Escaso progreso es evidente durante visita de Kerry a Rusia
Sochi, AP
A pesar del ambiente cordial, las reuniones del secretario de Estado norteamericano John Kerry con el presidente ruso Vladimir Putin y su canciller redituaron escasa evidencia de progreso para reducir las tensiones a causa de Ucrania, Siria y otros temas que dividen a ambas potencias.
En su primer viaje a Rusia desde que comenzó la crisis ucraniana, Kerry conversó más de cuatro horas con el canciller ruso Serguei Lavrov en un hotel en la ciudad turística de Sochi a orillas del Mar Negro, y después se entrevistó con Putin en la residencia presidencial de éste en la ciudad.
El mandatario ruso se encuentra en Sochi para una semana de reuniones con funcionarios de defensa del país.
Cuando Kerry y Putin llevaban tres horas reunidos, el Ministerio del Exterior de Rusia emitió un comunicado en el que afirmó que ambos funcionarios sostuvieron una "conversación larga y sincera sobre una diversidad de temas".
Sin embargo, el ministerio conservó en su comunicado el tono desafiante de sus declaraciones previas en las que responsabilizó a Washington de la tensión de las relaciones, y afirmó que Moscú no retrocederá en asuntos cruciales a sus intereses nacionales.
"Serguei Lavrov destacó que nosotros no somos los responsables de la actual crisis en las relaciones con Washington", se dijo en el comunicado.
"Rusia está lista a una cooperación constructiva con Washington tanto en asuntos bilaterales como en la escena global, en la que nuestros países tienen una responsabilidad especial en la seguridad y estabilidad mundiales. Sin embargo, la cooperación sólo es posible sobre un pie de honestidad e igualdad, sin intentar imposiciones ni coacciones".
El ministerio agregó que las sanciones adicionales para apremiar a Moscú sólo resultarán en la prolongación del estancamiento porque "Rusia jamás será obligada a comprometer sus intereses nacionales ni su postura de principios sobre los temas que considera cruciales para ella misma".
Washington y Moscú insisten en que todas las partes en la crisis ucraniana deben acatar el frágil acuerdo de tregua, aunque difieren considerablemente en cuanto a quién violó el cese del fuego.
Kerry tenía previsto poner a prueba la disposición de Putin para obligar a los separatistas prorrusos en Ucrania a que respeten la tregua.
El secretario de Estado también pretendía sopesar el nivel del apoyo de Rusia al asediado presidente sirio Bashar Assad, cuyas fuerzas han perdido terreno ante los rebeldes, y apremiar a Moscú para que respalde una transición política que propicie el fin de la guerra.
En el tema de Siria, el ministerio ruso dijo solamente que es "necesario continuar los esfuerzos para impulsar un diálogo político amplio entre Damasco y la oposición".
Además, Kerry intentará convencer a Putin de que Rusia no debería entregar un sistema avanzado de defensa antiaérea a Irán. El comunicado ruso no abordo este tema.
Las relaciones entre Washington y Moscú han caído a su nivel más bajo desde el fin de la Guerra Fría debido a sus desavenencias sobre Ucrania y Siria.
El portavoz de Putin, Dimitri Peskov, dijo el martes a la prensa en Sochi que el gobierno ruso recibe con beneplácito la visita de Kerry, pero subrayó que "Rusia jamás comenzó el congelamiento de las relaciones, y siempre estamos abiertos a las exhibiciones de voluntad política para un diálogo más amplio".
La retórica dejó entrever que habría pocos avances amplios, si es que alguno. Sin embargo, ambas partes enfatizaron la importancia de tratar de dejar atrás algo del rencor que sepultó el esfuerzo del presidente Barack Obama en su primer período de "relanzar" los vínculos con Moscú.
A pesar del ambiente cordial, las reuniones del secretario de Estado norteamericano John Kerry con el presidente ruso Vladimir Putin y su canciller redituaron escasa evidencia de progreso para reducir las tensiones a causa de Ucrania, Siria y otros temas que dividen a ambas potencias.
En su primer viaje a Rusia desde que comenzó la crisis ucraniana, Kerry conversó más de cuatro horas con el canciller ruso Serguei Lavrov en un hotel en la ciudad turística de Sochi a orillas del Mar Negro, y después se entrevistó con Putin en la residencia presidencial de éste en la ciudad.
El mandatario ruso se encuentra en Sochi para una semana de reuniones con funcionarios de defensa del país.
Cuando Kerry y Putin llevaban tres horas reunidos, el Ministerio del Exterior de Rusia emitió un comunicado en el que afirmó que ambos funcionarios sostuvieron una "conversación larga y sincera sobre una diversidad de temas".
Sin embargo, el ministerio conservó en su comunicado el tono desafiante de sus declaraciones previas en las que responsabilizó a Washington de la tensión de las relaciones, y afirmó que Moscú no retrocederá en asuntos cruciales a sus intereses nacionales.
"Serguei Lavrov destacó que nosotros no somos los responsables de la actual crisis en las relaciones con Washington", se dijo en el comunicado.
"Rusia está lista a una cooperación constructiva con Washington tanto en asuntos bilaterales como en la escena global, en la que nuestros países tienen una responsabilidad especial en la seguridad y estabilidad mundiales. Sin embargo, la cooperación sólo es posible sobre un pie de honestidad e igualdad, sin intentar imposiciones ni coacciones".
El ministerio agregó que las sanciones adicionales para apremiar a Moscú sólo resultarán en la prolongación del estancamiento porque "Rusia jamás será obligada a comprometer sus intereses nacionales ni su postura de principios sobre los temas que considera cruciales para ella misma".
Washington y Moscú insisten en que todas las partes en la crisis ucraniana deben acatar el frágil acuerdo de tregua, aunque difieren considerablemente en cuanto a quién violó el cese del fuego.
Kerry tenía previsto poner a prueba la disposición de Putin para obligar a los separatistas prorrusos en Ucrania a que respeten la tregua.
El secretario de Estado también pretendía sopesar el nivel del apoyo de Rusia al asediado presidente sirio Bashar Assad, cuyas fuerzas han perdido terreno ante los rebeldes, y apremiar a Moscú para que respalde una transición política que propicie el fin de la guerra.
En el tema de Siria, el ministerio ruso dijo solamente que es "necesario continuar los esfuerzos para impulsar un diálogo político amplio entre Damasco y la oposición".
Además, Kerry intentará convencer a Putin de que Rusia no debería entregar un sistema avanzado de defensa antiaérea a Irán. El comunicado ruso no abordo este tema.
Las relaciones entre Washington y Moscú han caído a su nivel más bajo desde el fin de la Guerra Fría debido a sus desavenencias sobre Ucrania y Siria.
El portavoz de Putin, Dimitri Peskov, dijo el martes a la prensa en Sochi que el gobierno ruso recibe con beneplácito la visita de Kerry, pero subrayó que "Rusia jamás comenzó el congelamiento de las relaciones, y siempre estamos abiertos a las exhibiciones de voluntad política para un diálogo más amplio".
La retórica dejó entrever que habría pocos avances amplios, si es que alguno. Sin embargo, ambas partes enfatizaron la importancia de tratar de dejar atrás algo del rencor que sepultó el esfuerzo del presidente Barack Obama en su primer período de "relanzar" los vínculos con Moscú.