Brasil aprende cinco lecciones en la Copa América

Los brasileños deberán trabajar en el aspecto físico. Los jugadores quedan fundidos en el segundo tiempo. El arquero no es garantía.

Manuel Pérez Bella
Concepción, Chile, EFE
La selección brasileña se despidió de la Copa América sacando cinco lecciones de cara a las Eliminatorias y con muchas dudas sobre las capacidades del equipo, sobre todo cuando se repita la ausencia de Neymar.


El adiós de los brasileños, consumado en un día gris ante Paraguay, constató una serie de problemas que hace tiempo afectan a la Verde-amarilla, que se vieron en el Mundial de 2014 y se hicieron más patentes en un torneo de rivalidades enconadas y un nivel cada vez más igualado.

Después del partido de los cuartos de final, el seleccionador brasileño Dunga hizo hincapié en las "lecciones” que se lleva para las eliminatorias del Mundial de 2018, las cuales no aclaró, pero saltan a la vista.

La primera y mayor enseñanza es la necesidad de cuidar a Neymar, su mayor figura, y de darle apoyo para evitar que se repitan los problemas emocionales o de temperamento que llevaron a su expulsión y posterior sanción en el partido contra Colombia.

Derivado de esta, Brasil volvió a comprobar en su propia piel que necesita de forma urgente buscar alternativas a Neymar, pues sin su principal jugador el juego se ha resentido, ha perdido profundidad y competitividad.

La tercera lección la resumió Daniel Alves tras el partido contra Paraguay, aunque fue una constante en la Copa América: "entramos en el juego de ellos”. Brasil siempre se caracterizó por llevar la iniciativa, mandar en el ritmo del partido, saber qué quería en el campo y ejecutarlo, pero en esta Copa sólo tuvo el control un día, en su duelo contra Venezuela, y en el resto fue a rebufo de las propuestas de sus adversarios.

La cuarta fue la lección arbitral, como apuntó el propio Filipe Luis, quien dijo que uno de los errores de Brasil fue no haber sabido hablar con calma con los colegiados. Por esos problemas de comunicación, Brasil pagó el alto precio de la sanción a Neymar y continuará pagándolo en las dos primeras fechas de las eliminatorias.

La quinta lección -y no menos importante- es la necesidad de cuidar el físico, pues esto repercute en la capacidad de abrumar a los rivales, sobre todo en la recta final de los compromisos.

Brasil terminó sin gas ante Paraguay, según Dunga, debido a virus que afectó a 15 jugadores de la plantilla, pero el hecho es que el equipo acusó problemas físicos desde el inicio de la competición.

"Tuvimos una caída de producción en el segundo tiempo, fuimos muy previsibles en el segundo tiempo”, dijo Thiago Silva después de la eliminación ante Paraguay. Uno de los más afectados fue Robinho, quien tuvo que ser sustituido en los dos partidos que jugó por la falta de fuelle.

En las eliminatorias, la capacidad física será fundamental sobre todo en los partidos que se disputen en ciudades de gran altitud, como La Paz, Quito o Bogotá. De cara a esas eliminatorias, que se plantean como un objetivo para nada fácil para los brasileños, Dunga también ha recopilado un puñado de dudas.

La posición de delantero es la más acuciante. Diego Tardelli empezó como titular en la Copa América y no vio puerta y su sustituto, Roberto Firmino, sólo logró marcar un tanto.

En la portería, Jefferson, en la segunda división de Brasil con el Botafogo, tampoco ha transmitido seguridad en su primera competición como titular. No paró ni un lanzamiento en la tanda de penales con Paraguay, durante el partido de cuartos generó dudas, tuvo que recular para pescar un pase de cabeza de un compañero que le pasó por encima y en el partido del debut en la Copa, cometió un error grave con el que concedió un gol a Perú.

En la defensa de Brasil también surgen dudas. David Luiz perdió la titularidad por sus errores contra Perú y Thiago Silva ha dejado la Copa cometiendo un fallo infantil como la mano que generó el penal contra Paraguay. Pero la mayor preocupación para Dunga es la falta de creación de juego. Con un centro del campo con puro músculo, ningún jugador aportó dinámica, toque, al fútbol de la Canarinha. Neymar tuvo que asumir esas funciones ante Perú y después de su expulsión, sólo Robinho consiguió dar algo de fluidez en el partido contra Venezuela.

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