¿Debería abortar una niña de 10 años embarazada tras ser violada?
Javier Taeño | Gaceta trotamundos
De la pequeña solo se conocen algunos detalles como su edad (10 años, a punto de cumplir 11), su peso (34 kilos) y su altura (1,39 metros). También que está embarazada de 21 semanas y media tras una supuesta violación de su padrastro. Poco más. Su nombre continúa siendo un misterio, pero su historia ya se ha hecho viral en Paraguay, que tiene un férreo control sobre el aborto. El dilema está servido y hay opiniones para todos los gustos.
En un país que en 2014 vio como 680 menores de 15 años daban a luz, según datos oficiales, no es una gran sorpresa el caso de esta niña. Sin embargo, su corta edad hace que se pueda tratar de un embarazo de riesgo, teniendo en cuenta que el cuerpo de la joven aún no está suficientemente desarrollado para poder afrontar el parto, pese a que las autoridades sanitarias locales consideran que a ella se la ve muy bien.
Entre los partidarios del aborto ya se ha posicionado la madre que lo ve necesario para poder “salvarle la vida”. Amnistía Internacional también ha lanzado una campaña bajo el lema #NiñaEnPeligro en la que alerta de los riesgos de seguir adelante, pero de momento la férrea oposición de las autoridades complica las cosas sobremanera.
Y es que en Paraguay solo está permitido interrumpir el embarazo cuando la vida de la mujer embarazada corre peligro y en este caso se estima que la pequeña de momento lo está llevando sin complicaciones.
Pero va a ser en las próximas semanas cuando vaya a notar más dificultades porque su útero irá creciendo en su pequeño abdomen. El riesgo de parto prematuro también es más grande. Una serie de condicionantes que de momento no convencen a las autoridades que se niegan a permitir el aborto.
Este es el último caso, pero no el único porque los datos de Naciones Unidas muestran que América Latina es la segunda región del mundo con más maternidad infantil. La legislación paraguaya además dificulta todo, ya que no contempla los casos de violación. Por eso, los activistas piden que se produzca una reforma de la ley del aborto que impida que sigan ocurriendo estas cosas. Mientras tanto, el embarazo avanza y el padrastro sigue en busca y captura.
De la pequeña solo se conocen algunos detalles como su edad (10 años, a punto de cumplir 11), su peso (34 kilos) y su altura (1,39 metros). También que está embarazada de 21 semanas y media tras una supuesta violación de su padrastro. Poco más. Su nombre continúa siendo un misterio, pero su historia ya se ha hecho viral en Paraguay, que tiene un férreo control sobre el aborto. El dilema está servido y hay opiniones para todos los gustos.
En un país que en 2014 vio como 680 menores de 15 años daban a luz, según datos oficiales, no es una gran sorpresa el caso de esta niña. Sin embargo, su corta edad hace que se pueda tratar de un embarazo de riesgo, teniendo en cuenta que el cuerpo de la joven aún no está suficientemente desarrollado para poder afrontar el parto, pese a que las autoridades sanitarias locales consideran que a ella se la ve muy bien.
Entre los partidarios del aborto ya se ha posicionado la madre que lo ve necesario para poder “salvarle la vida”. Amnistía Internacional también ha lanzado una campaña bajo el lema #NiñaEnPeligro en la que alerta de los riesgos de seguir adelante, pero de momento la férrea oposición de las autoridades complica las cosas sobremanera.
Y es que en Paraguay solo está permitido interrumpir el embarazo cuando la vida de la mujer embarazada corre peligro y en este caso se estima que la pequeña de momento lo está llevando sin complicaciones.
Pero va a ser en las próximas semanas cuando vaya a notar más dificultades porque su útero irá creciendo en su pequeño abdomen. El riesgo de parto prematuro también es más grande. Una serie de condicionantes que de momento no convencen a las autoridades que se niegan a permitir el aborto.
Este es el último caso, pero no el único porque los datos de Naciones Unidas muestran que América Latina es la segunda región del mundo con más maternidad infantil. La legislación paraguaya además dificulta todo, ya que no contempla los casos de violación. Por eso, los activistas piden que se produzca una reforma de la ley del aborto que impida que sigan ocurriendo estas cosas. Mientras tanto, el embarazo avanza y el padrastro sigue en busca y captura.