Inzaghi se despide de San Siro goleando al Torino

Milan, EFE
El Milán ganó el último partido de la temporada en San Siro 3-0 ante un Torino que se jugaba la complicada oportunidad de alcanzar un puesto en la Europa League. Inzaghi se despidió del estadio de sus amores de mala manera por la expulsión que vio en el descanso (debidas a las protestas con el árbitro Valeri) y que le obligó a asistir a la segunda parte en las gradas. El equipo de Berlusconi, tras otro curso de fracasos, volverá a cambiar de entrenador y dirá adiós al sueño de triunfar con su Superpippo en el banquillo, que necesitará más experiencia para consagrarse entre los grandes.


Los rossoneri, que jugaron el partido entre la contestación de sus tifosi, empezaron jugando bien y abrieron la lata con El Shaarawy: el joven punta controló un centro de Zaccardo con elegancia y batió a Padelli con un potente chut. El Toro reaccionó tomando las riendas del juego pero sin puntería, y los locales pudieron crear peligro con el contragolpe varias veces; sin embargo, una clara falta de Zaccardo a Molinaro causó la expulsión del defensa del Milán, que parecía una vez más destinado a sufrir en la reanudación.

Tras solo 10 minutos de la segunda parte, no obstante, una acción personal de Van Ginkel causó otra tarjeta roja, que esta vez vio el mismo Molinaro por una falta en plena área. Pazzini, esta noche con el brazalete de capitán, transformó la pena máxima celebrando su gol número 100 en la Serie A. Poco después, El Shaarawy completó su regreso perfecto tras una bonita combinación con Van Ginkel firmando el 3-0 y su doblete personal: el italiano llevaba desde enero sin salir de inicio por una fractura en el quinto metatarsiano que le alejó del césped durante cuatro meses y pudo finalmente celebrar a lo grande.

El choque continuó sin demasiadas emociones (Abbiati, que sustituyó a Diego López, negó a El Kaddouri el gol del honor) y al final llegó una victoria que al Milán solo sirve para conquistar el décimo puesto de la Serie A. El año que viene tocará cambiar de registro: Berlusconi sueña con Ancelotti y Emery, pero aún no hay certezas sobre el hombre que aceptará el complicado reto de volver a llevar a los rossoneri entre los grandes después de dos temporadas sin Europa.

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