Ex rehenes describen fragmentación de Boko Haram en medio de ofensiva de tropas de Nigeria
Malkohi, Reuters
Boko Haram está fracturándose a medida que la escasez de armas y combustible fomenta las tensiones entre sus combatientes y sus líderes, dijeron a Reuters mujeres rescatadas por las tropas nigerianas de manos de los rebeldes islámicos.
El grupo secuestró a unas 2.000 mujeres y niñas el año pasado mientras buscaba forjar un Estado islámico en el noreste de la mayor economía de África. El Ejército ha liberado a casi 700 en la última semana mientras avanza sobre el último bastión de Boko Haram en la zona boscosa de Sambissa.
Los militantes comenzaron a quejarse frente a sus rehenes sobre la falta de armas y municiones el mes pasado, dijeron dos de las mujeres, y muchos quedaron reducidos a portar palos mientras sus vehículos estaban dañados o sin gasolina.
Aisha Abbas, una mujer de 45 años madre de dos hijos, quien fue secuestrada en Dikwa en abril, dijo que al principio todos los combatientes portaban armas pero que últimamente sólo algunos las tenían.
Incluso la mujer del líder de sus captores, Adam Bitri, lo criticaba abiertamente y luego huyó, dijeron dos de las mujeres. Una de ellas describió a Bitri como un hombre de barba gordo y de baja estatura.
De las 275 mujeres secuestradas llevadas a un campamento del Gobierno en la aldea de Malkohi, sólo 61 eran mayores de 18 años y muchas tenían niños pequeños visiblemente desnutridos.
Las mujeres dijeron que las habían mantenido encerradas, que ocasionalmente les llevaban comida y que a veces las golpeaban con dureza. Los niños podían estar corriendo y hacer trabajos para Boko Haram mientras los combatientes eran entrenados para disparar armas.
"Una tarde en abril, seguidores de Boko Haram se pararon frente nuestro y dijeron 'Nuestros líderes no nos darán suficiente combustible y armas y ahora los soldados están avanzando sobre nosotros en Sambisa. Las vamos a dejar'", contó una de las mujeres, Binta Ibrahim, de 18 años.
Las mujeres dijeron que una vez que los militantes vieron dos helicópteros rondando el día del rescate, trataron de venderlas por hasta 2.000 nairas (unos 10 dólares) cada una.
Hacia el atardecer, mientras el Ejército se acercaba, las mujeres secuestradas se negaron a huir con los combatientes de Boko Haram, quienes comenzaron a arrojarles piedras, pero finalmente escaparon.
"Escuchamos balazos alrededor (...) nos arrojamos al piso. Algunas fueron aplastadas (por vehículos del Ejército) y otras resultaron heridas por balas. Dieciocho murieron. Las contamos, incluían a niños", dijo Salamatu Mohamed del área de Damboa.
El Ministerio de Defensa no estuvo inmediatamente disponible para realizar comentarios.
Boko Haram está fracturándose a medida que la escasez de armas y combustible fomenta las tensiones entre sus combatientes y sus líderes, dijeron a Reuters mujeres rescatadas por las tropas nigerianas de manos de los rebeldes islámicos.
El grupo secuestró a unas 2.000 mujeres y niñas el año pasado mientras buscaba forjar un Estado islámico en el noreste de la mayor economía de África. El Ejército ha liberado a casi 700 en la última semana mientras avanza sobre el último bastión de Boko Haram en la zona boscosa de Sambissa.
Los militantes comenzaron a quejarse frente a sus rehenes sobre la falta de armas y municiones el mes pasado, dijeron dos de las mujeres, y muchos quedaron reducidos a portar palos mientras sus vehículos estaban dañados o sin gasolina.
Aisha Abbas, una mujer de 45 años madre de dos hijos, quien fue secuestrada en Dikwa en abril, dijo que al principio todos los combatientes portaban armas pero que últimamente sólo algunos las tenían.
Incluso la mujer del líder de sus captores, Adam Bitri, lo criticaba abiertamente y luego huyó, dijeron dos de las mujeres. Una de ellas describió a Bitri como un hombre de barba gordo y de baja estatura.
De las 275 mujeres secuestradas llevadas a un campamento del Gobierno en la aldea de Malkohi, sólo 61 eran mayores de 18 años y muchas tenían niños pequeños visiblemente desnutridos.
Las mujeres dijeron que las habían mantenido encerradas, que ocasionalmente les llevaban comida y que a veces las golpeaban con dureza. Los niños podían estar corriendo y hacer trabajos para Boko Haram mientras los combatientes eran entrenados para disparar armas.
"Una tarde en abril, seguidores de Boko Haram se pararon frente nuestro y dijeron 'Nuestros líderes no nos darán suficiente combustible y armas y ahora los soldados están avanzando sobre nosotros en Sambisa. Las vamos a dejar'", contó una de las mujeres, Binta Ibrahim, de 18 años.
Las mujeres dijeron que una vez que los militantes vieron dos helicópteros rondando el día del rescate, trataron de venderlas por hasta 2.000 nairas (unos 10 dólares) cada una.
Hacia el atardecer, mientras el Ejército se acercaba, las mujeres secuestradas se negaron a huir con los combatientes de Boko Haram, quienes comenzaron a arrojarles piedras, pero finalmente escaparon.
"Escuchamos balazos alrededor (...) nos arrojamos al piso. Algunas fueron aplastadas (por vehículos del Ejército) y otras resultaron heridas por balas. Dieciocho murieron. Las contamos, incluían a niños", dijo Salamatu Mohamed del área de Damboa.
El Ministerio de Defensa no estuvo inmediatamente disponible para realizar comentarios.