Torres, un gol de Champions
Fe, potencia, velocidad, oportunismo, tranquilidad, calidad y definición. Así fue el gol de Champions de Fernando Torres, el tanto que dio la victoria al Atlético ante el Villarreal. El Niño creyó y provocó el fallo de Bailly, se plantó ante Asenjo, le regateó, esperó a Bailly, le dejó sentado (ese recorte recordó al de Maradona a Juan José en el Bernabéu) y colocó el remate ante la oposición de Víctor Ruiz.
Torres llegó en enero para ayudar al Atlético a cumplir sus objetivos. Torres acepta el rol que le ha dado el Cholo, que dijo hace semanas que había que exigirle más. Con máxima confianza y máxima exigencia sigue siendo uno de los mejores delanteros y siempre rinde en los grandes partidos.
Igualdad. Dos modelos, dos estilos, dos filosofías se enfrentaban anoche en El Madrigal. El primero que tiró en el minuto uno fue Campbell con un zurdazo inocente a las manos de Oblak. Pudo ser el Atlético con un Griezmann chispeante el que se adelantara. El francés reclamó en el minuto 13 un penalti de Jokic, de los que hace años se pitaban y ya no se pitan, por un empujón, leve, pero empujón. Y un minuto después, tras un fabuloso control, Griezmann remató al poste derecho de Asenjo. Pudo haber zancadilla de Bailly, pero el francés no se dejó caer y disparó.
Entre ese remate y la siguiente ocasión reseñable pasó un cuarto de hora. En ese tiempo, el Villarreal la tocaba bien, con esos movimientos magníficos de ‘nueve nueve’ de Gerard Moreno (este delantero atesora un gran potencial), pero le faltaba crear peligro. En ese cuarto de hora surgían las dudas de nuevo con Mandzukic, un gran delantero de área al que si no le llevas balones se convierte en un punta normalito. Hasta que le llegó un buen balón al croata y a duras las penas se le dejó a Koke para que el canterano rematara y el balón se marchara literalmente rozando el poste.
Pero las dos ocasiones más claras, una detrás de otra, la tuvo el equipo de Marcelino allá por el minuto 33. Una falta lateral pegada al área la remató bien Víctor Ruiz y Oblak respondió con un paradón de los que da puntos y el rechace le cayó a Gerard Moreno cuyo disparo lo sacó Godín en la línea cuando se colaba en la portería con Oblak ya batido. Mandzukic recibió otro buen balón a tres minutos del descanso y lo remató mal y desviado de cabeza.
En la segunda parte el Villarreal salió a por la victoria a su manera y el Atlético a la suya. Arrancó con fases muy brillantes de juego el submarino amarillo, pero le faltaba eficacia, llegar al área. El Atlético mejoró en su fútbol directo y también buscaba sus opciones de triunfo. Tiago se esmeró algo tras su mal primer tiempo, pero cuando el centro del campo del Villarreal se ponía a tocarla desarbolaba con facilidad a los colchoneros.
En esas, Simeone hizo dos cambios en un minuto. Entraron Saúl y Torres y salieron Arda y Mandzukic. Y a los seis minutos consumió su último cambio sacando a Raúl García por Gabi. Y los cambios del Simeone mejoraron a su equipo porque consolidaron su apuesta de fútbol directo y contragolpe. El Cholo volvió a acertar.
Con esas armas, las del Atleti de siempre, las del Atleti del Cholo, llegó el golazo de Torres y el Villarreal, que no acusó sus numerosas bajas y siempre jugó bien, buscó el empate. También pudo hacer Griezmann el segundo, pero tiró al muñeco y la paró Asenjo (¡ojalá no sea nada tu lesión, Jabalí!) Mario, un lateral de Selección, se convirtió en delantero, pero no acabó de definir. Y los tres puntos volaron de El Madrigal.