país.
Poco antes se supo que dos de sus hijos habían viajado a Berlín con él en el Falcon, el avión oficial. Su entorno lo confirmó, pero añadió que ello no tuvo ningún impacto en el coste del desplazamiento. El lunes, el propio presidente de la República François Hollande salió en su defensa desde la Cumbre del G7 recordando la organización de la Eurocopa y los recientes problemas de corrupción de la FIFA. El ministro de Finanzas Michel Sapin y el primer secretario del Partido Socialista Jean-Christophe Cambadélis optaron por contraatacar recordando que Nicolas Sarkozy utilizó un avión privado para acudir a un acto público, previo al congreso de su partido, hace dos semanas en Le Havre, a 190 kilómetros de París, que costeó la formación política: 3.200 euros.
El gasto de Valls para acudir a Berlín es muy superior. Le Monde ha calculado el precio en 18.800 euros, de los cuales, según el código deontológico de este Gobierno, el primer ministro sólo debería reembolsar al Estado el equivalente a un billete comercial en primera (unos 700 euros). Valls acudió a la capital alemana también con escoltas.
Gabriela Cañas
París, El País
El viaje de Manuel Valls a Berlín para asistir a la final de la Liga de Campeones utilizando el avión oficial le ha valido al primer ministro de Francia una lluvia de críticas. El sábado, Valls, nacido en Barcelona y seguidor del Barça, abandonó el Congreso del Partido Socialista en la ciudad francesa de Poitiers para ir a Berlín, a 1.400 kilómetros de distancia, haciendo escala en París. La oposición ha reaccionado duramente y pide explicaciones por realizar semejante viaje a costa del contribuyente y con el único fin de seguir en el estadio berlinés a dos equipos extranjeros. Hoy se ha sabido, además, que viajó con dos de sus hijos, una noticia que promete mantener viva la polémica.
Su presencia en el estadio en el que se jugaba la final entre el Barça y la Juventus de Turín despertó el interés desde el primer momento. Las cámaras ofrecieron su imagen a lo largo de todo el encuentro. Los Republicanos (antes UMP) de Sarkozy agitaron inmediatamente el debate. La eurodiputada Nadine Morano señaló el hecho de que ambos equipos en liza fueran extranjeros y aseguró que Valls merecía una tarjeta roja. "Es indecente", añadió el diputado de la derecha Thierry Solère.
También llovieron críticas desde el centro y la extrema derecha. Para François Bayrou (Modem), el viaje de Valls demuestra que algunos políticos “pierden el sentido de la realidad”, mientras que Florian Philippot (FN) tachaba de “caprichito futbolístico” el de Valls, tan caro para el Estado, además de señalar que ambos equipos de fútbol fueran extranjeros. Solo Los Verdes, que se perfilan como próximo socios de gobierno, restaron importancia a la polémica.
Valls ha asegurado que acudió a Berlín porque fue invitado por Michel Platini, presidente de la UEFA, y porque quería asistir a una reunión de esta organización, dado que en 2016 Francia organiza la Eurocopa. Tal reunión, sin embargo, nunca figuró en su agenda oficial. A media tarde de este martes, la UEFA ha corroborado su versión. También por la tarde, en la Asamblea Nacional, el primer ministro ha defendido su papel por cuando los grandes acontecimientos deportivos benefician a su país.
Poco antes se supo que dos de sus hijos habían viajado a Berlín con él en el Falcon, el avión oficial. Su entorno lo confirmó, pero añadió que ello no tuvo ningún impacto en el coste del desplazamiento. El lunes, el propio presidente de la República François Hollande salió en su defensa desde la Cumbre del G7 recordando la organización de la Eurocopa y los recientes problemas de corrupción de la FIFA. El ministro de Finanzas Michel Sapin y el primer secretario del Partido Socialista Jean-Christophe Cambadélis optaron por contraatacar recordando que Nicolas Sarkozy utilizó un avión privado para acudir a un acto público, previo al congreso de su partido, hace dos semanas en Le Havre, a 190 kilómetros de París, que costeó la formación política: 3.200 euros.
El gasto de Valls para acudir a Berlín es muy superior. Le Monde ha calculado el precio en 18.800 euros, de los cuales, según el código deontológico de este Gobierno, el primer ministro sólo debería reembolsar al Estado el equivalente a un billete comercial en primera (unos 700 euros). Valls acudió a la capital alemana también con escoltas.