España abre incierta etapa política
Madrid, AP
La convivencia entre los viejos y los nuevos partidos y su capacidad de entenderse marcará el futuro político de España a seis meses de las elecciones presidenciales.
La fractura del voto entre cuatro opciones que pronosticaban las encuestas se cumplió en los comicios locales domingo. El gobernante Partido Popular perdió su hegemonía territorial y el presidente Mariano Rajoy admitió el lunes que medidas impopulares de austeridad durante las crisis y los casos de corrupción son los culpables de buena parte del castigo en las urnas.
Pero es que el Partido Socialista tampoco logró capitalizar ese descontento con la derecha. Las nuevas formaciones emergentes, sobre todo Podemos y en menor medida Ciudadanos, serán decisivas para la gobernabilidad del país. Los mercados saludaron el nuevo escenario con dudas y una caída del 2% en la Bolsa de Madrid.
"Siempre que hay una crisis económica y social como la que hemos vivido, los gobiernos sufren y los gobiernos se resienten", dijo Rajoy, en su primera valoración de los comicios. "Hemos sufrido una notable pérdida de votos y no podemos estar satisfechos".
La larga crisis económica, el desempleo y algunos escándalos de corrupción han erosionado el bipartidismo, que cayó 13 puntos con respecto a 2011 y apenas supera 52% del total de las papeletas.
Los dos termómetros de ese cambio fueron Madrid y Barcelona. Dos coaliciones de izquierda popular, que apoya Podemos, ganaron provisionalmente las alcaldías más importantes del país barriendo a populares y socialistas.
"Estas elecciones son el final del ciclo que empieza con la transición a la democracia (tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975)", señaló Juan Jesús González, profesor de Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. "Cambia el sistema de partidos y lo que está por ver son las implicaciones de todo esto".
"Algunos hablan de segunda transición. Otros, de un simple cambio de actores", añadió.
Los españoles eligieron 8.120 ayuntamientos y los gobiernos de 13 de las 17 regiones del país. La participación nacional fue de 65%, muy similar a la de hace cuatro años. El Partido Popular fue el más votado, pero perdió 2,3 millones de papeletas con respecto a 2011 y posibles pactos de izquierda restarán poder territorial a la derecha.
Podemos y Ciudadanos se han quedado con la llave de muchos gobiernos después de 35 años de alternancia entre populares y socialistas. Rivera, de 35 años, e Iglesias, de 36, están llamados a jugar un papel fundamental.
"Quien quiera entenderse con nosotros tendrá que dar un giro de 180 grados en las políticas de recortes, que han sido un fracaso", dijo el politólogo Pablo Iglesias, líder de Podemos.
"La gran noticia es que a partir de ahora los acuerdos no se harán por sillas y cargos, sino para beneficiar la vida de los españoles", aseguró Albert Rivera, presidente de Ciudadanos.
Rajoy pidió estabilidad institucional ante el mapa fragmentado para no dañar la recuperación de la economía, que está previsto crezca casi un 3% este año. El presidente descartó cambios en su gobierno tras el resultado y dijo que aspira a repetir mandato en las elecciones generales previstas a fin de año. Las encuestas coinciden en que se quedará lejos de la mayoría.
"Aspiramos a mucho más, tenemos que ser más próximos, más cercanos y comunicar más con los españoles", dijo. "Nosotros hemos gobernado en la etapa más difícil de la historia democrática de España. Estoy absolutamente convencido de que los españoles van a reconocer el esfuerzo", añadió.
La fuga de votos a Ciudadanos no ha sido quizá todo lo grande que se esperaba. Pero el partido centrista de Rivera es ya la tercera fuerza municipal del país y ha triplicado su apoyo desde las elecciones europeas del año pasado.
Mientras tanto, los socialistas y Podemos se disputan el liderazgo de la izquierda de cara a las generales. Iglesias ha pegado un mordisco electoral al socialismo que, sin embargo, se mantuvo como fuerza referente de la izquierda.
La extrapolación de los datos del domingo a las generales dibujan un parlamento nacional fragmentado y la necesidad de acuerdos.
"Tenemos dos bloques ideológicos que parecen consolidarse", afirmó González. "De un lado, la derecha y el centro que presentan PP (el Partido Popular) y Ciudadanos, y de otro la izquierda, con socialistas y Podemos. El peso relativo de ambos se divide al 44%".
