Bush lanza su campaña entre críticas por la financiación
El exgobernador de Florida, que debe anunciar su candidatura el 15 de junio, ha recaudado hasta ahora sin los límites para los candidatos oficiales
Marc Bassets
Washington, El País
Jeb Bush, hijo y hermano de presidentes, acelera la carrera a la Casa Blanca. La próxima semana viaja a Europa para realzar sus credenciales internacionales. Y el 15 de junio confirmará si es candidato a las presidenciales de 2016 con un discurso en su feudo de Miami. Bush, exgobernador de Florida, engrosará una lista de una decena de aspirantes republicanos a la nominación. En realidad lleva meses de campaña no oficial, una triquiñuela legal para recaudar dinero sin los límites que rigen para los candidatos oficiales.
Faltan más de seis meses para que comiencen las primarias y caucus (asambleas electivas) que decidirán a los candidatos demócrata y republicano para suceder al presidente Barack Obama, y un año y cinco meses para las presidenciales. Pero la maquina electoral está en marcha.
La ex secretaria de Estado Hillary Clinton es la favorita en el Partido Demócrata. Clinton obtiene un apoyo de un 59,8% frente a sus rivales demócratas, según la media de Real Clear Politics. En el Partido Republicano la nominación está más disputada. Bush, republicano de perfil moderado, saca un 13,2%. Sus rivales inmediatos, el gobernador de Wisconsin Scott Walker y el senador por Florida Marco Rubio, obtienen un 12,5% y un 12%, respectivamente. El exgobernador de Texas Rick Perry, que lo intentó en 2012, fue ayer el último en anunciar su candidatura.
La entrada de Bush en campaña con un discurso en el Miami Dade College, una universidad pública en el sur de Florida con un 70% de estudiantes hispanos, tendrá mucho de simulacro. Hace seis meses que el aspirante dijo que “exploraría” la posibilidad de presentarse. Desde entonces, se ha paseado por Estados clave en la nominación, como Iowa, New Hampshire y Carolina del Sur. Ha cortejado a multimillonarios. Y aunque casi nadie duda de que ya es candidato, ha insistido en que no lo es. En mayo dijo: “Me presento para presidente en 2016”. En seguida matizó: “Si me presento...”
El matiz es importante. Un candidato a la presidencia no puede recibir, de cada donante, más de 2.700 dólares. Y tiene prohibido coordinarse con los llamados SuperPacs, grupos externos a las candidaturas que pueden recaudar ilimitadamente. La solución, para Bush, ha sido actuar como candidato sin serlo oficialmente. Esto le ha permitido involucrarse con el SuperPac que le respalda y recaudar millones. También le ha expuesto a una denuncia de grupos que cuestionan la legalidad de la falsa no-campaña.
El anuncio oficial de la candidatura acabará con la ambigüedad. El discurso de Jeb Bush en Miami llegará al término de una gira por Alemania, Polonia y Estonia. Un viaje con ecos familiares. Su padre, George H.W. Bush, fue el presidente de la reunificación alemana y el fin de la Guerra Fría. En vísperas de la invasión de Irak, los colaboradores de su hermano, George W., dividieron el continente entre la vieja y la nueva Europa. Ecos familiares y electorales. El viaje de Obama a Berlín cuando era candidato a la Casa Blanca en 2008 fue uno de los momentos estelares de aquella campaña.
Marc Bassets
Washington, El País
Jeb Bush, hijo y hermano de presidentes, acelera la carrera a la Casa Blanca. La próxima semana viaja a Europa para realzar sus credenciales internacionales. Y el 15 de junio confirmará si es candidato a las presidenciales de 2016 con un discurso en su feudo de Miami. Bush, exgobernador de Florida, engrosará una lista de una decena de aspirantes republicanos a la nominación. En realidad lleva meses de campaña no oficial, una triquiñuela legal para recaudar dinero sin los límites que rigen para los candidatos oficiales.
Faltan más de seis meses para que comiencen las primarias y caucus (asambleas electivas) que decidirán a los candidatos demócrata y republicano para suceder al presidente Barack Obama, y un año y cinco meses para las presidenciales. Pero la maquina electoral está en marcha.
La ex secretaria de Estado Hillary Clinton es la favorita en el Partido Demócrata. Clinton obtiene un apoyo de un 59,8% frente a sus rivales demócratas, según la media de Real Clear Politics. En el Partido Republicano la nominación está más disputada. Bush, republicano de perfil moderado, saca un 13,2%. Sus rivales inmediatos, el gobernador de Wisconsin Scott Walker y el senador por Florida Marco Rubio, obtienen un 12,5% y un 12%, respectivamente. El exgobernador de Texas Rick Perry, que lo intentó en 2012, fue ayer el último en anunciar su candidatura.
La entrada de Bush en campaña con un discurso en el Miami Dade College, una universidad pública en el sur de Florida con un 70% de estudiantes hispanos, tendrá mucho de simulacro. Hace seis meses que el aspirante dijo que “exploraría” la posibilidad de presentarse. Desde entonces, se ha paseado por Estados clave en la nominación, como Iowa, New Hampshire y Carolina del Sur. Ha cortejado a multimillonarios. Y aunque casi nadie duda de que ya es candidato, ha insistido en que no lo es. En mayo dijo: “Me presento para presidente en 2016”. En seguida matizó: “Si me presento...”
El matiz es importante. Un candidato a la presidencia no puede recibir, de cada donante, más de 2.700 dólares. Y tiene prohibido coordinarse con los llamados SuperPacs, grupos externos a las candidaturas que pueden recaudar ilimitadamente. La solución, para Bush, ha sido actuar como candidato sin serlo oficialmente. Esto le ha permitido involucrarse con el SuperPac que le respalda y recaudar millones. También le ha expuesto a una denuncia de grupos que cuestionan la legalidad de la falsa no-campaña.
El anuncio oficial de la candidatura acabará con la ambigüedad. El discurso de Jeb Bush en Miami llegará al término de una gira por Alemania, Polonia y Estonia. Un viaje con ecos familiares. Su padre, George H.W. Bush, fue el presidente de la reunificación alemana y el fin de la Guerra Fría. En vísperas de la invasión de Irak, los colaboradores de su hermano, George W., dividieron el continente entre la vieja y la nueva Europa. Ecos familiares y electorales. El viaje de Obama a Berlín cuando era candidato a la Casa Blanca en 2008 fue uno de los momentos estelares de aquella campaña.