Estado Islámico captura base en Irak, primer ministro envía combatientes chiíes

Bagdad, Reuters
Combatientes del Estado Islámico expulsaron el domingo a las fuerzas de seguridad desde una base militar clave en el oeste de Irak y el primer ministro Haider al-Abadi autorizó el despliegue de paramilitares chiíes para intentar recuperar el control de la provincia de población mayoritariamente suní.


Miembros de las fuerzas de seguridad dijeron que se retiraron desde el Comando de Operaciones de Anbar después de que fue atacado por los insurgentes, que ahora los han atrapado en una zona al oeste de la ciudad de Ramadi.

Un oficial entre los militares, quien pidió no ser identificado, dijo que los milicianos estaban instando mediante altoparlantes a las fuerzas de seguridad a dejar sus armas, prometiéndoles a cambio que estarían seguros.

Los recientes avances del Estado Islámico en la provincia de Anbar representan la mayor victoria de los insurgentes en Irak desde que las fuerzas de seguridad y grupos paramilitares empezaron a obligarles a retroceder el año pasado.

Un portavoz de Abadi dijo que el primer ministro ordenó a los paramilitares que se preparen para "apoyar a las fuerzas armadas y restauren el control sobre todas las zonas de Anbar", después de que el consejo provincial votó a favor de su despliegue.

Los paramilitares chiíes han jugado un importante papel en revertir los avances del Estado Islámico en otras regiones de Irak, pero han sido mantenidos al margen en Anbar, debido a preocupaciones de que puedan avivar la violencia sectaria.

Anteriormente el domingo, los insurgentes ocuparon los restantes distritos bajo control de las fuerzas del Gobierno en Ramadi, luego de que habían tomado la mayor parte de la ciudad durante los últimos dos días.

Un contingente de fuerzas especiales iraquíes había estado resistiendo en el vecindario de Malaab, pero se retiró a una zona en el este de la ciudad luego de sufrir numerosas bajas, dijeron fuentes de seguridad.

El miembro del consejo provincial de Anbar Athal Fahdawi describió la situación en Ramadi como un "colapso total".

Ramadi es la capital de Anbar, la provincia más grande de Irak, y una de las pocas que han permanecido bajo el control del Gobierno en el enorme terreno desértico que limita con Arabia Saudí, Siria y Jordania.

El Estado Islámico, que surgió como un grupo escindido de Al Qaeda, controla grandes partes de Irak y Siria en un autoproclamado califato, ha masacrado a miembros de minorías religiosas y ha ejecutado a rehenes occidentales y árabes.

Estados Unidos y sus aliados han estado golpeando a los milicianos durante meses con ataques aéreos en ambos países. Washington dijo el sábado que sus fuerzas especiales habían matado a una figura de alto rango del Estado Islámico durante una operación en Siria.

En un periodo de 24 horas hasta las 0500 GMT del domingo, la coalición llevó a cabo siete ataques aéreos cerca de Ramadi, de acuerdo a un comunicado. Se trata del mayor número de incursiones en un solo lugar en Irak y Siria en el curso de la crisis.

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