Rosberg gana una carrera polémica
Mónaco, AS
¿Qué pasa? ¿Qué pasa? He perdido la carrera. Lewis Hamilton poco después miraba al frente e intentaba lo imposible. Por los bordillos, con dos ruedas en el aire de su Mercedes pensaba en adelantar al coche rojo que tenía delante. Y Sebastian Vettel mantenía la calma ante la amenaza del campeón del mundo. Finalmente no pudo. Y sí. Perdió la carrera. Le hicieron perder la carrera. Un gran premio que era suyo, que había dominado desde la pole hasta ese momento, hasta el instante en que Max Verstappen se chocaba contra las protecciones buscando una pasada imposible a Romain Grosjean y tenía que salir el coche de seguridad.
Faltaban ocho vueltas para el final y en Mercedes decidieron llamarle a cambiar neumáticos. Sus dos rivales seguían en pista. Así que salió detrás de Nico Rosberg, evidente ganador final, y en paralelo con un Vettel más listo que el inglés que se mantuvo por delante. Las últimas vueltas fueron una carrera nueva, distinta, tras uno de esos giros de guionista que de vez en cuando tiene este increíble deporte. Rosberg se escapó, Hamilton lo intentó y no pudo, Vettel mantuvo su posición. Y así acabó el podio en el GP de Mónaco.
Y tras la llegada a meta, silbidos en la sala de prensa. Para Nico Rosberg. Se escucharon los gritos del alemán. Clásicos cuando gana. Y no sentó bien a algunos periodistas ingleses la efusividad de una victoria quizá regalada, aunque ¿qué culpa tiene Nico? El germano, un piloto que, por otra parte lleva ya dos victorias este años, consecutivas, y tres seguidas en este circuito tan de piloto, es segundo en el Mundial ahora a sólo diez puntos de Hamilton. Por contra, a Lewis le aplaudió la familia real monegasca en pleno cuando le tocó hablar tras bajar del cajón con cara de querer asesinar a alguien. O así.
Tras los tres del podio, los dos Red Bull, con Kvyat cediendo su posición a Ricciardo y Raikkonen por delante de un gran Checo Pérez y… un McLaren, el de Jenson Button. Primeros puntos para el equipo británico en un día que volvió a ser negro para Fernando Alonso. El español, primero sufrió una sanción injusta por un adelantamiento legal a Nico Hulkenberg, cinco segundos, y cuando había conservado su posición con mucho esfuerzo y estaba noveno en los puntos cerca de Button tuvo que abandonar. “Algo pasa en la caja de cambios, ¿qué hago?”. “Aparca”. Así fue la conservaciòn entre Alonso y el muro de McLaren. No puntuó. Esta vez tampoco.
Al contrario que Carlos Sainz, décimo el madrileño que salía desde el pit lane tras una gran remontada en una carrera solida y fantástica para el de Toro Rosso. Y muy grande también, con tiempos de coches muy superiores, un Roberto Merhi, aquí sí por delante de Stevens. Así fue otra carreras en las calles de Mónaco, junto al mar, entre túneles y muros. Ahora toca recoger. Y seguir la fiesta… Nico invita en su casa. Está feliz, le gusta recibir regalos.