Grecia descarta controles de capital
Atenas, AP
El gobierno griego descartó el lunes que vaya a restringir el acceso a las cuentas bancarias y la libre circulación del dinero si no se producen avances inmediatos en las conversaciones con los acreedores del rescate y se agotan las reservas monetarias.
La posibilidad de imponer controles de capital —parte de una cadena de acontecimientos que llevarían a la salida de Grecia del euro si se produce un giro desastroso— "simplemente no existe", dijo Gabriel Sakellaridis, vocero del gobierno izquierdista.
Un influyente legislador de la oposición conservadora había mencionado la posibilidad de imponer controles de capital durante el próximo fin de semana largo del Pentecostés ortodoxo o poco después, si el gobierno no puede cumplir con un pago al Fondo Monetario Internacional que vence el 5 de junio.
Grecia ha sobrevivido durante los últimos cinco años con préstamos de rescate del FMI y sus socios europeos, pero los acreedores han bloqueado los nuevos préstamos mientras Atenas no acepte realizar una serie de reformas económicas.
Dirigentes del partido gobernante Syriza dicen que los sueldos y pensiones tienen prioridad sobre el pago de los préstamos si se llega a ese extremo en medio de una crisis creciente de liquidez.
Según los expertos, Grecia podría tener que recurrir a los controles de capital para prevenir una corrida bancaria: cuando los depositantes acuden a los bancos y cajeros automáticos a retirar masivamente sus ahorros.
Se calcula que los depositantes han retirado unos 30.000 millones de euros (33.500 millones de dólares) de los bancos griegos desde las elecciones de fines del año pasado y una nueva oleada de retiros podría provocar el colapso de las instituciones financieras.
Durante el fin de semana, la Coalición de Izquierda Radical (Syriza) en el poder rechazó un llamado del ala extrema del partido a no pagar su próximo abono al Fondo Monetario Internacional.
El comité central de Syriza rechazó la propuesta del grupo de extrema izquierda por votación de 95-75, con un voto en blanco. Rechazó también llamados a nacionalizar los bancos y realizar un referendo que daría a los votantes el poder para rechazar cualquier acuerdo en Bruselas con el FMI y la Unión Europea sobre ayuda financiera a cambio de más reformas fiscales.
Se trató del más reciente esfuerzo para no hacer el nuevo pago al FMI. La semana pasada, Nikos Filis, el líder del grupo parlamentario del partido, dijo que la falta de efectivo es tal que el país pudiera verse imposibilitado de cumplir su pago del 5 de junio de 300 millones de euros (330 millones de dólares).
Grecia debe un total de 1.560 millones de euros (1.720 millones de dólares). No ha recibido ayuda de rescate desde agosto y el Banco Central Europeo ha proveído menos ayuda recientemente a bancos griegos.
Miembros de línea dura del Syriza conocidos como la Plataforma de Izquierda invocaron un impago como asunto de principio. La mayoría de los funcionarios de Syriza, sin embargo, usaron la amenaza como medio para presionar a los acreedores a proveer ayuda inmediata.
El partido aprobó un texto que dice que el gobierno no va a firmar un acuerdo basado en previos pactos de rescate y rechaza "ultimátums" por los "fanáticos de la austeridad". Aun así, Syriza considera que puede emerger un acuerdo "mutuamente beneficioso".
El domingo más temprano, Panayiotis Lafazanis, líder de la Plataforma de Izquierda, había declarado que "no sería una catástrofe salirse del bloque del euro (ni) un acto terrorista no realizar el siguiente pago al FMI". Lafazanis rechazó la opinión del primer ministro Alexis Tsipras de que se han conseguido progresos en las negociaciones con los acreedores y dijo que Grecia nunca había estado bajo "tal chantaje". Agregó que los acreedores quieren "aniquilar" a Grecia.
El ministro del Interior Nikos Voutsis, un miembro de alto rango del Syriza y que no pertenece a la Plataforma de Izquierda, dijo el domingo en una entrevista por televisión que Grecia no puede pagar en junio los abonos al FMI, un total de 1.600 millones de euros.
