Arruabarrena: "Definir acá es un plus"
Buenos Aires, Espn
"Me gusta definir con mi gente, definir en casa es un plus", señaló Rodolfo Arruabarrena en la conferencia de prensa previa a la serie superclásica que arrancará el domingo por el torneo local, y que seguirá a partir del jueves próximo por la Copa Libertadores.
Boca cerrará la serie ante River por el torneo continental en su estadio, donde tiene un record que avala la declaración del DT: de 114 partidos jugados por Copa Libertadores ganó 81, empató 22 y apenas perdió en 11 oportunidades. La efectividad es del 90 por ciento.
De las seis Libertadores ganadas, Boca definió de local en dos ocasiones. En la Copa del '78, la segunda en la historia del club, goleó 4 a 0 al Deportivo Cali que dirigía Carlos Salvador Bilardo. En la ida, en Colombia, había empatado sin tantos.
En 2001, frente a Cruz Azul, las cosas no fueron tan sencillas. Aunque ganó en la ida 1 a 0 como visitante, cayó por el mismo marcador de local: luego se impuso por penales y festejó.
Tomando los partidos frente a River, los Xeneizes nunca perdieron en su casa por Libertadores: jugaron 11 superclásicos, de los cuales se impusieron en siete (empataron los cuatro restantes). Sólo dos equipos argentinos pudieron darse el gusto de ganar como visitantes: fueron Independiente y Vélez, en 1966 y 1994, respectivamente.
El último partido decisivo que se jugó en La Bombonera por la Copa fue el triunfo xeneize por 3 a 0, por los cuartos de final de la edición de 2000. Es uno de los encuentros más recordados por los hinchas boquenses, ya que la serie se cerró con el famoso gol de Palermo, quien volvía de una larga inactividad por la rotura de ligamentos.
Antes, en la previa, Américo Gallego, el DT de River, había calentado el choque diciendo que si Boca ponía a Palermo, él pondría a Enzo (por Francescoli, quien ya se había retitrado).
Sin dudas, La Bombonera tiene mística para los duelos coperos, algo que no sólo marca la estadística. Según una encuesta realizada por un sitio web antes del comienzo del certamen, la mayoría de los hinchas de equipos sudamericanos ven a La Bombonera como el estadio más temido, de donde resulta muy complicado salir victorioso.
Sobre un total de 87.983 votantes, 19.530 eligieron al Alberto J. Armando como el más difícil para visitar, seguido por el Morumbí (15.419) de San Pablo. El mito dice que La Bombonera tiembla, que los rivales se achican y que el local, se agranda con el apoyo de su público. Y los números ayudan a creer en esa teoría.
Aunque el Vasco aclara que en las conferencias de prensa no siempre dice la verdad, en esta caso el chequeado lo favorece: Boca en su casa tiene un plus.
"Me gusta definir con mi gente, definir en casa es un plus", señaló Rodolfo Arruabarrena en la conferencia de prensa previa a la serie superclásica que arrancará el domingo por el torneo local, y que seguirá a partir del jueves próximo por la Copa Libertadores.
Boca cerrará la serie ante River por el torneo continental en su estadio, donde tiene un record que avala la declaración del DT: de 114 partidos jugados por Copa Libertadores ganó 81, empató 22 y apenas perdió en 11 oportunidades. La efectividad es del 90 por ciento.
De las seis Libertadores ganadas, Boca definió de local en dos ocasiones. En la Copa del '78, la segunda en la historia del club, goleó 4 a 0 al Deportivo Cali que dirigía Carlos Salvador Bilardo. En la ida, en Colombia, había empatado sin tantos.
En 2001, frente a Cruz Azul, las cosas no fueron tan sencillas. Aunque ganó en la ida 1 a 0 como visitante, cayó por el mismo marcador de local: luego se impuso por penales y festejó.
Tomando los partidos frente a River, los Xeneizes nunca perdieron en su casa por Libertadores: jugaron 11 superclásicos, de los cuales se impusieron en siete (empataron los cuatro restantes). Sólo dos equipos argentinos pudieron darse el gusto de ganar como visitantes: fueron Independiente y Vélez, en 1966 y 1994, respectivamente.
El último partido decisivo que se jugó en La Bombonera por la Copa fue el triunfo xeneize por 3 a 0, por los cuartos de final de la edición de 2000. Es uno de los encuentros más recordados por los hinchas boquenses, ya que la serie se cerró con el famoso gol de Palermo, quien volvía de una larga inactividad por la rotura de ligamentos.
Antes, en la previa, Américo Gallego, el DT de River, había calentado el choque diciendo que si Boca ponía a Palermo, él pondría a Enzo (por Francescoli, quien ya se había retitrado).
Sin dudas, La Bombonera tiene mística para los duelos coperos, algo que no sólo marca la estadística. Según una encuesta realizada por un sitio web antes del comienzo del certamen, la mayoría de los hinchas de equipos sudamericanos ven a La Bombonera como el estadio más temido, de donde resulta muy complicado salir victorioso.
Sobre un total de 87.983 votantes, 19.530 eligieron al Alberto J. Armando como el más difícil para visitar, seguido por el Morumbí (15.419) de San Pablo. El mito dice que La Bombonera tiembla, que los rivales se achican y que el local, se agranda con el apoyo de su público. Y los números ayudan a creer en esa teoría.
Aunque el Vasco aclara que en las conferencias de prensa no siempre dice la verdad, en esta caso el chequeado lo favorece: Boca en su casa tiene un plus.