Las FARC suspenden su tregua tras morir 26 guerrilleros en un ataque
La decisión llega después de que Santos insistiera en “no bajar la guardia”
Elizabeth Reyes L.
Bogotá, El País
El proceso de paz con la guerrilla de las FARC ha entrado este viernes en una fase crítica. Y como ha ocurrido desde que se iniciaron los diálogos entre el Gobierno colombiano y la guerrilla en Cuba, el detonante no está en la mesa de negociación sino en las montañas de Colombia, donde continúa la guerra. El grupo armado ha anunciado la decisión de suspender el alto el fuego que mantenía desde hace cinco meses, tras haber sufrido el jueves un durísimo golpe en un bombardeo de la Fuerza Aérea colombiana en el que murieron 26 de sus milicianos. Aun así, las FARC sostienen que seguirán dialogando.
"No estaba en nuestra perspectiva la suspensión de la determinación del cese al fuego unilateral e indefinido proclamado el 20 de diciembre de 2014 como un gesto humanitario y de desescalamiento del conflicto, pero la incoherencia del Gobierno Santos lo ha logrado", señala un corto comunicado de las FARC publicado este viernes en su página oficial. "Estamos preparados", respondió el presidente Juan Manuel Santos.
La guerrilla —que desde el inicio de los diálogos de paz ha insistido en reclamar una tregua bilateral— rechaza que a pesar de su cese al fuego el presidente no haya disminuido la presión militar, culpándolo ahora del retroceso que significa suspender la medida. "Contra nuestra voluntad tenemos que proseguir el diálogo en medio de la confrontación", dice la guerrilla.
El país, sin duda, da un paso atrás en el intento de empezar a reducir la intensidad del conflicto tras algunas señales alentadoras como el acuerdo para limpiar de minas antipersona ciertas zonas del país. "Esta decisión, por el momento, no va a afectar la mesa de negociación, pero sí, y en gran medida, la opinión de los colombianos frente al proceso", dice Ariel Ávila, analista de la Fundación Paz y Reconciliación.
La cifra de los 26 muertos de la guerrilla fue confirmada por el propio Santos este viernes en una alocución desde la Casa de Nariño, en la que relató que en la operación militar se recuperó a un menor de edad herido en Guapi, zona selvática del Cauca. El mandatario pidió a los colombianos que así como se conmueven por la muerte de los militares, también lo hagan por el dolor de los familiares de los guerrilleros muertos. "Esta es la guerra que quiero terminar". A los generales les dijo que la orden sigue siendo "no bajar la guardia".
Este ataque se produce después de que Santos reactivara, el 15 de abril, los bombardeos a los campamentos guerrilleros, consecuencia de una emboscada de las FARC que mató a 11 militares que se resguardaban de la lluvia y dormían en un centro deportivo, también en el Cauca. Ahora, las FARC responden con la suspensión de su tregua por un operativo militar que, según lo aclaró el mandatario, perseguía al guerrillero conocido como Chugo, segundo cabecilla del frente 29 y autor de un ataque, hace seis meses, a la única comisaría de policía que hay en la isla de Gorgona, en el pacífico colombiano, donde murió un agente.
Desde que se inició el diálogo de paz, una de las reglas ha sido negociar mientras persiste el conflicto armado, algo que no terminan de entender aquellos que viven en medio del fuego en las zonas rurales de Colombia. Sin embargo, la intención de desescalar la violencia había generado algún grado de confianza en esas regiones. "La tregua dio un aire pero se fue al traste, porque se va a volver a los niveles estándares del conflicto armado", agrega el analista.
Diferentes sectores políticos, como el Centro Democrático, partido que dirige el expresidente Álvaro Uribe, férreo opositor a Santos, reaccionaron al fin del cese unilateral al fuego de la guerrilla. Uribe, a través de uno de sus senadores, Alfredo Rangel, criticó que la operación militar en la que murieron los guerrilleros se diera mes y medio después de la muerte de los 10 soldados. "Se acaba la falsa tregua de FARC, pretendían paralizar al Ejército para seguir delinquiendo con impunidad. Lo lograron durante cuatro meses", escribió en Twitter.
