El Valencia se jugará todo en Almería

Valencia, As
El Valencia se lo jugará todo en Almería. Pero todo es todo. Los de Nuno aún pueden ser terceros, quedarse cuartos como están y también hasta verse fuera de la Champions en la última jornada. Y todo ello ante un Almería que se jugará la salvación. Apasionante es poco. El Celta, por su parte, dijo adiós a sus aspiraciones europeas con la cabeza alta. Posiblemente sin el empuje de Mestalla a favor de los suyos, otro gallo hubiera cantado en el partido de ayer.


Uno ve jugar al Celta y confirma que si los dirigentes tienen tienen la cabeza fría les suele ir mejor. Pensar que Berizzo estuvo en la cuerda floja suena ahora que termina el curso a broma de mal gusto. Por suerte para los vigueses hubo paciencia con el argentino y con el fútbol que inculca a los suyos recogen los frutos. Con desparpajo, presión y velocidad lograron lo que solo Barcelona y Real Madrid habían hecho este año en Mestalla: adelantarse en el marcador. Fue tras un perfecto remate de cabeza a la escuadra de Hernández tras saque de esquina de Nolito, un futbolista que puso veneno a cada una de sus acciones.

Al Valencia ese ir contracorriente le pesó. Jugó con más pasión que cabeza. El Celta, con Álex López y Krohn-Dehli atando en corto a Parejo, transmitía tenerlo todo bajo control. Además Nolito y Orellana inquietaban cada vez que tocaban el balón. El Valencia hasta el descanso solo tuvo una ocasión de verdad. Pero esta vez Sergio dejó sin premio al binomio Gayà-Alcácer.

Tras el descanso el Valencia sí llamó a arrebato y en cuatro minutos Feghouli, Piatti y Otamendi, quien hizo sonar el larguero, tuvieron el empate. Fue precisamente el argentino tras un mal despeje de Sergio el que puso el 1-1 y encendió más si cabe Mestalla. Para entonces Nuno ya se la había jugado y además de sacar a De Paul por Piatti había sustituido a Negredo por Mustafi. Pero en verdad en la recta final, aquel que viera el fútbol sin oír el clamor de la grada, diría que el Celta tuvo más cerca la victoria a la contra que un Valencia sin más fuerzas que las de su público. No fue el día de los blanquinegros, sirva como ejemplo la lesión de André Gomes y que su sustituto, Enzo Pérez, acabó con cabestrillo en el hombro.

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