Cameron saborea victoria inesperada en los comicios británicos

Londres, Reuters
El primer ministro británico, David Cameron, logró el viernes una contundente victoria electoral que dejó muy mal parados a sus oponentes laboristas, contradiciendo las previsiones de que sería la votación más reñida en décadas y conservando el poder por otros cinco años.


La libra esterlina, los bonos y las acciones se dispararon luego de que se despejaron los temores a un resultado no concluyente, que habría obligado a Cameron a compartir el poder con su rival laborista, Ed Miliband.

En cambio, Cameron se reunió con la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham para aceptar un mandato para formar el primer Gobierno de mayoría conservadora desde la sorpresiva victoria de John Major en 1992.

Pero pese al resultado inesperadamente decisivo, hay una creciente incertidumbre sobre si el Reino Unido permanecerá en la Unión Europea e incluso si mantendrá la unidad del país.

Los nacionalistas arrasaron en Escocia y Cameron reiteró una promesa de realizar un referendo por la permanencia en la UE.

La escala de su triunfo superó las proyecciones más optimistas de su partido.

"Esta es la victoria más dulce", dijo Cameron, de 48 años, a sus entusiastas seguidores en la sede del partido.

Sonriente junto a su esposa Samantha, regresó a la oficina del primer ministro en Downing Street después de reunirse con la reina. El personal se alineó para aplaudirlo a su entrada.

El argumento de Cameron ante los votantes fue que había rescatado a Gran Bretaña de la crisis económica para generar el crecimiento más rápido entre las economías más grandes. El primer ministro había advertido que Miliband paralizaría al Reino Unido al darle a los nacionalistas escoceses las llaves del tesoro inglés.

En los primeros nombramientos de su gabinete, Cameron mantuvo a George Osborne como ministro de Finanzas, quedándose así con el hombre al que se le reconoce haber supervisado la recuperación de la crisis, y volvió a designar a sus ministros de Relaciones Exteriores, Interior y Defensa.

Miliband había argumentado que la recuperación beneficiaba a los ricos y la mayoría de la población aún sufría los efectos de la crisis. Pero fracasó en lograr una conexión con los votantes de la clase trabajadora o convencer a la gente de que le podían confiar la quinta mayor economía del mundo.

Él llamó a Cameron por teléfono para reconocer su triunfo y luego renunció como líder del Partido Laboristas. Publicó en Twitter: "La responsabilidad por el resultado es sólo mía".

MAYORÍA

Con todos los 650 escaños asignados, los conservadores ganaron 331 asientos para tener una mayoría efectiva.

Los Liberales Demócratas, que apoyaron a Cameron en el Gobierno desde el 2010, quedaron con apenas ocho escaños de los 57 previos. El margen de victoria implica que ya no los necesita. Su líder, Nick Clegg, mantuvo su asiento pero renunció a la dirección del partido.

Los laboristas obtuvieron 232 bancas y el Partido Nacional Escocés (SNP) 56 de los 59 escaños para Escocia, desde apenas seis hace cinco años, derrotando a los laboristas de sus bastiones históricos.

El Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP), grupo populista que aboga por la salida del país de la Unión Europea, quedó en el tercer lugar a nivel nacional, pero eso se tradujo en apenas un sólo asiento.

Su líder, el carismático Nigel Farage, perdió su propio puesto en el Parlamento y dimitió como líder del partido, pero dijo que buscaría retomar el liderazgo más adelante este año.

"TSUNAMI" ESCOCÉS

La victoria de Cameron también implica que Reino Unido votará como ha prometido si continúa formando parte de la Unión Europea. El primer ministro dice que él quiere permanecer en el bloque, pero sólo si puede renegociar la relación de Gran Bretaña con Bruselas.

Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, felicitó a Cameron y le dijo: "Estoy listo para trabajar contigo para lograr un acuerdo justo para el Reino Unido en la Unión Europea". Pero el brazo ejecutivo del bloque reiteró que no habrá renegociaciones de sus tratados básicos.

En Escocia, la victoria extraordinaria de los nacionalistas volvió a plantear la cuestión de una división.

Cameron tomó un tono conciliador hacia Escocia, que seguramente le dará su primer dolor de cabeza, prometiendo una mayor devolución de poderes.

Alex Salmond, ex líder del SNP, elegido para representarlo en el Parlamento en Londres, calificó a la victoria del partido como "un tsunami electoral de escala gigante".

"Va a ser imposible ignorar al SNP y va a ser muy difícil detenerlo", afirmó.

Un estudiante de 20 años del SNP se convirtió en el miembro más joven de la Cámara de los Comunes desde 1667. El escaño que ganó lo ocupaba anteriormente Douglas Alexander, jefe de campaña de los laboristas y portavoz de política exterior del partido.

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