Elizabeth Reyes L.
Bogotá, El País
El proceso de paz con la guerrilla de las FARC ha entrado este viernes en una fase crítica. Y como ha ocurrido desde que se iniciaron los diálogos entre el Gobierno colombiano y la guerrilla en Cuba, el detonante no está en la mesa de negociación sino en las montañas de Colombia, donde continúa la guerra. El grupo armado ha anunciado la decisión de suspender el alto el fuego que mantenía desde hace cinco meses, tras haber sufrido el jueves un durísimo golpe en un bombardeo de la Fuerza Aérea colombiana en el que murieron 26 de sus milicianos. Aun así, las FARC sostienen que seguirán dialogando.
"No estaba en nuestra perspectiva la suspensión de la determinación del cese al fuego unilateral e indefinido proclamado el 20 de diciembre de 2014 como un gesto humanitario y de desescalamiento del conflicto, pero la incoherencia del Gobierno Santos lo ha logrado", señala un corto comunicado de las FARC publicado este viernes en su página oficial. "Estamos preparados", respondió el presidente Juan Manuel Santos.
La guerrilla —que desde el inicio de los diálogos de paz ha insistido en reclamar una tregua bilateral— rechaza que a pesar de su cese al fuego el presidente no haya disminuido la presión militar, culpándolo ahora del retroceso que significa suspender la medida. "Contra nuestra voluntad tenemos que proseguir el diálogo en medio de la confrontación", dice la guerrilla.
El país, sin duda, da un paso atrás en el intento de empezar a reducir la intensidad del conflicto tras algunas señales alentadoras como el acuerdo para limpiar de minas antipersona ciertas zonas del país. "Esta decisión, por el momento, no va a afectar la mesa de negociación, pero sí, y en gran medida, la opinión de los colombianos frente al proceso", dice Ariel Ávila, analista de la Fundación Paz y Reconciliación.
La cifra de los 26 muertos de la guerrilla fue confirmada por el propio Santos este viernes en una alocución desde la Casa de Nariño, en la que relató que en la operación militar se recuperó a un menor de edad herido en Guapi, zona selvática del Cauca. El mandatario pidió a los colombianos que así como se conmueven por la muerte de los militares, también lo hagan por el dolor de los familiares de los guerrilleros muertos. "Esta es la guerra que quiero terminar". A los generales les dijo que la orden sigue siendo "no bajar la guardia".
Este ataque se produce después de que Santos reactivara, el 15 de abril, los bombardeos a los campamentos guerrilleros, consecuencia de una emboscada de las FARC que mató a 11 militares que se resguardaban de la lluvia y dormían en un centro deportivo, también en el Cauca. Ahora, las FARC responden con la suspensión de su tregua por un operativo militar que, según lo aclaró el mandatario, perseguía al guerrillero conocido como Chugo, segundo cabecilla del frente 29 y autor de un ataque, hace seis meses, a la única comisaría de policía que hay en la isla de Gorgona, en el pacífico colombiano, donde murió un agente.
Desde que se inició el diálogo de paz, una de las reglas ha sido negociar mientras persiste el conflicto armado, algo que no terminan de entender aquellos que viven en medio del fuego en las zonas rurales de Colombia. Sin embargo, la intención de desescalar la violencia había generado algún grado de confianza en esas regiones. "La tregua dio un aire pero se fue al traste, porque se va a volver a los niveles estándares del conflicto armado", agrega el analista.
Diferentes sectores políticos, como el Centro Democrático, partido que dirige el expresidente Álvaro Uribe, férreo opositor a Santos, reaccionaron al fin del cese unilateral al fuego de la guerrilla. Uribe, a través de uno de sus senadores, Alfredo Rangel, criticó que la operación militar en la que murieron los guerrilleros se diera mes y medio después de la muerte de los 10 soldados. "Se acaba la falsa tregua de FARC, pretendían paralizar al Ejército para seguir delinquiendo con impunidad. Lo lograron durante cuatro meses", escribió en Twitter.