China evalúa estímulo fiscal para combatir la desaceleración
Pekín, Reuters
Los líderes chinos, sorprendidos por una fuerte desaceleración económica y preocupados por el riesgo de la pérdida de empleos, probablemente recurrirán al estímulo fiscal para reactivar el crecimiento después de que una serie de medidas para relajar la política monetaria resultase poco eficaz, dijeron fuentes con conocimiento del asunto.
La segunda mayor economía del mundo creció un 7 por ciento anual en el primer trimestre, la tasa más débil desde la crisis financiera global, y los datos anunciados desde entonces sugieren que ha perdido más impulso.
"Ellos están muy preocupados. Si no se toman medidas más audaces, será muy difícil alcanzar el objetivo de crecimiento para todo el año, y existe el riesgo de que la desaceleración pueda salirse de control", dijo un economista de un centro de estudios bien conectado, refiriéndose a las autoridades de mayor rango.
"La política fiscal será más enérgica y se acelerará la inversión en infraestructuras, mientras que la política monetaria será más flexible", dijo el economista.
El Politburó, el máximo órgano de toma de decisiones del gobernante Partido Comunista, dijo la semana pasada que "pondría una gran atención en la presión a la baja sobre la economía" y se comprometió a intensificar los "ajustes" de política al aumentar el gasto fiscal.
El Gobierno prevé un déficit presupuestario para el 2015 igual al 2,3 por ciento del Producto Interior Bruto, pero el ministro de Finanzas Lou Jiwei dijo en marzo que el déficit fiscal real sería del 2,7 por ciento del PIB, su mayor nivel desde 2009, después de tomar en cuenta las cantidades no utilizadas de los fondos asignados previamente.
El año pasado, el gasto público aumentó un 8,2 por ciento, por debajo de la meta de un 9,5 por ciento.
La opinión emergente es que el impacto directo de los gastos del Gobierno se sentiría donde la política monetaria, incluyendo dos recortes en los tipos de interés y dos rebajas en los requisitos de reservas bancarias desde noviembre, ha sido ineficaz.
El Gobierno está considerando "un paquete de medidas para estabilizar el crecimiento y controlar los riesgos", dijo un economista senior en el Centro de Investigaciones para el Desarrollo del gabinete.
"No hay un gran problema en el empleo. Ellos (los principales líderes) están más preocupados por los riesgos financieros y los riesgos de la deuda", agregó.
Los líderes chinos, sorprendidos por una fuerte desaceleración económica y preocupados por el riesgo de la pérdida de empleos, probablemente recurrirán al estímulo fiscal para reactivar el crecimiento después de que una serie de medidas para relajar la política monetaria resultase poco eficaz, dijeron fuentes con conocimiento del asunto.
La segunda mayor economía del mundo creció un 7 por ciento anual en el primer trimestre, la tasa más débil desde la crisis financiera global, y los datos anunciados desde entonces sugieren que ha perdido más impulso.
"Ellos están muy preocupados. Si no se toman medidas más audaces, será muy difícil alcanzar el objetivo de crecimiento para todo el año, y existe el riesgo de que la desaceleración pueda salirse de control", dijo un economista de un centro de estudios bien conectado, refiriéndose a las autoridades de mayor rango.
"La política fiscal será más enérgica y se acelerará la inversión en infraestructuras, mientras que la política monetaria será más flexible", dijo el economista.
El Politburó, el máximo órgano de toma de decisiones del gobernante Partido Comunista, dijo la semana pasada que "pondría una gran atención en la presión a la baja sobre la economía" y se comprometió a intensificar los "ajustes" de política al aumentar el gasto fiscal.
El Gobierno prevé un déficit presupuestario para el 2015 igual al 2,3 por ciento del Producto Interior Bruto, pero el ministro de Finanzas Lou Jiwei dijo en marzo que el déficit fiscal real sería del 2,7 por ciento del PIB, su mayor nivel desde 2009, después de tomar en cuenta las cantidades no utilizadas de los fondos asignados previamente.
El año pasado, el gasto público aumentó un 8,2 por ciento, por debajo de la meta de un 9,5 por ciento.
La opinión emergente es que el impacto directo de los gastos del Gobierno se sentiría donde la política monetaria, incluyendo dos recortes en los tipos de interés y dos rebajas en los requisitos de reservas bancarias desde noviembre, ha sido ineficaz.
El Gobierno está considerando "un paquete de medidas para estabilizar el crecimiento y controlar los riesgos", dijo un economista senior en el Centro de Investigaciones para el Desarrollo del gabinete.
"No hay un gran problema en el empleo. Ellos (los principales líderes) están más preocupados por los riesgos financieros y los riesgos de la deuda", agregó.