Mesa: Demanda marítima luce sólida coherencia jurídica y no busca dinamitar fronteras
La Paz, ABI
El expresidente y vocero internacional de la demanda marítima, Carlos Mesa, afirmó que los alegatos de Bolivia ante la Corte Internacional de Justica (CIJ) ostentan una sólida coherencia jurídica para reparar un injusto enclaustramiento y no buscan dinamitar el sistema internacional de fronteras como dice Chile.
Chile impugnó la competencia de la CIJ para conocer y tratar la demanda boliviana, pero La Paz confía en que los alegatos que presentó a principios de mayo en La Haya se impongan en favor de una negociación para un acceso soberano al mar.
"La demanda boliviana no es convencional, no es una clásica demanda de límites, un diferendo en que la Corte tiene que decidir sobre el paralelo tal o la perpendicular cual, la isla tal o cual. Es decir, éste es un asunto conceptual que hace casi a la filosofía del derecho en relación a cómo vas a generar una jurisprudencia, que tiene antecedentes, pero que Bolivia la ha planteado con una gran solidez, una gran coherencia jurídica. Eso es lo positivo", explicó Mesa en una entrevista con el diario Página Siete publicada el domingo.
"El elemento que podríamos definir como negativo es el hecho de que Chile puede aprovechar esa circunstancia para generar miedo, como está intentando, de que el propósito de Bolivia es dinamitar el sistema internacional de fronteras y que eso podría generar una ola de reclamos, lo cual no es cierto", remarcó.
Para Mesa el proceso que impulsa Bolivia en La Haya le permite al país salir de la "cápsula de la bilateralidad" e históricamente es la primera vez que Chile tiene que explicarle a la comunidad internacional por qué se niega a negociar con Bolivia una salida soberana al mar.
"Chile nos había atrapado en la lógica de decir: si tú quieres una solución para el problema marítimo, no puedes apelar ni a la OEA ni a otros organismos multilaterales, ni al facilitador A o B ni a países amigos", agregó.
Bolivia pide a Chile que respete sus repetidas promesas de negociar una salida al mar, pero, en contrapartida, Santiago alega que los ofrecimientos hechos a La Paz no acabaron en un acuerdo entre partes y no pueden generar derecho alguno.
"Mi impresión es que el haber sacado a Chile de la cápsula y el haberle obligado a ir a una corte internacional a dar explicaciones, es un triunfo histórico para Bolivia, independientemente del resultado que tengamos, podemos ganar o perder, y eso ha generado una reacción de un país descolocado", dijo Mesa.
"En el mejor de los casos, lo que Chile puede conseguir es neutralidad, mientras que Bolivia consigue adhesión, porque la evidencia de la desproporción de la actitud de Chile con Bolivia es tan flagrante que es muy difícil mantenerse absolutamente neutral", complementó.
Chile invadió suelo boliviano en febrero de 1879 y desató una contienda bélica que terminó cercenándole 400 km de costa y 120.000 km2 de territorios.
Desde entonces, Bolivia reivindica en foros internacionales el derecho de recuperar su cualidad marítima y tras presentar una demanda ante la Corte de La Haya, en 2013, el respaldo que recibió fue creciendo paulatinamente.
El expresidente y vocero internacional de la demanda marítima, Carlos Mesa, afirmó que los alegatos de Bolivia ante la Corte Internacional de Justica (CIJ) ostentan una sólida coherencia jurídica para reparar un injusto enclaustramiento y no buscan dinamitar el sistema internacional de fronteras como dice Chile.
Chile impugnó la competencia de la CIJ para conocer y tratar la demanda boliviana, pero La Paz confía en que los alegatos que presentó a principios de mayo en La Haya se impongan en favor de una negociación para un acceso soberano al mar.
"La demanda boliviana no es convencional, no es una clásica demanda de límites, un diferendo en que la Corte tiene que decidir sobre el paralelo tal o la perpendicular cual, la isla tal o cual. Es decir, éste es un asunto conceptual que hace casi a la filosofía del derecho en relación a cómo vas a generar una jurisprudencia, que tiene antecedentes, pero que Bolivia la ha planteado con una gran solidez, una gran coherencia jurídica. Eso es lo positivo", explicó Mesa en una entrevista con el diario Página Siete publicada el domingo.
"El elemento que podríamos definir como negativo es el hecho de que Chile puede aprovechar esa circunstancia para generar miedo, como está intentando, de que el propósito de Bolivia es dinamitar el sistema internacional de fronteras y que eso podría generar una ola de reclamos, lo cual no es cierto", remarcó.
Para Mesa el proceso que impulsa Bolivia en La Haya le permite al país salir de la "cápsula de la bilateralidad" e históricamente es la primera vez que Chile tiene que explicarle a la comunidad internacional por qué se niega a negociar con Bolivia una salida soberana al mar.
"Chile nos había atrapado en la lógica de decir: si tú quieres una solución para el problema marítimo, no puedes apelar ni a la OEA ni a otros organismos multilaterales, ni al facilitador A o B ni a países amigos", agregó.
Bolivia pide a Chile que respete sus repetidas promesas de negociar una salida al mar, pero, en contrapartida, Santiago alega que los ofrecimientos hechos a La Paz no acabaron en un acuerdo entre partes y no pueden generar derecho alguno.
"Mi impresión es que el haber sacado a Chile de la cápsula y el haberle obligado a ir a una corte internacional a dar explicaciones, es un triunfo histórico para Bolivia, independientemente del resultado que tengamos, podemos ganar o perder, y eso ha generado una reacción de un país descolocado", dijo Mesa.
"En el mejor de los casos, lo que Chile puede conseguir es neutralidad, mientras que Bolivia consigue adhesión, porque la evidencia de la desproporción de la actitud de Chile con Bolivia es tan flagrante que es muy difícil mantenerse absolutamente neutral", complementó.
Chile invadió suelo boliviano en febrero de 1879 y desató una contienda bélica que terminó cercenándole 400 km de costa y 120.000 km2 de territorios.
Desde entonces, Bolivia reivindica en foros internacionales el derecho de recuperar su cualidad marítima y tras presentar una demanda ante la Corte de La Haya, en 2013, el respaldo que recibió fue creciendo paulatinamente.