Computadora del fiscal Nisman fue espiada después de su muerte
Alguien entró en la computadora de Alberto Nisman cuando este llevaba horas sin vida
Carlos E. Cué
Buenos Aires, El País
Cuatro meses y medio después de su muerte, y cuando parecía que el caso caía en el olvido, el misterio que rodea la muerte de Alberto Nisman ha vuelto a colocarse en primer plano en Argentina. Después del vídeo en el que se muestra que la policía limpió la pistola ensangrentada con papel higiénico, el caso ha dado un nuevo giro con una constatación clave: alguien entró en la computadora de Nisman a las 20:07, cuando el fiscal llevaba horas muerto y la policía aún no había entrado en el apartamento y localizado el cadáver en el baño.
Los investigadores tratan de averiguar ahora si esa entrada se realizó desde el interior del apartamento de Nisman, algo que daría un vuelco radical a la investigación. A pesar de que han transcurrido cuatro meses y medio, las pericias aún no están finalizadas porque en todo este tiempo se han producido varias batallas legales entre la exmujer de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, y la fiscal, Viviana Fein. La exmujer siempre ha apuntado a la tesis del homicidio, mientras la fiscal insiste en que nada de momento hace pensar en que otra persona, aparte de Nisman, entrara en el baño en el que murió. Pero el misterio crece.
En el momento en que se produjo esa entrada en el ordenador, reflejada por varios medios argentinos y adelantada por La Nación, la madre de Nisman ya había alertado a los custodios de que su hijo no le contestaba al teléfono e incluso habían intentado entrar en la casa, sin éxito, porque la llave de servicio estaba metida por dentro y no lograba dar con la combinación de la entrada principal. Sin embargo, esa hora coincide con el momento en que la madre y los custodios dejaron el apartamento de Nisman y volvieron a su casa en el barrio de Belgrano para ver si allí podía localizar la contraseña de entrada a la casa del hijo. Después volvieron y finalmente acabaron llamando a un cerrajero porque no eran capaces de abrir la puerta.
Se supone que en todo ese tiempo no podía haber nadie manipulando el ordenador porque Nisman llevaba horas muerto y nadie entró, al menos esa es la versión oficial. En la fiscalía se mantiene un gran secretismo sobre el avance de las investigaciones, aunque la fiscal asegura que en menos de un mes podrá tener un dictamen definitivo. La tesis del suicidio se iba consolidando después de que la semana pasada el informe médico no encontrara ningún elemento que apuntara hacia el homicidio, pero el análisis de la computadora y del móvil de Nisman podría ofrecer un nuevo giro, salvo que se trate de un error en el ordenador.
El caso tiene un gran trasfondo político y prácticamente a diario genera reacciones de los principales dirigentes. El más activo es precisamente el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, número dos del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y especialmente directo. Fernández llegó a llamar “sinvergüenza” a Nisman, ya muerto, cuando aparecieron sus fotografías con mujeres más jóvenes y su cuenta oculta en Nueva York. Después pidió abiertamente que encarcelaran a la madre, Sara Garfunkel, un personaje aparentemente clave. Fernández insiste en la tesis del suicidio. “Si hubiese sido un asesinato, tendrían que haber sido al menos dos personas, y alguien que conociera a Nisman, porque no se ha defendido en ningún momento. Y además no hay ningún elemento que indique que haya sido atacado tampoco”. “Tendría que haber sido alguien que conociera muy bien el lugar y el arma; es demasiado traído de los pelos”, señaló el ministro, que defendió el trabajo de la policía después de conocerse el vídeo en el que se ve cómo limpian el arma. “De los peritos que participaron, ninguno objetó las pruebas; entonces de qué estamos hablando”, se preguntó Fernández.
Este giro puede ser especialmente beneficioso para Diego Lagomarsino, el informático que entregó el arma a Nisman, que asegura que ahí quedó toda su participación. Él tiene coartada para el momento en que supuestamente se estaba accediendo al ordenador. Los investigadores creen que él no tiene la tecnología suficiente como para acceder de forma remota, por lo que este nuevo elemento ayudaría a su defensa. De hecho, es el perito de la defensa de Lagomarsino el que más énfasis ha puesto en este elemento de la entrada a las 20.07 durante el análisis de los datos. Ahora será la fiscal quien tenga que dilucidar qué importancia le da a este nuevo elemento, pero la confusión está servida y buena parte de los argentinos siguen sin creer en la hipótesis del suicidio aunque también está muy extendida la idea de que nunca se sabrá realmente qué pasó.
