Obama da su receta para salvar Latinoamérica
El presidente de Estados Unidos asegura que el intercambio comercial con América Latina ha aumentado un 50% desde 2009
JAN MARTÍNEZ AHRENS (ENVIADO ESPECIAL)
Panamá, El País
El poder de América estaba en el escenario. Los presidentes de Estados Unidos, Brasil y México (640 millones de habitantes y 20 billones de dólares de PIB) se han reunido en Panamá, en un foro paralelo a la Cumbre de las Américas. Allí, apartados por un momento del rompecabezas de las negociaciones, han ofrecido sus fórmulas para hacer frente al futuro y han respondido a las preguntas de un selecto grupo de emprendedores, entre los que se encontraba Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook.
La oportunidad no ha sido desaprovechada por el mandatario estadounidense. Aunque en el debate, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se soslayaron las tensiones que sacuden la zona, Barack Obama, sabedor de lo mucho que se juega en esta cumbre, ha mostrado los atractivos de un acercamiento hemisférico, uno de los ejes de su nueva política latinoamericana. En su intervención recordó que desde que llegó al poder en 2009 el intercambio comercial entre Estados Unidos y América Latina ha aumentado un 50%. “Y eso indica el proceso de integración que se está produciendo en este hemisferio”, dijo.
Bajo este planteamiento, el presidente estadounidense dio su recetario para reactivar la economía. Sus palabras, en un contexto de desaceleración y crisis petrolífera, recibieron inmediata atención. Los puntales de su fórmula incluyen el apoyo al comercio global, incluyendo a pequeñas empresas, la tecnología disruptiva, un modelo de educación continua y de excelencia, así como un desarrollo integrado de las infraestructuras. Todo ello bajo un gobierno transparente, apoyado en un sistema penal eficaz y que dé explicación de sus actos. “Esto nos permite no sólo combatir la violencia, sino también atraer el interés de los inversores y reducir los riesgos políticos”, explicó el mandatario en un claro guiño a México, cuyo esfuerzo contra el narcotráfico alabó públicamente.
Con esta fórmula combinada, a juicio de Obama, se puede generar una amplia clase media y abrir el camino para que los desfavorecidos tengan acceso a ella, de forma que se conviertan en los verdaderos directores del mercado. “Mucho más que esos tipos que están allá arriba”, remachó
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, coincidió con este análisis y recordó que el gran empeño de su gobierno ha sido combatir la desigualdad y convertir a Brasil en un país de clase media. El mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, dio un rápido repaso a su programa reformista y puso el acento en la confianza en los emprendedores como motor económico.
En el turno de preguntas, el fundador de Facebook insistió en la importancia de lograr el acceso global a la red. Un reto que todos los presidentes asumieron como fundamental para lograr un desarrollo pleno.
JAN MARTÍNEZ AHRENS (ENVIADO ESPECIAL)
Panamá, El País
El poder de América estaba en el escenario. Los presidentes de Estados Unidos, Brasil y México (640 millones de habitantes y 20 billones de dólares de PIB) se han reunido en Panamá, en un foro paralelo a la Cumbre de las Américas. Allí, apartados por un momento del rompecabezas de las negociaciones, han ofrecido sus fórmulas para hacer frente al futuro y han respondido a las preguntas de un selecto grupo de emprendedores, entre los que se encontraba Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook.
La oportunidad no ha sido desaprovechada por el mandatario estadounidense. Aunque en el debate, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se soslayaron las tensiones que sacuden la zona, Barack Obama, sabedor de lo mucho que se juega en esta cumbre, ha mostrado los atractivos de un acercamiento hemisférico, uno de los ejes de su nueva política latinoamericana. En su intervención recordó que desde que llegó al poder en 2009 el intercambio comercial entre Estados Unidos y América Latina ha aumentado un 50%. “Y eso indica el proceso de integración que se está produciendo en este hemisferio”, dijo.
Bajo este planteamiento, el presidente estadounidense dio su recetario para reactivar la economía. Sus palabras, en un contexto de desaceleración y crisis petrolífera, recibieron inmediata atención. Los puntales de su fórmula incluyen el apoyo al comercio global, incluyendo a pequeñas empresas, la tecnología disruptiva, un modelo de educación continua y de excelencia, así como un desarrollo integrado de las infraestructuras. Todo ello bajo un gobierno transparente, apoyado en un sistema penal eficaz y que dé explicación de sus actos. “Esto nos permite no sólo combatir la violencia, sino también atraer el interés de los inversores y reducir los riesgos políticos”, explicó el mandatario en un claro guiño a México, cuyo esfuerzo contra el narcotráfico alabó públicamente.
Con esta fórmula combinada, a juicio de Obama, se puede generar una amplia clase media y abrir el camino para que los desfavorecidos tengan acceso a ella, de forma que se conviertan en los verdaderos directores del mercado. “Mucho más que esos tipos que están allá arriba”, remachó
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, coincidió con este análisis y recordó que el gran empeño de su gobierno ha sido combatir la desigualdad y convertir a Brasil en un país de clase media. El mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, dio un rápido repaso a su programa reformista y puso el acento en la confianza en los emprendedores como motor económico.
En el turno de preguntas, el fundador de Facebook insistió en la importancia de lograr el acceso global a la red. Un reto que todos los presidentes asumieron como fundamental para lograr un desarrollo pleno.