La convivencia entre los viejos y los nuevos partidos y su capacidad de entenderse marcará el futuro político de España a seis meses de las elecciones presidenciales.
La fractura del voto entre cuatro opciones que pronosticaban las encuestas se cumplió en los comicios locales domingo. El gobernante Partido Popular perdió su hegemonía territorial y el presidente Mariano Rajoy admitió el lunes que medidas impopulares de austeridad durante las crisis y los casos de corrupción son los culpables de buena parte del castigo en las urnas.
Pero es que el Partido Socialista tampoco logró capitalizar ese descontento con la derecha. Las nuevas formaciones emergentes, sobre todo Podemos y en menor medida Ciudadanos, serán decisivas para la gobernabilidad del país. Los mercados saludaron el nuevo escenario con dudas y una caída del 2% en la Bolsa de Madrid.
"Siempre que hay una crisis económica y social como la que hemos vivido, los gobiernos sufren y los gobiernos se resienten", dijo Rajoy, en su primera valoración de los comicios. "Hemos sufrido una notable pérdida de votos y no podemos estar satisfechos".
La larga crisis económica, el desempleo y algunos escándalos de corrupción han erosionado el bipartidismo, que cayó 13 puntos con respecto a 2011 y apenas supera 52% del total de las papeletas.
Los dos termómetros de ese cambio fueron Madrid y Barcelona. Dos coaliciones de izquierda popular, que apoya Podemos, ganaron provisionalmente las alcaldías más importantes del país barriendo a populares y socialistas.
"Estas elecciones son el final del ciclo que empieza con la transición a la democracia (tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975)", señaló Juan Jesús González, profesor de Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. "Cambia el sistema de partidos y lo que está por ver son las implicaciones de todo esto".
"Algunos hablan de segunda transición. Otros, de un simple cambio de actores", añadió.
Los españoles eligieron 8.120 ayuntamientos y los gobiernos de 13 de las 17 regiones del país. La participación nacional fue de 65%, muy similar a la de hace cuatro años. El Partido Popular fue el más votado, pero perdió 2,3 millones de papeletas con respecto a 2011 y posibles pactos de izquierda restarán poder territorial a la derecha.
Podemos y Ciudadanos se han quedado con la llave de muchos gobiernos después de 35 años de alternancia entre populares y socialistas. Rivera, de 35 años, e Iglesias, de 36, están llamados a jugar un papel fundamental.
"Quien quiera entenderse con nosotros tendrá que dar un giro de 180 grados en las políticas de recortes, que han sido un fracaso", dijo el politólogo Pablo Iglesias, líder de Podemos.
"La gran noticia es que a partir de ahora los acuerdos no se harán por sillas y cargos, sino para beneficiar la vida de los españoles", aseguró Albert Rivera, presidente de Ciudadanos.
Rajoy pidió estabilidad institucional ante el mapa fragmentado para no dañar la recuperación de la economía, que está previsto crezca casi un 3% este año. El presidente descartó cambios en su gobierno tras el resultado y dijo que aspira a repetir mandato en las elecciones generales previstas a fin de año. Las encuestas coinciden en que se quedará lejos de la mayoría.
"Aspiramos a mucho más, tenemos que ser más próximos, más cercanos y comunicar más con los españoles", dijo. "Nosotros hemos gobernado en la etapa más difícil de la historia democrática de España. Estoy absolutamente convencido de que los españoles van a reconocer el esfuerzo", añadió.
La fuga de votos a Ciudadanos no ha sido quizá todo lo grande que se esperaba. Pero el partido centrista de Rivera es ya la tercera fuerza municipal del país y ha triplicado su apoyo desde las elecciones europeas del año pasado.
Mientras tanto, los socialistas y Podemos se disputan el liderazgo de la izquierda de cara a las generales. Iglesias ha pegado un mordisco electoral al socialismo que, sin embargo, se mantuvo como fuerza referente de la izquierda.
La extrapolación de los datos del domingo a las generales dibujan un parlamento nacional fragmentado y la necesidad de acuerdos.
"Tenemos dos bloques ideológicos que parecen consolidarse", afirmó González. "De un lado, la derecha y el centro que presentan PP (el Partido Popular) y Ciudadanos, y de otro la izquierda, con socialistas y Podemos. El peso relativo de ambos se divide al 44%".