Copa América: Chile, ahora o nunca

El cuadro de Sampaoli, rival de Uruguay en los cuartos, afronta con una mezcla de confianza y ansiedad una oportunidad histórica para elevar por primera vez el trofeo

Pedro Cifuentes
Santiago de Chile, El País
Para alguien que no conozca bien Chile es difícil valorar la relevancia de su partido de cuartos de final contra Uruguay. La selección anfitriona tiene, por fin, algo que perder: se presenta en el estadio Nacional como favorita frente a la selección más laureada del continente, después de prepararse durante un año para conquistar por primera vez, y en casa, la Copa América. La Roja se siente capaz de romper por fin el ‘techo de cristal’ que le coloca como una de las únicas tres selecciones de la CONMEBOL (junto a Ecuador y Venezuela) que jamás ha ganado el campeonato.


Ocho años después de que el argentino Marcelo Bielsa asumiera la tarea de modernizar un fútbol con escaso peso internacional, el equipo de su discípulo Jorge Sampaoli ha logrado mantener e incluso incrementar las expectativas generadas por “la mejor generación de futbolistas chilenos de la historia”, como se repite constantemente. La población chilena sabe que el hipotético cruce de semifinales sería contra una selección asequible (Perú o Bolivia, a quien goleó 5-0 la semana pasada) y vive la víspera del encuentro con una mezcla de confianza y ansiedad. “Yo creo que pasamos. Ahora bien, o ganamos ahora o no ganamos nunca”, resume Cristian, profesor de educación física en un colegio del barrio de Providencia que ha suspendido el entrenamiento ante la alerta decretada esta semana por la contaminación ambiental.

Chile teme profundamente a la selección uruguaya, experta en derrotar a equipos anfitriones. Lo hizo, sin ir más lejos, en las dos últimas ediciones: Venezuela 2007 y Argentina 2011. No se trata sólo del vigente campeón y de la selección que más veces ha conquistado el campeonato. Chile nunca ha superado a Uruguay en una fase eliminatoria de Copa América. Además, ha perdido los últimos tres enfrentamientos de cuartos de final que ha disputado en Copa América. La inquietud local viene agudizada por un factor puramente técnico. Uruguay es especialista precisamente donde reside el talón de Aquiles de la selección andina: el juego aéreo.

Álvaro Poblete, subeditor de Deportes de La Tercera, uno de los principales diarios nacionales, reconoce que el desafío de mañana es “gigante, particularmente porque esta generación de jugadores, algunos en los mejores equipos del mundo, han hecho crecer las expectativas en un país que nunca ha ganado nada, y que cuando juega en casa adquiere bríos distintos, es mucho más fuerte”. “Esta es la oportunidad de ganar por fin algo”, sostiene Poblete: “Ganando a Uruguay, estamos a medio paso de la final”. Según varios periodistas chilenos consultados, la presión del público estuvo detrás del irregular rendimiento mostrado por el equipo de Sampaoli en sus dos primeros partidos. “Chile nunca ha estado obligado a ganar”, explica Poblete. “Lo de Vidal se perdonó tras el 5-0, pero la presión latente es enorme; si queda eliminado, empezaría de nuevo el tema: si el vestuario está mal manejado, si jugaron mal, si deberíamos haber llevado jugadores más altos, etc. […] La afición chilena es muy exitista, se deja llevar sólo por los resultados”.

El último duelo entre ambas selecciones fue el 18 de noviembre del año pasado, en el estadio Monumental de Colo Colo. Ganaron los celestes 2-1. Pero Chile se aferra al recuerdo de su clara victoria por 2-0 en marzo de 2013, en las eliminatorias al Mundial, que volvió a colocarle en situación de participar en la Copa del Mundo de Brasil. La experimentada Uruguay, mientras, espera el partido sin mayores sufrimientos. “Sabemos que es la oportunidad histórica de Chile para conseguir un título… La presión es para ellos”, afirmó ayer el capitán charrúa, Diego Godín, que dejó un mensaje poco tranquilizador: “Tenemos experiencia en jugar estos partidos. Habrá pocos uruguayos en el estadio, pero tenemos un país detrás”. La prensa uruguaya alienta unánimemente desde el domingo la capacidad de su selección para “aguar la fiesta” en territorio ajeno.

Hace cuatro años, en los cuartos de final de la última Copa América, Chile se presentó también como favorita frente a una selección sin gran tradición futbolística, Venezuela, que terminó apeándole por 2-1 con dos tiros libres y noqueó a un equipo que soñaba con el torneo tras la eliminación de Brasil y Argentina. “Se decía que aquello era un trámite, pero perdimos increíblemente”, rememora el taxista Alexis B. “Una derrota mañana sería de pura amargura…” La ‘Roja’ juega mañana contra la historia, un año después de que aquel disparo al larguero de Mauricio Pinilla en el minuto 120 de los octavos de final del Mundial de Brasil (con derrota posterior en la tanda de penaltis) colocase al país al borde del éxtasis colectivo. “Después de eso”, como remata un funcionario cercano a la concentración de Sampaoli, “perder mañana no sería un estancamiento, no... Sería un paso atrás”.

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