El referéndum sobre la UE excluye a los británicos que llevan 15 años fuera
Votarán ciudadanos de la Commonwealth residentes en Reino Unido pero no los europeos
Los laboristas apoyan ahora la celebración de la consulta
Pablo Guimón
Londres, El País
David Cameron no está dispuesto a perder ni un minuto en la tramitación del referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea. Este mismo jueves, después del discurso de la reina que el miércoles inaugura oficialmente la actividad del nuevo Parlamento, planea publicar el proyecto de ley que permita la celebración de la consulta antes de finales de 2017.
La campaña de Cameron para negociar unos términos más favorables en su relación con Bruselas comenzará oficialmente este lunes, día festivo en Reino Unido, durante una cena en su residencia vacacional de Chequers con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker. El mismo al que, hace solo un año, Cameron quiso a toda costa impedir que ocupara el cargo.
El jueves, después de presentar la legislación en el Parlamento, emprenderá un viaje relámpago de dos días por cinco capitales europeas. Volará a Dinamarca, después a Holanda, y terminará el día en París, tras reunirse con sus homólogos en los tres países. El viernes visitará al primer ministro polaco en Varsovia y terminará el viaje tras un encuentro con la canciller alemana en Berlín.
Antes incluso del discurso de la reina, los euroescépticos cosecharon este lunes su primera victoria: la definición del censo. No podrán votar en el referéndum todos los residentes británicos en el extranjero. Tampoco los ciudadanos de la UE residentes en Reino Unido, que sí pudieron votar en el referéndum de independencia de Escocia celebrado el año pasado. Ni, como pedían los laboristas y los nacionalistas escoceses del SNP, los británicos de 16 y 17 años.
El derecho al sufragio será el mismo que en las elecciones generales, y no el de las locales o europeas. Podrán votar los británicos mayores de 18 años, los ciudadanos irlandeses y de la Commonwealth residentes en Reino Unido, y los británicos que viven en el extranjero desde hace menos de 15 años. También lo miembros de la Cámara de los Lores y los ciudadanos de la Commonwealth residentes en Gibraltar, que no pueden votar en las generales.
Muchos partidarios de permanecer en la UE habían defendido la conveniencia de extender el derecho a voto a los británico residentes en otros países miembros, ya que serán quizá los más afectados por el resultado del referéndum. También apoyaron extender el derecho a sufragio a las personas de 16 y 17 años, por considerar que el resultado de la consulta será mucho menos reversible que el de unas elecciones generales y que, por tanto, habría sido conveniente un censo lo más amplio posible.
El Gobierno parece confiado en que podrá lograr el compromiso de Bruselas respecto a reformas importantes en cuestiones de inmigración y prestaciones sociales. “El hecho de que vayamos a celebrar el referéndum ayudará a asegurar la atención de nuestros socios europeos, y nos tomarán en serio en estos asuntos”, declaró Sajid Javid, el nuevo ministro de Negocios.
Con algunas concesiones en la cartera, esperan obtener el respaldo de los británicos para permanecer en el bloque de los 28 miembros. Cameron confía en que finalmente pesará en el electorado el argumento económico de que permanecer en un mercado de 500 millones de consumidores será bueno para el empleo y el crecimiento económico en Reino Unido.
En ese sentido, según publicaba este lunes el Financial Times, el canciller del Exchequer, George Osborne, habría encargado ya al departamento del Tesoro un estudio sobre el impacto económico de una eventual saluda del país de la UE. La utilización de esta misma estrategia de publicar análisis económicos durante la campaña del referéndum escocés fue muy controvertida por comprometer la exigida neutralidad del departamento.
Los laboristas apoyan finalmente el referéndum
La voluntad de David Cameron de acelerar todo lo posible el camino hacia un referéndum sobre la permanencia cuenta ahora con un obstáculo menos: el Partido Laborista está dispuesto a apoyar la celebración del mismo. Votarán a favor del proyecto de ley, facilitando su rápida tramitación. Así lo anunció este fin de semana Harriet Harman, al frente del partido desde la dimisión de Ed Miliband y hasta que se elija un nuevo líder en septiembre.
“Los británicos quieren expresar su opinión sobre la permanencia en la UE”, reconoció Harman en un artículo en el Sunday Times. “Los laboristas, por tanto, apoyaremos un referéndum cuando la propuesta llegue a la Cámara de los Comunes”.
“No parece existir un apetito público para que nos enroquemos en las barricadas contra un referéndum que parece inevitable”, añadió en la BBC. “Creo que si continúas discutiendo demasiado tiempo sobre el proceso, acabas oscureciendo la realmente importante discusión sobre la sustancia”.
Harman señaló, no obstante, que es importante que la fecha del referéndum no coincida con las elecciones en Escocia y en Gales previstas para el proóximo mes de mayo, o con ninguna otra fecha en que se celebran elecciones locales. Además, presionarán junto al SNP, tanto en los Comunes como en Lores, para que el derecho de voto se extienda en esta consulta a los ciudadanos de 16 y 17 años.
