Netanyahu cierra un acuerdo de coalición para formar Gobierno
El primer ministro israelí cede en el último momento ante un socio clave, el nacionalista religioso Neftalí Bennet
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Benjamín Netanyahu ha mantenido este miércoles un pulso político para poder formar su cuarto Gobierno después de casi 12 años en el poder en Israel. Cuando el reloj corría en su contra y estaba a punto de expirar el plazo legal en la medianoche, anunció, dos horas antes de la hora límite, que había forjado un acuerdo de mayoría en la Knesset (Parlamento) con el nacionalista religioso Neftalí Bennett, que le exigía la cartera clave de Justicia a cambio de aportar los ocho diputados de Hogar Judío a la coalición.
La decisión de disolver el Parlamento y adelantar los comicios el pasado diciembre —cuando aún tenía dos años de legislatura por delante— para librarse de sus aliados centristas y configurar un Gabinete de perfil más conservador parece haberle pasado finalmente factura al veterano primer ministro, que ha dirigido el Gobierno en tres periodos: 1996-1999; 2009-2013, y 2013-2015.
El Likud de Netanyahu obtuvo 30 diputados de los 120 que integran la Cámara en las elecciones celebradas el pasado 17 de marzo. Pero después de haber sumado el apoyo del centroderecha reformista de Kulanu (diez escaños) y de los ultraortodoxos del Shas (siete) y de Unión de la Torá y el Judaísmo (seis) al pacto de coalición de Gobierno, seguía el miércoles con sólo 53 votos en su haber para afrontar una nueva investidura.
La espantada protagonizada el lunes por el hasta ahora ministro de Exteriores, el ultraderechista Avigdor Lieberman, que renunció a participar en el nuevo Gobierno con su partido Israel, Nuestra Casa (seis escaños), ha dejado a Netanyahu a merced del apoyo de Hogar Judío. Lieberman, que perdió representación electoral en los últimos comicios tras haberse negado a formar de nuevo una lista conjunta con el Likud, como en 2013, ha acusado a Netanyahu de abandonar los principios que ambos compartían. Entre ellos, el de desalojar a toda costa del poder a Hamás en la franja de Gaza.
Bennett, que encabeza el movimiento político de los colosnos de los asentamientos judíos, ha sido titular de Economía en el Ejecutivo saliente y fue jefe de gabinete del primer ministro del Likud entre 2009 y 2013. Se ha reservado para sí mismo la cartera de Educación y, tras la dura negociación mantenida a punto de cumplirse el plazo legal para formar Gobierno en Israel, parece haber logrado un principio de acuerdo para que la diputada de su partido Ayelet Shaked sea nombrada ministra de Justicia. A cambio, Netanyahu contaría con otros ocho escaños más para poder anunciar una mayoría raspada de 61 escaños.
La ley electoral israelí prescribe que si Netanyahu no estaba en condiciones de lograr el apoyo de Bennett antes de que expirase el plazo, en la medianoche de este miércoles, quedaba descartado para formar Gobierno. El presidente de Israel, Reuven Rivlin, tendría que haber encargado entonces la formación de Gabinete a otro dirigente, presumiblemente el líder del Partido Laborista, Isaac Herzog.
Altos cargos del Likud consultados por el diario Haaretz, consideraban el miércoles que la reclamación de la cartera de Justicia para Hogar Judío fue una maniobra táctica para obtener más peso en el nuevo Gabinete. Los analistas políticos coinciden en que el pacto de coalición forjado por Netanyahu dará a luz un nuevo Gobierno que previsiblemente no tendrá una larga vida.
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Benjamín Netanyahu ha mantenido este miércoles un pulso político para poder formar su cuarto Gobierno después de casi 12 años en el poder en Israel. Cuando el reloj corría en su contra y estaba a punto de expirar el plazo legal en la medianoche, anunció, dos horas antes de la hora límite, que había forjado un acuerdo de mayoría en la Knesset (Parlamento) con el nacionalista religioso Neftalí Bennett, que le exigía la cartera clave de Justicia a cambio de aportar los ocho diputados de Hogar Judío a la coalición.
La decisión de disolver el Parlamento y adelantar los comicios el pasado diciembre —cuando aún tenía dos años de legislatura por delante— para librarse de sus aliados centristas y configurar un Gabinete de perfil más conservador parece haberle pasado finalmente factura al veterano primer ministro, que ha dirigido el Gobierno en tres periodos: 1996-1999; 2009-2013, y 2013-2015.
El Likud de Netanyahu obtuvo 30 diputados de los 120 que integran la Cámara en las elecciones celebradas el pasado 17 de marzo. Pero después de haber sumado el apoyo del centroderecha reformista de Kulanu (diez escaños) y de los ultraortodoxos del Shas (siete) y de Unión de la Torá y el Judaísmo (seis) al pacto de coalición de Gobierno, seguía el miércoles con sólo 53 votos en su haber para afrontar una nueva investidura.
La espantada protagonizada el lunes por el hasta ahora ministro de Exteriores, el ultraderechista Avigdor Lieberman, que renunció a participar en el nuevo Gobierno con su partido Israel, Nuestra Casa (seis escaños), ha dejado a Netanyahu a merced del apoyo de Hogar Judío. Lieberman, que perdió representación electoral en los últimos comicios tras haberse negado a formar de nuevo una lista conjunta con el Likud, como en 2013, ha acusado a Netanyahu de abandonar los principios que ambos compartían. Entre ellos, el de desalojar a toda costa del poder a Hamás en la franja de Gaza.
Bennett, que encabeza el movimiento político de los colosnos de los asentamientos judíos, ha sido titular de Economía en el Ejecutivo saliente y fue jefe de gabinete del primer ministro del Likud entre 2009 y 2013. Se ha reservado para sí mismo la cartera de Educación y, tras la dura negociación mantenida a punto de cumplirse el plazo legal para formar Gobierno en Israel, parece haber logrado un principio de acuerdo para que la diputada de su partido Ayelet Shaked sea nombrada ministra de Justicia. A cambio, Netanyahu contaría con otros ocho escaños más para poder anunciar una mayoría raspada de 61 escaños.
La ley electoral israelí prescribe que si Netanyahu no estaba en condiciones de lograr el apoyo de Bennett antes de que expirase el plazo, en la medianoche de este miércoles, quedaba descartado para formar Gobierno. El presidente de Israel, Reuven Rivlin, tendría que haber encargado entonces la formación de Gabinete a otro dirigente, presumiblemente el líder del Partido Laborista, Isaac Herzog.
Altos cargos del Likud consultados por el diario Haaretz, consideraban el miércoles que la reclamación de la cartera de Justicia para Hogar Judío fue una maniobra táctica para obtener más peso en el nuevo Gabinete. Los analistas políticos coinciden en que el pacto de coalición forjado por Netanyahu dará a luz un nuevo Gobierno que previsiblemente no tendrá una larga vida.