“Abandonad nuestra tierra”, grita el Frente Nacional a los inmigrantes
Las Femen interrumpen a Marine Le Pen en el tradicional discurso del Primero de Mayo
Carlos Yárnoz
París, El País
Los mensajes xenófobos e islamófobos han protagonizado el tradicional homenaje anual que el Frente Nacional organiza el 1 de mayo en París en honor de la heroína francesa Juana de Arco. Ante la imponente fachada del palacio de la Ópera, la presidenta del partido, Marine Le Pen, basó su discurso ante unos 2.000 seguidores en una feroz crítica a la Unión Europea y al Gobierno francés porque, en su opinión, las actuales políticas favorecen “la inmigración masiva y multiforme” y no combaten con eficacia “el terrorismo islamista”.
“Abandonad nuestra tierra”, interrumpían el discurso los militantes, cientos de ellos con banderas francesas y con pancartas de las distintas regiones de las que se habían desplazado en coches y autobuses. “Volved a vuestra tierra”, gritaron unas decenas de ellos a dos viandantes de aspecto africano que pasaban por las proximidades. “Esta es nuestra tierra”, respondió con un hilo de voz una de las interpeladas ante la atenta mirada de miembros del servicio de orden, integrado por decenas de fornidos rapados, la mayoría con vestimenta de color negro.
Una decena de jóvenes de esta guardia pretoriana actuaron con una contundencia inaudita contra tres activistas de Femen. Asomadas al balcón de un hotel colindante, con el pecho descubierto, interrumpieron a Le Pen mientras exhibían unas banderolas con el escudo del FN y la frase Heil Le Pen. Unos minutos después, tres jóvenes del servicio de orden irrumpieron en el balcón y retuvieron a las activistas hasta que mucho más tarde intervino la policía. Las Femen, abucheadas e insultadas por los simpatizantes del FN, protestaron porque alguien facilitó a los aguerridos vigilantes el acceso a su habitación y Marine Le Pen aseguró que presentaría una denuncia contra las activistas.
Rodeada en el estrado por los 62 consejeros electos de su partido en las recientes elecciones departamentales, Marine Le Pen pronunció un discurso catastrofista. Para ella, la UE fomenta la inmigración “masiva” por el interés de la gran patronal para bajar los salarios, y los responsables de los miles de muertos en el Mediterráneo son los gobernantes que acabaron con el régimen libio sin prever sus consecuencias.
“Enviemos a la UE a los abismos”, clamó, para poner de ejemplo a Australia, que envía a los puertos de origen a toda embarcación que se aproxime a sus cosas con inmigrantes sin documentación en regla. Frente a la "eurodictadura", Le Pen pide otra vez que se levanten las fronteras en Europa, que se acabe con el espacio Schengen. "Francia tiene derecho a saber quién está en su territorio", dice entre gritos de "Marine, presidenta".
“Hay que expulsar a todo extranjero que muestre simpatía por el Estado Islámico”, dijo después al referirse al fundamentalismo islamista. “Nos tratan de islamófobos a quienes reclamamos el respeto a la laicidad, a nuestras leyes y a nuestro modo de vida”. La líder ultraderechista ha reclamado estrechar lazos con Rusia, Emiratos Árabes o Egipto, países que, según ella, luchan más contra el yihadismo. A la vez, ha exigido revisar las relaciones con Qatar y Arabia Saudí, “que financian el islamismo”.
Cuando los dirigentes del FN ya se retiraban, un hombre se acercó al lugar y se situó en una entrada del hotel ubicado a la derecha del escenario. Como otros viandantes. Pero él tiene la piel oscura. Cuatro antidisturbios le rodearon de inmediato. Le cahearon. Le hicieron sacar todo de los bolsillos. Un bolígrafo, una libretita, unas monedas... No llevaba nada peligroso. "Acompáñenos", le dijo un agente. "¿Por qué?", respondió asustado el hombre, de unos 50 años, delgado, alto, con bigote. "Para unas comprobaciones", se escuchó a uno de los policías.
Para el primer ministro, Manuel Valls, el acto del FN es “un espectáculo espantoso de una extrema derecha que no cambia”. Es el reproche que la mayoría de dirigentes políticos franceses hacen al FN pese la ruptura de Marine Le Pen con su padre y fundador del partido, Jean-Marie, tras sus declaraciones filonazis del mes pasado. El viejo Le Pen, de 86 años, fue vetado este año y no ha tomado la palabra frente a sus simpatizantes, aunque sí fue vitoreado antes del discurso de su hija cuando desfiló hasta el monumento a Juana de Arco.
Fue Jean-Marie quien inventó en 1988 este acto anual del FN. En 1995, tres rapados que habían participado en los actos acorralaron a un marroquí de 29 años, Brahim Bouarram. Lo lanzaron al Sena y murió ahogado.