Los laboristas apoyan ahora la celebración de la consulta
Pablo Guimón
Londres, El País
David Cameron no está dispuesto a perder ni un minuto en la tramitación del referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea. Este mismo jueves, después del discurso de la reina que el miércoles inaugura oficialmente la actividad del nuevo Parlamento, planea publicar el proyecto de ley que permita la celebración de la consulta antes de finales de 2017.
La campaña de Cameron para negociar unos términos más favorables en su relación con Bruselas comenzará oficialmente este lunes, día festivo en Reino Unido, durante una cena en su residencia vacacional de Chequers con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker. El mismo al que, hace solo un año, Cameron quiso a toda costa impedir que ocupara el cargo.
El jueves, después de presentar la legislación en el Parlamento, emprenderá un viaje relámpago de dos días por cinco capitales europeas. Volará a Dinamarca, después a Holanda, y terminará el día en París, tras reunirse con sus homólogos en los tres países. El viernes visitará al primer ministro polaco en Varsovia y terminará el viaje tras un encuentro con la canciller alemana en Berlín.
Antes incluso del discurso de la reina, los euroescépticos cosecharon este lunes su primera victoria: la definición del censo. No podrán votar en el referéndum todos los residentes británicos en el extranjero. Tampoco los ciudadanos de la UE residentes en Reino Unido, que sí pudieron votar en el referéndum de independencia de Escocia celebrado el año pasado. Ni, como pedían los laboristas y los nacionalistas escoceses del SNP, los británicos de 16 y 17 años.
El derecho al sufragio será el mismo que en las elecciones generales, y no el de las locales o europeas. Podrán votar los británicos mayores de 18 años, los ciudadanos irlandeses y de la Commonwealth residentes en Reino Unido, y los británicos que viven en el extranjero desde hace menos de 15 años. También lo miembros de la Cámara de los Lores y los ciudadanos de la Commonwealth residentes en Gibraltar, que no pueden votar en las generales.
Muchos partidarios de permanecer en la UE habían defendido la conveniencia de extender el derecho a voto a los británico residentes en otros países miembros, ya que serán quizá los más afectados por el resultado del referéndum. También apoyaron extender el derecho a sufragio a las personas de 16 y 17 años, por considerar que el resultado de la consulta será mucho menos reversible que el de unas elecciones generales y que, por tanto, habría sido conveniente un censo lo más amplio posible.
El Gobierno parece confiado en que podrá lograr el compromiso de Bruselas respecto a reformas importantes en cuestiones de inmigración y prestaciones sociales. “El hecho de que vayamos a celebrar el referéndum ayudará a asegurar la atención de nuestros socios europeos, y nos tomarán en serio en estos asuntos”, declaró Sajid Javid, el nuevo ministro de Negocios.
Con algunas concesiones en la cartera, esperan obtener el respaldo de los británicos para permanecer en el bloque de los 28 miembros. Cameron confía en que finalmente pesará en el electorado el argumento económico de que permanecer en un mercado de 500 millones de consumidores será bueno para el empleo y el crecimiento económico en Reino Unido.
En ese sentido, según publicaba este lunes el Financial Times, el canciller del Exchequer, George Osborne, habría encargado ya al departamento del Tesoro un estudio sobre el impacto económico de una eventual saluda del país de la UE. La utilización de esta misma estrategia de publicar análisis económicos durante la campaña del referéndum escocés fue muy controvertida por comprometer la exigida neutralidad del departamento.
Los laboristas apoyan finalmente el referéndum
La voluntad de David Cameron de acelerar todo lo posible el camino hacia un referéndum sobre la permanencia cuenta ahora con un obstáculo menos: el Partido Laborista está dispuesto a apoyar la celebración del mismo. Votarán a favor del proyecto de ley, facilitando su rápida tramitación. Así lo anunció este fin de semana Harriet Harman, al frente del partido desde la dimisión de Ed Miliband y hasta que se elija un nuevo líder en septiembre.
“Los británicos quieren expresar su opinión sobre la permanencia en la UE”, reconoció Harman en un artículo en el Sunday Times. “Los laboristas, por tanto, apoyaremos un referéndum cuando la propuesta llegue a la Cámara de los Comunes”.
“No parece existir un apetito público para que nos enroquemos en las barricadas contra un referéndum que parece inevitable”, añadió en la BBC. “Creo que si continúas discutiendo demasiado tiempo sobre el proceso, acabas oscureciendo la realmente importante discusión sobre la sustancia”.
Harman señaló, no obstante, que es importante que la fecha del referéndum no coincida con las elecciones en Escocia y en Gales previstas para el proóximo mes de mayo, o con ninguna otra fecha en que se celebran elecciones locales. Además, presionarán junto al SNP, tanto en los Comunes como en Lores, para que el derecho de voto se extienda en esta consulta a los ciudadanos de 16 y 17 años.