El gobierno griego descartó el lunes que vaya a restringir el acceso a las cuentas bancarias y la libre circulación del dinero si no se producen avances inmediatos en las conversaciones con los acreedores del rescate y se agotan las reservas monetarias.
La posibilidad de imponer controles de capital —parte de una cadena de acontecimientos que llevarían a la salida de Grecia del euro si se produce un giro desastroso— "simplemente no existe", dijo Gabriel Sakellaridis, vocero del gobierno izquierdista.
Un influyente legislador de la oposición conservadora había mencionado la posibilidad de imponer controles de capital durante el próximo fin de semana largo del Pentecostés ortodoxo o poco después, si el gobierno no puede cumplir con un pago al Fondo Monetario Internacional que vence el 5 de junio.
Grecia ha sobrevivido durante los últimos cinco años con préstamos de rescate del FMI y sus socios europeos, pero los acreedores han bloqueado los nuevos préstamos mientras Atenas no acepte realizar una serie de reformas económicas.
Dirigentes del partido gobernante Syriza dicen que los sueldos y pensiones tienen prioridad sobre el pago de los préstamos si se llega a ese extremo en medio de una crisis creciente de liquidez.
Según los expertos, Grecia podría tener que recurrir a los controles de capital para prevenir una corrida bancaria: cuando los depositantes acuden a los bancos y cajeros automáticos a retirar masivamente sus ahorros.
Se calcula que los depositantes han retirado unos 30.000 millones de euros (33.500 millones de dólares) de los bancos griegos desde las elecciones de fines del año pasado y una nueva oleada de retiros podría provocar el colapso de las instituciones financieras.
Durante el fin de semana, la Coalición de Izquierda Radical (Syriza) en el poder rechazó un llamado del ala extrema del partido a no pagar su próximo abono al Fondo Monetario Internacional.
El comité central de Syriza rechazó la propuesta del grupo de extrema izquierda por votación de 95-75, con un voto en blanco. Rechazó también llamados a nacionalizar los bancos y realizar un referendo que daría a los votantes el poder para rechazar cualquier acuerdo en Bruselas con el FMI y la Unión Europea sobre ayuda financiera a cambio de más reformas fiscales.
Se trató del más reciente esfuerzo para no hacer el nuevo pago al FMI. La semana pasada, Nikos Filis, el líder del grupo parlamentario del partido, dijo que la falta de efectivo es tal que el país pudiera verse imposibilitado de cumplir su pago del 5 de junio de 300 millones de euros (330 millones de dólares).
Grecia debe un total de 1.560 millones de euros (1.720 millones de dólares). No ha recibido ayuda de rescate desde agosto y el Banco Central Europeo ha proveído menos ayuda recientemente a bancos griegos.
Miembros de línea dura del Syriza conocidos como la Plataforma de Izquierda invocaron un impago como asunto de principio. La mayoría de los funcionarios de Syriza, sin embargo, usaron la amenaza como medio para presionar a los acreedores a proveer ayuda inmediata.
El partido aprobó un texto que dice que el gobierno no va a firmar un acuerdo basado en previos pactos de rescate y rechaza "ultimátums" por los "fanáticos de la austeridad". Aun así, Syriza considera que puede emerger un acuerdo "mutuamente beneficioso".
El domingo más temprano, Panayiotis Lafazanis, líder de la Plataforma de Izquierda, había declarado que "no sería una catástrofe salirse del bloque del euro (ni) un acto terrorista no realizar el siguiente pago al FMI". Lafazanis rechazó la opinión del primer ministro Alexis Tsipras de que se han conseguido progresos en las negociaciones con los acreedores y dijo que Grecia nunca había estado bajo "tal chantaje". Agregó que los acreedores quieren "aniquilar" a Grecia.
El ministro del Interior Nikos Voutsis, un miembro de alto rango del Syriza y que no pertenece a la Plataforma de Izquierda, dijo el domingo en una entrevista por televisión que Grecia no puede pagar en junio los abonos al FMI, un total de 1.600 millones de euros.