Carlos Yárnoz
París, El País
Los mensajes xenófobos e islamófobos han protagonizado el tradicional homenaje anual que el Frente Nacional organiza el 1 de mayo en París en honor de la heroína francesa Juana de Arco. Ante la imponente fachada del palacio de la Ópera, la presidenta del partido, Marine Le Pen, basó su discurso ante unos 2.000 seguidores en una feroz crítica a la Unión Europea y al Gobierno francés porque, en su opinión, las actuales políticas favorecen “la inmigración masiva y multiforme” y no combaten con eficacia “el terrorismo islamista”.
“Abandonad nuestra tierra”, interrumpían el discurso los militantes, cientos de ellos con banderas francesas y con pancartas de las distintas regiones de las que se habían desplazado en coches y autobuses. “Volved a vuestra tierra”, gritaron unas decenas de ellos a dos viandantes de aspecto africano que pasaban por las proximidades. “Esta es nuestra tierra”, respondió con un hilo de voz una de las interpeladas ante la atenta mirada de miembros del servicio de orden, integrado por decenas de fornidos rapados, la mayoría con vestimenta de color negro.
Una decena de jóvenes de esta guardia pretoriana actuaron con una contundencia inaudita contra tres activistas de Femen. Asomadas al balcón de un hotel colindante, con el pecho descubierto, interrumpieron a Le Pen mientras exhibían unas banderolas con el escudo del FN y la frase Heil Le Pen. Unos minutos después, tres jóvenes del servicio de orden irrumpieron en el balcón y retuvieron a las activistas hasta que mucho más tarde intervino la policía. Las Femen, abucheadas e insultadas por los simpatizantes del FN, protestaron porque alguien facilitó a los aguerridos vigilantes el acceso a su habitación y Marine Le Pen aseguró que presentaría una denuncia contra las activistas.
Rodeada en el estrado por los 62 consejeros electos de su partido en las recientes elecciones departamentales, Marine Le Pen pronunció un discurso catastrofista. Para ella, la UE fomenta la inmigración “masiva” por el interés de la gran patronal para bajar los salarios, y los responsables de los miles de muertos en el Mediterráneo son los gobernantes que acabaron con el régimen libio sin prever sus consecuencias.
“Enviemos a la UE a los abismos”, clamó, para poner de ejemplo a Australia, que envía a los puertos de origen a toda embarcación que se aproxime a sus cosas con inmigrantes sin documentación en regla. Frente a la "eurodictadura", Le Pen pide otra vez que se levanten las fronteras en Europa, que se acabe con el espacio Schengen. "Francia tiene derecho a saber quién está en su territorio", dice entre gritos de "Marine, presidenta".
“Hay que expulsar a todo extranjero que muestre simpatía por el Estado Islámico”, dijo después al referirse al fundamentalismo islamista. “Nos tratan de islamófobos a quienes reclamamos el respeto a la laicidad, a nuestras leyes y a nuestro modo de vida”. La líder ultraderechista ha reclamado estrechar lazos con Rusia, Emiratos Árabes o Egipto, países que, según ella, luchan más contra el yihadismo. A la vez, ha exigido revisar las relaciones con Qatar y Arabia Saudí, “que financian el islamismo”.
Cuando los dirigentes del FN ya se retiraban, un hombre se acercó al lugar y se situó en una entrada del hotel ubicado a la derecha del escenario. Como otros viandantes. Pero él tiene la piel oscura. Cuatro antidisturbios le rodearon de inmediato. Le cahearon. Le hicieron sacar todo de los bolsillos. Un bolígrafo, una libretita, unas monedas... No llevaba nada peligroso. "Acompáñenos", le dijo un agente. "¿Por qué?", respondió asustado el hombre, de unos 50 años, delgado, alto, con bigote. "Para unas comprobaciones", se escuchó a uno de los policías.
Para el primer ministro, Manuel Valls, el acto del FN es “un espectáculo espantoso de una extrema derecha que no cambia”. Es el reproche que la mayoría de dirigentes políticos franceses hacen al FN pese la ruptura de Marine Le Pen con su padre y fundador del partido, Jean-Marie, tras sus declaraciones filonazis del mes pasado. El viejo Le Pen, de 86 años, fue vetado este año y no ha tomado la palabra frente a sus simpatizantes, aunque sí fue vitoreado antes del discurso de su hija cuando desfiló hasta el monumento a Juana de Arco.
Fue Jean-Marie quien inventó en 1988 este acto anual del FN. En 1995, tres rapados que habían participado en los actos acorralaron a un marroquí de 29 años, Brahim Bouarram. Lo lanzaron al Sena y murió ahogado.