El papa Fracisco pide ayuda a la comunidad internacional para migrantes del sudeste asiático
Ciudad del Vaticano, EFE
El papa Francisco pidió hoy a la comunidad internacional que ayude a los inmigrantes indocumentados en el golfo de Bengala y el mar de Andamán durante su alocución posterior al rezo del Ángelus.
“Sigo con viva preocupación el asunto de los numerosos refugiados en el golfo de Bengala y en el mar de Andamán. Agradezco los esfuerzos de aquellos países que han dado su disponibilidad a recibir a esas personas que afrontan grave sufrimiento y peligros”, dijo el pontífice.
“Animo a la comunidad internacional a suministrar la asistencia humanitaria necesaria”, agregó.
Entre 6.000 y 8.000 inmigrantes indocumentados, según la ONU, que se encuentran a la deriva en esa zona de Asia y una parte importante de ellos pertenece a la etnia rohinyá, una comunidad musulmana que Birmania no reconoce como sus nacionales.
Muchos de ellos huyen de las malas condiciones en las que viven en Rakáin, donde han sido objeto de maltratos y discriminación, en especial desde la ola de violencia sectaria que surgió en 2012.
Indonesia y Malasia anunciaron el miércoles pasado que concederán asilo temporal a los inmigrantes que se encuentran a la deriva, siempre que la comunidad internacional se comprometa a reubicarlos en terceros países o repatriarlos en el plazo de un año.
El papa Francisco pidió hoy a la comunidad internacional que ayude a los inmigrantes indocumentados en el golfo de Bengala y el mar de Andamán durante su alocución posterior al rezo del Ángelus.
“Sigo con viva preocupación el asunto de los numerosos refugiados en el golfo de Bengala y en el mar de Andamán. Agradezco los esfuerzos de aquellos países que han dado su disponibilidad a recibir a esas personas que afrontan grave sufrimiento y peligros”, dijo el pontífice.
“Animo a la comunidad internacional a suministrar la asistencia humanitaria necesaria”, agregó.
Entre 6.000 y 8.000 inmigrantes indocumentados, según la ONU, que se encuentran a la deriva en esa zona de Asia y una parte importante de ellos pertenece a la etnia rohinyá, una comunidad musulmana que Birmania no reconoce como sus nacionales.
Muchos de ellos huyen de las malas condiciones en las que viven en Rakáin, donde han sido objeto de maltratos y discriminación, en especial desde la ola de violencia sectaria que surgió en 2012.
Indonesia y Malasia anunciaron el miércoles pasado que concederán asilo temporal a los inmigrantes que se encuentran a la deriva, siempre que la comunidad internacional se comprometa a reubicarlos en terceros países o repatriarlos en el plazo de un año.