Carlos E. Cué
Buenos Aires, El País
Cuatro meses y medio después de su muerte, y cuando parecía que el caso caía en el olvido, el misterio que rodea la muerte de Alberto Nisman ha vuelto a colocarse en primer plano en Argentina. Después del vídeo en el que se muestra que la policía limpió la pistola ensangrentada con papel higiénico, el caso ha dado un nuevo giro con una constatación clave: alguien entró en la computadora de Nisman a las 20:07, cuando el fiscal llevaba horas muerto y la policía aún no había entrado en el apartamento y localizado el cadáver en el baño.
Los investigadores tratan de averiguar ahora si esa entrada se realizó desde el interior del apartamento de Nisman, algo que daría un vuelco radical a la investigación. A pesar de que han transcurrido cuatro meses y medio, las pericias aún no están finalizadas porque en todo este tiempo se han producido varias batallas legales entre la exmujer de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, y la fiscal, Viviana Fein. La exmujer siempre ha apuntado a la tesis del homicidio, mientras la fiscal insiste en que nada de momento hace pensar en que otra persona, aparte de Nisman, entrara en el baño en el que murió. Pero el misterio crece.
En el momento en que se produjo esa entrada en el ordenador, reflejada por varios medios argentinos y adelantada por La Nación, la madre de Nisman ya había alertado a los custodios de que su hijo no le contestaba al teléfono e incluso habían intentado entrar en la casa, sin éxito, porque la llave de servicio estaba metida por dentro y no lograba dar con la combinación de la entrada principal. Sin embargo, esa hora coincide con el momento en que la madre y los custodios dejaron el apartamento de Nisman y volvieron a su casa en el barrio de Belgrano para ver si allí podía localizar la contraseña de entrada a la casa del hijo. Después volvieron y finalmente acabaron llamando a un cerrajero porque no eran capaces de abrir la puerta.
Se supone que en todo ese tiempo no podía haber nadie manipulando el ordenador porque Nisman llevaba horas muerto y nadie entró, al menos esa es la versión oficial. En la fiscalía se mantiene un gran secretismo sobre el avance de las investigaciones, aunque la fiscal asegura que en menos de un mes podrá tener un dictamen definitivo. La tesis del suicidio se iba consolidando después de que la semana pasada el informe médico no encontrara ningún elemento que apuntara hacia el homicidio, pero el análisis de la computadora y del móvil de Nisman podría ofrecer un nuevo giro, salvo que se trate de un error en el ordenador.
El caso tiene un gran trasfondo político y prácticamente a diario genera reacciones de los principales dirigentes. El más activo es precisamente el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, número dos del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y especialmente directo. Fernández llegó a llamar “sinvergüenza” a Nisman, ya muerto, cuando aparecieron sus fotografías con mujeres más jóvenes y su cuenta oculta en Nueva York. Después pidió abiertamente que encarcelaran a la madre, Sara Garfunkel, un personaje aparentemente clave. Fernández insiste en la tesis del suicidio. “Si hubiese sido un asesinato, tendrían que haber sido al menos dos personas, y alguien que conociera a Nisman, porque no se ha defendido en ningún momento. Y además no hay ningún elemento que indique que haya sido atacado tampoco”. “Tendría que haber sido alguien que conociera muy bien el lugar y el arma; es demasiado traído de los pelos”, señaló el ministro, que defendió el trabajo de la policía después de conocerse el vídeo en el que se ve cómo limpian el arma. “De los peritos que participaron, ninguno objetó las pruebas; entonces de qué estamos hablando”, se preguntó Fernández.
Este giro puede ser especialmente beneficioso para Diego Lagomarsino, el informático que entregó el arma a Nisman, que asegura que ahí quedó toda su participación. Él tiene coartada para el momento en que supuestamente se estaba accediendo al ordenador. Los investigadores creen que él no tiene la tecnología suficiente como para acceder de forma remota, por lo que este nuevo elemento ayudaría a su defensa. De hecho, es el perito de la defensa de Lagomarsino el que más énfasis ha puesto en este elemento de la entrada a las 20.07 durante el análisis de los datos. Ahora será la fiscal quien tenga que dilucidar qué importancia le da a este nuevo elemento, pero la confusión está servida y buena parte de los argentinos siguen sin creer en la hipótesis del suicidio aunque también está muy extendida la idea de que nunca se sabrá realmente qué pasó.